domingo, 19 de abril de 2009

LA NECEDAD como principio de vida



Un hombre al que nadie puede decirle que no
Por Joaquín Morales Solá
Noticias de Opinión: Domingo 19 de abril de 2009 |
Publicado en edición impresa LA NACIÓN


Nadie quiere decirle que no. Nadie tiene coraje para acercarle los datos verdaderos de la Argentina real. Néstor Kirchner, el hombre fuerte del país, desconoce la recesión económica, cree que la culpa de la inseguridad es de los jueces y prefiere que no se hable de la epidemia del dengue. Que no se hable. Ese es el objetivo político del ex presidente. No le importan mucho las malas noticias, pero sí le importa que se conozcan. Desde el Senado hasta los dirigentes empresarios, pasando por los auditores de la administración o los funcionarios del Gobierno, todos deben acatar y callar.

Daniel Scioli podría haberle dicho que no, pero no lo hizo. No a su candidatura o, en el peor de los casos, no a una candidatura compartida con Kirchner. El gobernador no le contagiará su popularidad al ex presidente; será éste, en todo caso, quien arrastrará a Scioli en su decadencia política. Kirchner aceptó de hecho que perdió las elecciones bonaerenses cuando urgió a Scioli y a los intendentes para que lo sostengan.

Operadores del gobernador y del propio kircherismo, aunque éstos están siempre escondidos, buscan ahora la fórmula para decirle a Kirchner que es mejor que él no esté si está Scioli. ¿Quién se lo dice? Ese es el problema. Algo lo paraliza a Scioli, ultrajado y ninguneado en sus tiempos de vicepresidente, cuando es Kirchner quien se sienta al frente. Scioli quiere expresar algún no, pero no sabe cómo hacerlo.

Tiene argumentos. ¿Cómo hablarle ahora a la sociedad bonaerense de candidaturas "testimoniales" cuando la persigue el azar de un tiroteo, la fatalidad de un mosquito o la tragedia familiar del desempleo? ¿Cómo, cuando la sociedad encuentra canales inorgánicos, como los funerales de Raúl Alfonsín o la muerte violenta de Daniel Capristo, para expresar su mal humor a gobernantes distraídos? Un funcionario dijo que no. Fue Santiago Montoya, jefe de la recaudación impositiva bonaerense. Su vida política duró pocas horas. El precedente de esa rebeldía no podía instalarse.

Ni siquiera la Presidenta puede decirle que no a Néstor Kirchner. ¿Qué quedó de aquella senadora volcánica, muchas veces equivocada, capaz de rebelarse contra Menem, Duhalde y su propio esposo? Las peleas en el matrimonio eran antológicas cuando ella era senadora y él era presidente , recuerda un funcionario de aquellos tiempos. Pero Cristina se rindió y rindió su gobierno ante Néstor poco después de asumir la presidencia.

Ya sea por dependencia psicológica o por inseguridad política, lo cierto es que le dejó el poder a él y ella se dedicó a la representación del poder, que no es lo mismo que el ejercicio del poder. No hay funcionarios ni políticos ni empresarios ni sindicalistas que no se refieran al ex presidente como la instancia final del poder en la Argentina. Cristina Kirchner es la más grande decepción de mi vida política , suele decir un senador que convivió con ella en sus tiempos de senadora.

Graciela Ocaña sintió en el cuerpo esa complicada duplicidad del gobierno argentino. Ministra de Cristina, Néstor Kirchner no tuvo ningún reparo en ordenarle al bloque oficialista del Senado que tumbara una reunión para declarar la emergencia sanitaria por la epidemia del dengue. La ministra de Salud fue la primera víctima de esa desautorización política. Ella había negociado el proyecto de emergencia con senadores oficialistas y opositores. Todos estaban de acuerdo. Sin embargo, funcionarios oficiales le soplaron al oído del ex presidente que esa declaración ahuyentaría el turismo del país. Néstor Kirchner habló directamente con Miguel Angel Pichetto, jefe del bloque kirchnerista, y le ordenó pulverizar el proyecto que la Cámara se proponía aprobar. Así se hizo. Pichetto tampoco pudo decirle que no. Es cierto que el escaso turismo de estos tiempos no viaja a países con epidemias sanitarias. Pero el problema existe y ya se conoce en el mundo. ¿Para qué ocultarlo?

