lunes, 21 de septiembre de 2015

LA HORA DEL SENTIDO COMÚN... MAÑANA PUEDE SER DEMASIADO TARDE ► Cataluña: control de daños | Internacional | EL PAÍS

MIEDO A LA LIBERTAD

Cataluña: control de daños

Se necesita pragmatismo y no demagogia para encontrar una salida al conflicto









A seis días de las elecciones del 27 de septiembre en Cataluña, hay un resultado seguro: la Transición ha muerto. El gran milagro del proceso histórico que marca el único éxito que la Ilustración ha tenido en España en 300 años es el que se dio en el periodo comprendido entre 1976 y el momento actual. Su base estaba en el diálogo como forma de acción política.
Este sistema permitió construir la llamada Transición para conjurar el enemigo interno del golpismo, la destrucción institucional tradicional y los fallos de entendimiento en la historia española, creando así el ejemplo que sirvió no sólo en España sino en otros países.

El proceso de secesión encubierta de Cataluña marca muchos aspectos que no son, en su totalidad, responsabilidad de los gobernantes españoles. Europa era uno de los grandes elementos para salvaguardar la normalidad democrática e institucional española. Los hijos del 76 siempre supimos que la pertenencia plena al Viejo Continente y a la OTAN eran factores que buscaban romper el círculo autoritario y la destrucción sistemática de la democracia.
Y a pesar de que el sistema no era perfecto, es evidente que a día de hoy resulta difícil encontrar otros ejemplos de mayores autogobiernos que aquellos concedidos a Cataluña y al País Vasco y, en consecuencia, al resto de las llamadas autonomías.
Siempre se pensó que la intención separatista vendría con las bombas y las pistolas de ETA. Sin embargo, la historia nos muestra que la tendencia a romper el llamado sentido común se ha dado realmente en Cataluña con sus aventuras independentistas recurrentes.
La crisis económica y europea, el desgaste y la falta de creación de un terreno político común son, en parte, factores que permiten explicar el colmo de la ineficiencia política que están demostrando tanto el presidente catalán, Artur Mas, como el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, absolutamente empatados en incapacidad para manejar esta crisis.
La obligación de todo buen Gobierno es aportar soluciones para superar los problemas y no hacer del mismo problema una campaña, un objetivo y un final
Cada vez que alguien llega al poder promete hacer cumplir las leyes. Pero no hay que dejar de considerar que para que una ley tenga vigencia debe ser aceptada por la mayoría de aquellos a quienes va dirigida, y los buenos políticos saben que la única manera de evitar la destrucción de las leyes es anticiparse e irlas modificando para que puedan interpretar las realidades de cada momento.
Sin embargo, el consenso basado en que nadie puede negar a Cataluña el derecho democrático a separarse y manifestarse en las urnas choca con el artículo de la Constitución que consagra y mantiene la unidad nacional española, lo que es verdad, pero deja esta situación sin salida.
Tanto el discurso de Mas como el de Rajoy olvidan dos aspectos muy importantes. Uno, que más allá de las palabras o de la capacidad de crear tensión, como en el caso del presidente catalán, la obligación de todo buen Gobierno es aportar soluciones para superar los problemas y no hacer del mismo problema una campaña, un objetivo y un final.
Y otro que, si bien el presidente del Gobierno español es el defensor de la Constitución, no debería olvidar que también es un político con la obligación de hacer de manera ordenada aquellos cambios que sean necesarios para que la forma de gobierno y las leyes por las que se regula no pierdan vigencia.
¿Acaso sería posible esta crisis sin la crisis europea? ¿O también sería posible sin la crisis económica? Considero que no. Pero en cualquier caso, no tenemos que limitarnos a una política de control de daños, sino a empezar a pensar qué haremos al día siguiente porque se impone un cambio de protagonistas en el diálogo.
Y si siguen cada uno con su discurso, uno refugiado en la trampa democrática de que nadie le puede quitar a los pueblos su derecho de expresión, y el otro empeñado en que el movimiento no es legal, entonces nos condenamos no sólo a una lección de incapacidad política —como la que vivimos— sino a una tragedia sin salida.
Los partidarios y los detractores de la independencia y el orden en su conjunto —catalán y español— requieren no sólo de soluciones pactadas y del alumbramiento de una nueva legalidad. Se necesita pragmatismo y no demagogia para encontrar una salida al conflicto de un territorio de gran relevancia económica.

