martes, 2 de febrero de 2016

AMÉRICA ATRAPADA ▼ Izquierdas, derechas y esas persistentes confusiones | Internacional | EL PAÍS

Izquierdas, derechas y esas persistentes confusiones | Internacional | EL PAÍS

TRIBUNA

Izquierdas, derechas y esas persistentes confusiones

Dos Latinoaméricas se encontraron cara a cara en la cumbre de CELAC



“Se dice que la década pasada ha sido una década de la izquierda en América Latina, una década de gobiernos progresistas. ¿Se puede decir que ha habido progresismo, progreso social de izquierda estos años?” Así comenzó Moisés Naím su programa, Efecto Naím, al que fui invitado junto con el ex presidente de Bolivia Jorge Quiroga. “Eso si uno toma esas palabras como válidas”—repliqué, con más reflejos que reflexión—“las palabras de los gobiernos que se han definido a sí mismos como izquierdistas”.
“Izquierda dirán ellos”, agregué al final, esos quince segundos de televisión que obligan a omitir varios aspectos de esta discusión, comenzando por la propia definición de “izquierda”. La clarificación es oportuna, dadas las ambigüedades vigentes. Especialmente porque la contraparte del argumento es que quien se opone a esos gobiernos “de izquierda” termina siendo “de derecha”. Falacias por las que transcurre el no-debate, la incesante repetición de clichés que sustituyen la verdadera conversación. Es el fin de la política.
Ser de izquierda se basa en la convicción que la desigualdad no es pre política. Esto es, no está constituida ex ante, ni pertenece al orden natural de las cosas. Por el contrario, la desigualdad se entiende como la consecuencia de un conjunto de relaciones de clase e instituciones: las primeras le dan sustancia, las segundas la reproducen en el tiempo.
Ante eso, la estrategia del socialismo revolucionario fue la toma del poder, súbita y violenta, para desmantelar las relaciones capitalistas de producción y su superestructura jurídica. El problema fue que en el camino de la expansión de derechos sociales se eliminaron por completo los derechos políticos y civiles. El socialismo realmente existente terminó siendo el régimen del Estado-Partido y su burocracia. Resultó que para comer había que dejar de votar y dejar de hablar. Conocido pero falaz razonamiento, sobre todo si, en el largo plazo, tampoco se come.
Mientras ocurrían las masacres del estalinismo, asomaba otra versión de izquierdismo en Europa: el reformismo keynesiano y el Estado de Bienestar de la postguerra. Hacia los 70 el eurocomunismo rompía con Moscú, nótese, antes de la caída del Muro de Berlín. Surgió la izquierda socialdemócrata, que no rechazó la idea de mayor equidad social pero con el capitalismo—no contra él—y en combinación con la democracia competitiva.
La pobreza no se mide, la inflacion es incierta, las cuentas nacionales, una ficcion. Izquierda dirán ellos
Todo ello dio forma al progresismo, un izquierdismo superador, capaz de operar con un concepto más amplio de desigualdad. Más amplio porque para reducir la desigualdad tiene que funcionar el mercado, mecanismo que alienta la iniciativa, la creatividad y la toma de riesgo, la receta de la prosperidad. Pero también porque el mercado es socialización, genera pluralismo y sociedad civil, o sea, ese espacio autónomo de deliberación y agregación de intereses e identidades diversas: de clase tanto como religiosas, étnicas, de género y de orientación sexual. Y todas ellas superpuestas. 
Es que en nuestras sociedades complejas y diversas tener politicas de ingresos no es más importante que tener normas para corregir asimetrías en la distribución del reconocimiento social de esas minorías. El progresismo, entonces, solo puede ser liberal-constitucional y, con ello, democrático.
Esta problemática ha sido ajena a la hipocresía de la auto proclamada izquierda de América Latina. Su retórica anti-capitalista no desmanteló el capitalismo. Ni mucho menos, tan sabroso botín para enriquecerse con los amigos. La redistribución no fue financiada con políticas de inversión sustentables y productividad creciente, sino con precios internacionales favorables que, ante el cambio de ciclo, comienza a revertirse. Su ignorancia económica ha producido una monumental distorsión de precios que, financiada con recursos fiscales, generó déficits a su vez financiados con emisión. La pobreza no se mide, la inflación es incierta, las cuentas nacionales, una ficción. 
Izquierda dirán ellos. Ni hablar de los derechos identatarios. Esto no ha sido progresismo sino su opuesto, una arqueología del estalinismo modelada en la dinastía despótica de los Castro, tan venerados por los bolivarianos. Es un capítulo que llega a su fin, por la biología en Cuba, las elecciones en Argentina y Venezuela, las protestas contra la perpetuación en Ecuador, Bolivia y Nicaragua, y las marchas contra la corrupción en Brasil y Guatemala. Y por el cambio de precios en todas partes.
Como se vio en la Cumbre de CELAC, donde dos Latinoaméricas se encontraron cara a cara. Una, la del dueño de casa (y del micrófono), es la de las consignas melancólicas y los clichés gastados. Es aquella del comandante tal o cual, la de una pseudo teoría de la dependencia, un anti-imperialismo impostado sin otro propósito que justificar la perpetuación en el poder. Es la América Latina que invoca difuntos, a los que busca canonizar, y a expresidentes procesados por corrupción, a quienes intenta restaurar en el poder.
La otra América Latina que se vio en Quito es la del pragmatismo, la que mira hacia delante, la que busca resolver los problemas de sus sociedades e imaginar soluciones ante una economía internacional incierta. Es la que busca atraer inversión y crear empleo frente al cambio de ciclo, los erosionados recursos fiscales y las decrecientes reservas del Banco Central. 
Esa otra América Latina busca recuperar sus mejores tradiciones de derechos humanos, como en el auténtico progresismo de Gabriela Michetti, vicepresidente argentina, al recordarle a Maduro que debe respetarlos, habiendo sido Venezuela amparo de tantos exiliados. Esa es la América Latina de la democracia, la alternancia en el poder y las garantías constitucionales. Izquierda o derecha, esa es la única que tiene futuro. 