El problema no es, en todo caso, el conocimiento público del problema. El conflicto consiste en que no hay un sistema sanitario eficiente en el país ni lo hubo durante los último seis años, producto de omisiones y olvidos de los gobernantes. Unos 1400 niños murieron en 2007 (Kirchner era aún presidente) de bronqueolitis. Había una epidemia de fiebre amarilla cuando el ex presidente entregó un gobierno que no tenía ni vacunas para enfrentar una peste vieja y erradicada desde hacía muchos años. Esos son los datos que murmuraron tres fuentes sanitarias del país. Las estadísticas han desaparecido. Que no se sepa.

¿Cómo se denuncia lo que se recibió cuando el Gobierno es, al fin y al cabo, el mismo? , preguntó, angustiada, una alta fuente oficial. Más de un lustro se llevó el debate sobre si el delito debía ser reprimido con leyes duras o con el llamado garantismo. Está ganando el peor remedio: la justicia por mano propia. Ahora, con el agua cerca de la boca, Néstor Kirchner les echó la culpa a los jueces por la tragedia de un crimen fuera de control. Los jueces tienen alguna culpa, cómo no, pero el mayor grado de responsabilidad recae en el propio gobierno. ¿Qué quiere hacer? Esa es la pregunta sin respuesta. Mientras tanto, las armas y los tiros, los muertos y los mutilados son demasiado frecuentes. No hay estadísticas.

Héctor Méndez, presidente de la Unión Industrial, recibió presiones para que se callara. Estaba denunciando que la actividad industrial se paró y que el Gobierno hace poco y nada. La dirigencia empresaria del interior había reclamado duramente en Buenos Aires por el silencio de sus líderes. Cayó el 50 por ciento la producción de chapas de acero en el mes de marzo, comparado con el mismo mes del año anterior. Es la mejor medición de la economía que se viene, porque las chapas les sirven a casi todas las ramas de la industria.

¿Es cierto eso o hay una conspiración en marcha? Por las dudas, Néstor Kirchner presionó para poner un delegado suyo en el directorio de Siderar, la principal empresa de acería del país. Quería nombrar ahí a tres dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica o a hombres de José María Díaz Bancalari, ex caudillo de San Nicolás, que propuso hace poco la estatización de esa empresa de la multinacional Techint. La empresa zanjó proponiendo el nombre de Aldo Ferrer, un economista respetado por la empresa y el Gobierno, para ocupar un lugar en el directorio. La presión a Siderar se hizo en nombre de acciones que estaban en manos de las AFJP y ahora están en poder de la Anses. El Gobierno había asegurado, cuando sucedió la estatización de los fondos de pensión, que no pediría lugares en los directorios de las empresas que habían hecho acuerdos con las AFJP. Palabras que la acción desmintió luego, como siempre.

La Secretaría del Tesoro norteamericana tiene razón en el fondo: la crisis económica internacional se profundizó aquí por la inestabilidad en las reglas del juego, que espantó la confianza en la economía local. Cristina Kirchner, insistente en convertir el pasado en el discurso del futuro, le respondió a Washington desde su tribuna en Puerto España: la crisis no comenzó, dijo, en los países periféricos, sino en los Estados Unidos. También ella tiene razón, salvo en el caso argentino. Aquí, la crisis ya existía antes de la crisis internacional.

