lunes, 2 de marzo de 2015

EL REGRESO DE LA DECADENCIA ▼ SÓLO LA MEMORIA VIVA Y SOSTENIDA SE TRADUCE COMO VALOR DE LOS DERECHOS Y LAS LIBERTADES DIGNAS ▼ Dos visiones: ¿Debe volver a publicarse el ‘Mein Kampf’, de Hitler? | Babelia | EL PAÍS

Dos visiones: ¿Debe volver a publicarse el ‘Mein Kampf’, de Hitler? | Babelia | EL PAÍS



¿Debe volver a publicarse el ‘Mein Kampf’, de Hitler?

La reedición de la obra del dictador autorizada por el estado de Baviera abre el debate sobre la conveniencia o no de su difusión







Foto de una primera edición de Mein Kampf, firmada por Hitler. / BLOOMSBURY AUCTIONS


Difícil libertad

Por Esther Bendahan

Estoy convencida de que la palabra puede crear o alterar la realidad, una vez se nombra lo nuevo ya no hay posibilidad de que lo nombrado deje de existir. Lo mismo ocurre con la interpretación del mundo. Las ideas podemos ignorarlas o combatirlas o dejar que simplemente sean barridas por el viento de la razón. Eso era lo que hubiera esperado del Mein Kampf (con la de libros útiles, excelentes, que desaparecen), esa infamia debería haber fenecido de muerte natural. ¿Qué lo mantiene? Está claro. Y allí en esa sombra radica su peligro. Tras el precedente de Los protocolos de los sabios deSion,continúa una visión distorsionada de la realidad que se fija adherida a prejuicios establecidos en el pensamiento europeo.
El Estado de Baviera, titular de los derechos de autor de ese panfleto delirante, prohibió su publicación, pero este año sale una edición crítica adelantándose a su pase en 2016 al dominio público. ¿Qué debemos temer? Mucho; sin embargo, recordemos que el antijudaísmo es anterior: el MK es síntoma, no causa. Precisamente el destino ha unido a víctimas del antijudaísmo con las víctimas del ejercicio de la libertad de expresión. Es símbolo de un pensamiento criminal, origen de una ideología asesina de ideas fuerza que han sobrevivido a la razón durante siglos. (El yihadismo hoy). Pero no es sólo un asunto judío, es un problema europeo, que nos concierne y obliga a la reflexión. Mi generación no podía imaginar que volverían a agredir a los judíos por el mero hecho de serlo en Europa. Mientras no haya una respuesta sólida haremos cierto a Levinas, “el hombre justo se encuentra solo” (Difícil libertad).


Ya que la humanidad no se beneficia en nada con ese libro, Baviera podría dedicar lo recaudado a un fondo para la educación"
Por lo tanto, lo grave no es que el libro se publique, existe, sino que no haya sido condenado a muerte por la razón. Debería servir para testimoniar la locura, suscitar dolor en la memoria sana. Sí, hoy, cuando renace el odio, es peligroso pero no se controla quemándolo. (Nunca pediría quemar un libro, ni siquiera uno que pida quemar a otros libros). Por eso una edición crítica justo antes de que sea dominio público tiene sentido. Pero a la vez hay que llamar la atención (es el momento), manifestar la diferencia de este libro frente a los demás. ¿Cómo? Dando claramente un mensaje ante un símbolo del horror. La idea de que todos los pueblos del mundo forman una humanidad única no es, ciertamente, consustancial al género humano (Finkielkraut). El MK está en contra de la humanidad única: unos merecen morir, se dice, así de simple.
Ya que la humanidad no se beneficia en nada con ese libro, Baviera podría dedicar lo recaudado a un fondo para la educación y, al menos, condicionar su publicación. Si las cajetillas de tabaco muestran el daño causado por su uso, ¿no deberíamos también prevenir a los lectores creando la figura de libro tóxico o libro culpable advirtiendo así que contiene ideas por las que se han cometido crímenes contra la humanidad? Y si no lo hacemos: ¿no seremos responsables de la difusión del mal?

Por mí que lo publiquen

Por Fernando Aramburu

Al poco de afincarme en Alemania, de esto hace tres decenios, estando de visita en una casa mi anfitrión sacó de su biblioteca un ejemplar del Mein Kampf (Mi lucha),de Hitler, con el objeto de mostrármelo. El dueño del libro reprobaba el nacionalsocialismo. De otro modo, no me habría invitado a ocupar un sitio a su mesa ni yo habría aceptado la invitación. Me pareció advertir en su gesto la actitud del niño orgulloso de haber cometido a hurtadillas una travesura. Con posterioridad he comprobado que este libro lleno de desvarío y mediocridad intelectual conserva para más de un ciudadano alemán un prestigio de reliquia. No es insólito que lo hallaran entre las pertenencias de sus abuelos difuntos; lo cual es comprensible, ya que en vida del dictador (Hitler dictaba, Amann escribía y, antes que este, aunque no es seguro, Rudolf Hess) el libro superó los 12 millones de ejemplares vendidos.
He visto alguno que otro por casualidad en librerías de viejo. No estaban ocultos bajo llave ni expuestos en el escaparate. Tengo entendido que el libro de Hitler se puede leer sin problemas en Internet. Existen diversas traducciones. Una de ellas, al parecer, a la lengua hebrea.


Yo, que no lo compraré, apruebo su publicación con tal de que se respeten los criterios pedagógicos previstos"
Yo, que no lo compraré cuando el Estado Libre de Baviera (titular hasta fines del presente año de los derechos de edición) lo haga imprimir en 2016, apruebo su publicación con tal de que se respeten los criterios pedagógicos previstos. Dudo que un libro de estas características, tan dañino en otros tiempos, haga temblar los cimientos democráticos de la República Federal de Alemania.
Considero indispensable que se tenga en cuenta el parecer de la comunidad judía. Por encima de todo, no debe ahondarse en el sufrimiento de nadie ni ocasionar nuevas víctimas. He sabido que la edición del Mein Kampf no se hará contra los judíos, sino con ellos. Su Consejo Central en Alemania participará en la edición con al menos un artículo de comentario. Glosas, en cualquier caso, no van a faltar. Figurarán sin excepción en todas las páginas, apuntalando el texto original con explicaciones y advertencias. Las notas aclaratorias y los distintos ensayos se llevarán la mayor parte de los dos tomos programados.
Se trata, por consiguiente, de conocer y aprender, no de reabrir antiguas heridas. Hecha con voluntad didáctica y el debido tacto, juzgo admisible la publicación del Mein Kampf. Espero que contribuya a desactivar el mito, mostrando la verdad desnuda de un libro trivial, saturado de propaganda histérica y superstición. El ciudadano aquejado de curiosidad quizá morbosa se lo pensará dos veces antes de apoquinar los 160 euros que costarán los dos volúmenes. Al mismo tiempo, el Estado Libre de Baviera impedirá con su acción que el sector privado intente hacer negocio publicando el libro. No dudo que un hombre que, influido por su lectura, abrazase las ideas de su autor, ya estaba de antemano impedido para la convivencia armónica con sus semejantes.

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