el dispreciau dice: América está atrapada por los intereses del imperio nazi-sionista... las derechas son una excusa... las izquierdas son la misma excusa disfrazada de otra cosa... ambas responden al mismo imperio, intolerante, despreciativo, descalificativo, manipulante, que fabrica circunstancias de modo de alentar a las derechas a ser dominantes... o hacer lo propio con las izquierdas para que las gentes crean en variantes... como sea, ambos extremos responden a la misma deuda, a la misma hipoteca, y sobre todo, a la misma usura...

el imperio nazi-sionista ha infectado a las Américas con el peso "narco", una variante de negocio corporativo global que pudre las sociedades desde adentro... dominio tumbero... justicia injusta... política corrupta... mucha inseguridad abrupta... mucho dejadez y mucho más mediocridad en la gestión que olvida que debajo de ella hay gentes, así como a los costados personas... entonces todo se vuelve discurso aberrante e insoportable... bla, bla, bla, para ningún resultado y ninguna respuesta a las demandas sociales legítimas... y ése es el negocio... mucho barrabravismo y ningún profesionalismo... 

la grieta no pertenece a la Argentina, pertenece a la sociedad humana donde el 99% de los despojados y marginados están de un lado de ella... donde un escaso 1% está del otro lado, y donde un 0,nada está por sobre todos riéndose de la grieta, de sus componentes y de sus gritos... léase, la potestad del uso y abuso está en manos de no más de 12 personas y sus familias, todas traidoras de cualquier causa, emulando los principios hitlerianos del negocio sionista globalizado... ¿de qué se trata?, endeudar, hipotecar, esclavizar, someter, asesinar... invariablemente así, siempre...

América tiene un único paisaje, la pobreza... tiene un único dominador ubicado en el imperio nazi-sionista que va cambiando los escenarios según los idiotas de turno en uso del poder... entonces el imperio ve o se hace el que no ve... entonces el imperio le da la derecha a los "gerentes" que responden a sus demandas... entonces el imperio le da la izquierda a las gentes para conformarlas... siendo que siempre están, más expuestos o más ocultos, manejando las variables que condicionan a los "condenados" a ser eternamente despojados...

hay feudalismo en la política de derecha tanto como en la de izquierda... por ende el desprecio es equivalente... y curiosamente, cuidado, no es bueno oponerse, porque le puede suceder lo que a la Cristina... que termina siendo devorada por ajenos y vomitada por los propios, lacayos de distintos felpudos, que demuestran que la obsecuencia es imprudente, inadecuada y además, inoportuna... pero ¿qué se le va hacer?... la corrupción en la política mata, en la función pública también, pero el imperio nazi-sionista con sede en Bruselas/Tel-Aviv son el eje de la corrupción global, que demanda ser alimentada todo el tiempo, mediante cajas negras, mediante mercados negros, mediante gentes empobrecidas que son enviadas al matadero que satisface al sionismo voraz...

ahora, América está virando... tuvo un rato de changüí y ahora vuelve al curso del atropello infame del noventismo o del setentismo nazi-intolerante del Proyecto Cóndor, disfrazado de energías renovables, de transgenismos que van desde las semillas hasta los propios humanos, de minería depredatoria, de conflictos prolijamente sembrados y sobre todo, con miedos inyectados al modo de vacunas que sirven para enfermar a sociedades enteras... cada vez más pobres...

el pragmatismo es una mentira comodaticia del imperio nazi-sionista del FMI-DAVOS... no darse cuenta es estar mirando otra película... asimismo, el ilusionismo populista, también es otra mentira del mismo imperio nazi-sionista del FMI-DAVOS más reserva federal privatizada... 

las tarifas de los servicios públicos son injustas y de tan injustas, despreciables... al igual que el valor de los combustibles... al igual que el precio de la educación privada... al igual que el precio de la salud según la cuota... la propuesta de esta nueva América es el regreso a las fuentes... mucho desprecio para más esclavitud... mucho miedo para inmovilizar... mucha droga para degradar el futuro y hacerlo perfectamente manipulable... y para eso nada mejor que las corporaciones de medios, siempre dispuestas a ser felpudos del imperio...

sólo un cataclismo global cambiará este paisaje... triste, pero real... América está atrapada entre el antes o el después... pero su realidad social no es ni un antes ni tampoco un después... porque el ahora es tan condicionante como aberrante...

quizás, sólo quizás, una invasión extraterrestre le vendría bien a la humanidad, porque eso terminaría con el imperio nazi-sionista que domina todos los paisajes desde hace al menos cinco siglos, con forma de inquisición, con forma de vaticanismo, con forma de imperio romano, o con cualquier otra afín a las obsecuencias y al qué me importa... que alimenta a las mafias y condena a las personas a una vida con dignidades limitadas...

como sea... lo que cursa no es bueno... 

en el caso de Argentina... el slogan "cambiemos" no es otra cosa que un regreso a los noventa infames... y sus "impresentables" funcionarios y sus peores gestiones, han venido instalar aquello de "que nada cambie"... ya que es la mejor manera de seguir conservando el poder, explícito u oculto... condenando a los mortales a ser, cada vez más mortales... FEBRERO 02, 2016.-

el ejemplo Brasil es lamentable, tanto como el de México... o el de la mismísima Argentina... América Central está peor que nunca antes, al igual que Venezuela... este panorama pone en duda ya no el pasado... sino lo que se pretende como "porvenir"...

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