Por algo, la Argentina debe de ser el único país del mundo que hoy está uniendo recesión con inflación. Los Estados Unidos y Europa están en recesión, pero reconocen una fuerte deflación de los precios. La Argentina, no. Miles de empleos se pierden todas las semanas en el país, pero no hay estadísticas que reflejen verazmente ese drama. Que no se sepa.

La oposición es la única que puede decirle que no a Kirchner en la aciaga noche de un domingo de elecciones. ¿Lo hará? ¿O ella tampoco podrá, encerrada en pobres disputas por un futuro que no ha llegado aún?

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Un hombre al que nadie puede decirle que no

Por Joaquín Morales Solá

lanacion.com | Opinión | Domingo 19 de abril de 2009




El Dispreciau dice: los argentinos sabemos de atropellos de cualquier índole, esencialmente de los provenientes de la clase política ya que mi generación, esa que comprende a los nacidos entre el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la caída del General Juan Domingo Perón se ha visto sometida a una barbarie estatal y castrense donde la condición ciudadana no tiene valor alguno salvo que exista un vínculo personal y estrecho con algún funcionario de esos que trascienden los gobiernos (están siempre a pesar de...) a cambio de sonreir, ser obsecuente y no hacer nada por nadie (excepto para los amigos que retribuyen favores con otros mayores).
Durante nuestro paso por la vida hemos visto cómo los oportunistas de siempre han sacrificado el destino de miles de argentinos interfiriendo antojadizamente en la gestión del Doctor Arturo Frondizi (una capacidad y genio que nadie puede negar pero que la historia por esas extrañas vueltas que tiene lo ha dejado en el olvido a pesar de haber sido él y su familia [hermanos esencialmente] destacados escultores de un futuro que no pudo ser por los miserables que están siempre, como dije, a pesar de...), luego en la gestión del Dr. Arturo Humberto Illia (otro exponente de nuestra historia jamás reconocido más allá de su honestidad y que debió padecer a la avaricia radical y sus intereses cruzados nunca del todo explicados)... ambos personajes murieron en el ostracismo de sus propias verdades, nunca aceptadas, mucho menos escuchadas, casi siempre omitidas... pero sin haberse apropiado de la gestión como tampoco de los bienes del estado.
Lo que vino después del Doctor Illia puso en evidencia las falencias de formación de la clase castrense y sus enfrentamientos internos (ejército versus armada y ambos versus fuerza aérea y viceversa) por el poder... Ya nadie recuerda a los muertos (siempre conscriptos) de las revoluciones posteriores a Perón, donde chocaban "azules" con "colorados", es decir: mezquinos contra miserables... de alma, a pesar de las bendiciones eclesiásticas siempre presentes para resguardar el espacio por las dudas que uno u otro prevalecieran.
De nada ha servido y las pruebas están a la vista de quien lo quiera ver.
Luego del desmadre llamado Lanusse vino Perón a concluir lo que no había hecho y nos dejó de regalo dos joyas de la argentinidad: Isabelita y López Rega... a los que habría que agregar otras piedras preciosas como los "montoneros", el "ejército revolucionario del pueblo" (siempre con minúscula porque no aportaron otra cosa que no sea rapiña, muerte y desolación) y los Lastiri, los... bueno, Usted ya sabe quiénes...
Allí su Argentina, mi Argentina, quedó hecha puré y para colmo de males los militares que le siguieron no hicieron otra cosa que confundir "terrorismo" con "ideas"... "ciencia" con "comunismo"... "cultura" con "apatridismo"... y varias cosas por el estilo que dieron lugar a la muerte sistemática de cualquiera que pensara algo distinto a lo pretendido por el proceso... aunque claro está, la Armada Argentina tuvo el mérito de tener un líder que negociaba con los "malos" la vida de los que "pensaban"... pésimo ejemplo que no ha dejado más que rencores, odios, confusiones, y otras yerbas en gran parte de la sociedad...
