martes, 15 de julio de 2008

SE TERMINÓ LA VENTAJEADA

Unos defienden lo último que parece quedarles: la dignidad. Otros, defienden lo único que les ha importado siempre: su avaricia (personal). Mientras esto sucede, Usted, yo, el país todo (sociedad no política), se desgrana, se desintegra sin solución de continuidad. Una sociedad donde el PODER POLÍTICO mide fuerzas con el PODER DEL TRABAJO CIUDADANO más que una "sociedad" es algo semejante a un conjunto de locos tratándose de robar una simple "media luna" en la incosciencia temporal que los abstrae y les impide ver que luego, inmediatamente después, ambos dos o más pasarán hambre. A esta altura de los penosos acontecimientos a los que asistimos diariamente, ningún discurso por mejor armado que esté puede decir, expresar, manifestar, algo distinto a lo ya dicho. Ni de parte de los afectados (toda la sociedad argentina y el productor agrario), ni mucho menos del PODER POLÍTICO que ya se ha licuado sin darse cuenta (se comió la media luna robada y ahora no sabe qué inventar...). El problema de las alteraciones mentales es cuando se trasladan al conjunto social como conducta. Nada bueno puede salir de allí. Nadie quiere asumir que cualquiera sea el resultado, ARGENTINA ha perdido la batalla más estúpida de su historia (incluso peor que la gesta de MALVINAS, mentalizada entre trasnochados y alcoholes) poniendo de rodillas su propio eje productivo y con ello, todo lo que le sigue por detrás... Las entidades agrarias parecen desconocer una cantidad de variables que son tangentes a ellas y sus miembros, chacareros, agricultores, ganaderos, etc. que las exceden sencillamente porque son empresas multinacionales que conducen grandes polos de producción de alimentos en todo el orbe y por ende manejan "circunstancias" proyectando ejercicios simulados donde "nunca pierden". No es una premisa menor. ARGENTINA ha sido entregada a sus espaldas (las del agro) y las nuestras (ciudadanos, meros mortales en calidad de votantes). Por su parte el PODER POLÍTICO parece desconocer una cantidad de variables que son tangentes a el y sus miembros (Ejecutivo, Ministros, Diputados, Senadores, Gobernadores, Intendentes, etc.) y éstas consisten sencillamente en que más allá de las fronteras argentinas hay un mundo que tiene sus propias reglas, las cuales nunca han sido atendidas por nosotros (mucho menos por la incapacidad manifiesta de los estamentos del Estado desde Arturo Frondizi en adelante, hasta aquí). Primero entregamos las joyas de la abuela, luego le vendimos la casa aduciendo insanía, más tarde convertimos el jardín en un shopping y ahora, ahora se les ha ocurrido a algunos de nosotros que hasta podemos empeñar la parcela del cementerio... Entonces, de qué fuerzas me hablan. Para hablar de fuerzas, antes es necesario asumir capacidades, sumar inteligencias, asociar esfuerzos, aunar voluntades. Nada de esto se ha hecho hasta ahora, por el contrario, asistimos a una pulseada donde el PODER POLÍTICO es ciego, sordo, y la SOCIEDAD ARGENTINA está diezmada, sumida en una pobreza que nadie quiere reconocer pero que se encuentra a "ojos vista". Aquellas personas que construyen su vida en función al "dinero" y sus importantes bondades suelen perder sensibilidad, capacidad de apreciar el dolor ajeno, por ende desprecian tanto el esfuerzo como la voluntad y ni qué hablar de la necesidad. Por estas horas, el PODER POLÍTICO hace USURA con la dignidad de la SOCIEDAD ARGENTINA. Lo cual es penoso. Las retenciones discrecionales del PODER EJECUTIVO sólo sirven para "apagar" las fisuras en la represa, sin embargo las filtraciones ya son de tal magnitud que no hace falta ser un genio para ver que la misma (represa) estallará. Vale entonces acomodarse para ver cómo será la pared de agua que nos caerá encima (como tantas otras veces). Conciudadanos, hermanos de bandera e himno nacional, hermanos de la tierra que nos ha visto nacer: nos hemos caido del mapa (España, la suya; Italia, la nuestra; Francia, la histórica; Holanda, la sabia; sumado a Polonia, Rumania, Austria, etc., incluyendo los Estados Unidos de Norteamérica, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, nos han dejado solos y esperan atentos a ver qué se nos ocurre, qué haremos de nosotros mismos, porque nadie atina a comprender tanta locura, tanto desatino, y muchos expresan hasta vergüenza ajena por nuestras conductas que no tienen nada de académicas, nada de cultura, ni un atisbo de tradición, nada porque a nadie se le ocurriría dinamitar la fábrica que le proporciona comida [salvo que esté demente]). Esta batalla está perdida. Aprendamos, de una vez, porque en estos tiempos nadie espera, nadie brinda espacio, nadie le da una oportunidad... a quienes pretenden apoderarse de aquello que no les pertenece, nadie invita a su mesa a los "vivos tontos". Aquí se terminó la ventajeada.

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