el dispreciau dice: el panorama global da pavura y hasta produce miedo... políticos histéricos y además, idiotas... incapacidades de gestión por doquier... corporaciones empecinadas en objetivos de dudosa y/o ninguna moral, ni de mercado ni de éticas... mucho narco protegido por estados ausentes que cobran suculentas dádivas por debajo de la mesa... mucho lavado de dineros negros, también protegidos por los estados ausentes y por la injusticia reinante... mucha trata y mucho más daño moral al mundo humano... y en medio de ello, mesías de pacotilla tratando de apoderarse de los destinos de los otros, no sólo diciéndoles lo que tienen que hacer, sino además hipotecándoles el futuro (procediendo del mismo modo que los nazis de Bruselas están haciendo con el pueblo griego, vendiéndoles como esclavos... 
Cataluña está transformándose en un error histórico que puede producir más daño que soluciones a corto y largo plazos... pero esa misma Cataluña es directa consecuencia de la ausencia del estado español y de la teoría de las tijeras que impone Bruselas a sus socios periféricos, dicéndoles que los únicos privilegiados son ellos y los nazis y los sionistas que componen el paisaje de la gran mentira de la desunión europea... todos estos idiotas juntos parecen no darse cuenta del daño que están produciendo a las sociedades humanas, aún cuando saben en lo íntimo que ya no representan a nadie... ni siquiera cuando los votan... porque esto ha quebrado los vínculos y los puentes sociales... donde se defienden ideologías que no encajan en ninguna parte... donde se defienden ideas que no pertenecen más que a los incapaces de la política... donde las sociedades humanas están libradas a sus suertes en medio de discursos que sólo expresan histerias y cinismos...
la clase política, idiotizada hasta más no poder, está histérica del poder desenfrenado...
la clase corporativa, está vacía de contenidos, de éticas, de principios y de finales, y son meros depredadores de los indefensos a los que dicen comprar y vender siguiendo el modelo de los esclavistas portugueses en el África...
y el mundo humano sin rumbo se revuelve en su propia mierda, sin destino, mientras los discursos llenan horas con estupideces que no resuelven nada al mejor estilo de los vacíos de Venezuela... donde el discurso no dice nada y la realidad indica un todo lo contrario...
separar, aislar, excluir, ya no sirve... no agrega valor... no suma... no multiplica... no une... 
curiosamente, la histeria del poder sólo sirve para dividir, para impedir, para defender lo indefendible...
para Argentina: el gobierno, aún cuando no esté capacitado para comprenderlo y mucho menos para dimensionarlo, se ha quedado sin legitimidad social, mal que le pese a quien sea... los bochornos de Tucumán, Chaco y Formosa son una evidencia que pesa demasiado en las espaldas de la consciencia social... y cualquiera que asuma en diciembre... lo hará sin legitimidad política ni social... prometiendo que luego de muchos años de hacer lo que se pudo, se regresará a la desintegración consecuente a la década infame (1990-1999) que derivó en la barbarie del 2001... 
para esta clase política empobrecida al nivel de lo subsiguiente a la muerte de Perón en 1974... sólo cabe una concertación total y absoluta que sostenga en pié a la Argentina como país y no como idea barata o como ideología más barata aún... dicha concertación de partes debe confluir hacia que, sea quien sea el que triunfe por el voto público, la política será acordada y de aportes sociales genuinos, de lo contrario, la ilegitimidad hará que el gobierno caiga más temprano que tarde emulando los resultados de una alianza (2000) que demostró ser inútil ante la realidad...
léase, o Scioli + Macri + Massa se ponen de acuerdo en una co-gobernabilidad, o la Argentina se frustrará otra vez debiendo enfrentar a las histerias de aquellos que aún yéndose,  no quieren irse, repitiendo viejos errores que se arrastran desde 1930... el Frente para la Victoria murió con Néstor Kirchner, y nadie lo quiere reconocer, porque hay demasiada miseria humana en la política clientelista y retrógrada que viste a las intendencias y a las gobernaciones (no todas por suerte)... La Cámpora no representa a nadie más que un grupúsculo de personas de dudosos escrúpulos sociales y personales... pero está condenada a muerte por sus propias evidencias de intolerancias y discriminaciones de todo tipo y factor... la sociedad argentina está podrida de esta clase política que usa y abusa de las pobrezas ajenas, emulando a las estrategias vaticanas del medioevo, aún vigentes... 
los problemas se deben resolver en el concierto genuino... de peleas nada resulta y el peronismo sigue tan atrasado como cuando Perón echó a los montoneros de la Plaza de Mayo... Perón no aprendió y se fue... el peronismo se hizo intolerante y no aprendió absolutamente nada... Montoneros fueron y aún representan a la intolerancia nazi del espíritu argentino, expresando un algo que nadie quiere, porque demostró no haber servido para nada... el Radicalismo pos-Alfonsín regresó a su peor hora Balbinesca... doble mensaje... doble estándar... nada para la sociedad argentina... y esto no da para más...
o la caja vuelve a la caja... o Argentina padecerá horas tristes de la mano de candidatos (tres) que no representan a nadie, y que tampoco lo harán aún cuando los voten... primero porque carecen de sentido común... luego porque carecen de concertación social de cara a un mundo que transita su tercera guerra mundial no declarada, con todo lo que ello significa... SEPTIEMBRE 21, 2015.- MALA PRIMAVERA, la del 2015.-

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