El Dr. Raúl Alfonsín fue otra víctima de las incapacidades previas y de las contemporáneas a su tiempo de gestión, recibiendo impactos desde todos los ángulos posibles: miserias militares, miserias sindicales, miserias del PJ liderado por otros traidores a la patria (traidores en serio!)... para ahora irse envuelto en la eterna bandera argentina de las incomprensiones: "viste, era un gran tipo"... "viste, no se llevó nada"... [a pesar de los Nosiglia y compañía]; "qué lindo árbol que era, cuánta sombra daba, lástima que lo tiramos abajo para construir un choping"... y así la vamos campeando nosotros los ciudadanos que nos debatimos entre las mezquindades de los unos y las miserias de los otros, entre los bonos 9 de julio, el Rodrigazo, la 1050, el desagio, Herman González y el primer atropello quedándose con la guita de toda la clase media, las genialidades del 1 a 1 donde los muchos perdimos por 10 a 1, y todo lo ya conocido, incluyendo en ello a un usurero devenido en presidente...
La gestión de los noventa destruyó la Argentina pero la culpa se la echamos al que le siguió porque no tenía ni luces ni capacidad de gestión... pero indudablemente la sociedad argentina, una vez más, le erró al viscachazo porque los mentores de nuestros padecimientos son un riojano asociado a un bonaerense... ninguno de quiénes parecen tener ni patria y mucho menos alma.
La depredación sistemática ha dado lugar lo que transitamos hoy, sin duda alguna.
La usura se ha adueñado del poder político y promete más, a cada paso, ya que su único objetivo manifiesto y genuino es apoderarse de los bienes ajenos a cualquier precio: primero usando las miserias de los que se fueron, luego empleando con habilidad magistral los indicadores para disfrazar las realidades disimuladas pero nunca ocultas... acto seguido manipulando los derechos humanos y la historia para instalar la confrontación como método de ejercicio del poder... y así llegamos hasta un hoy, deplorable.
ARGENTINA hoy es una entelequia.
La clase política toda es una vergüenza, sin excepciones.
El país no produce nada desde la llegada de la ilustre Señora Presidente que sabe de discursos pero no ha demostrado habilidad para sortear la avaricia familiar de la cual ella es una de las indudables beneficiarias...
El campo está destruido al igual que la educación, la salud y los derechos constitucionales y sus garantías ciudadanas... empresas productivas quedan pocas, pero los únicos beneficiados son los amigos de la usura de la inteligencia estatal.
Mientras tanto los ciudadanos vamos camino a un holocausto de mayor envergadura que la cursada en el 2001... no digo genocidio porque eso lo venimos transitando desde que el riojano nos introdujo en el primer mundo... 17 millones de argentinos la están pasando mal, muy mal y en un país con 40 millones de habitantes no es buena señal... el mosquito ha dejado al descubierto todas las miserias de políticos y ministros, burladores e incapaces que se escudan tras palabras y acomodan sus gestiones a un cúmulo de mentiras sin recordar a quién le dijeron qué cosa... sí... fíjese Usted la grandeza de Dios: un mosquito pone en tela de juicio social todas las mentiras urdidas desde el PODER POLÍTICO de cualquier clase y factor.
Hoy, con el narcotráfico respirándonos en la nuca y la delincuencia adueñada de nuestras vidas... lo que se está licuando es el futuro de los que nos siguen. En lo personal, al PJ, PJ-FPV, el radicalismo, la CC, el PRO, los socialistas y los otros comunistas... no les creo nada porque ninguno tiene autoridad moral para hablar ni de sí mismo ni del otro. Los resultados de sus gestiones oficiales y opositoras están a la vista, para quien lo quiera ver.
ARGENTINA hoy no es otra cosa que una réplica del FUERTE APACHE.
El dispreciau: recordando que el "pueblo vencido jamás será unido"... o era al revés?
Abril 19, 2009.- SAN EXPEDITO te rogamos que tus huestes de la LUZ se lleven a todos estos mentirosos al mismísimo infierno.-

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