sábado, 15 de agosto de 2009

LA VERDADERA ARGENTINA


Foto: Arte de tapa: Marina Vagliente

Panorama nacional
El mapa del hambre
Las ONG que brindan asistencia alimentaria dan cuenta de la situación de emergencia que se está viviendo en el país. Declaran que cada vez más personas ingresan en la pobreza y se acercan por un plato de comida
Noticias de Comunidad: Sábado 15 de agosto de 2009 | Publicado en edición impresa
Por Micaela Urdinez
De la Fundación LA NACION

La gente se amontona en la entrada de la Asociación Corazones Abiertos, de San Martín, en el conurbano bonaerense, a metros de la Villa Hidalgo. Para muchos, la que allí reciben representa la única comida del día, ésa que estiran para engañar al estómago cuando llega la noche. La escena devela una realidad que se ha convertido en una paradoja dolorosa: en los últimos meses, las manos que claman por alimentos se multiplican mientras escasean los panes y los peces para repartir.

Así lo respaldan las recientes cifras publicadas por el Observatorio de la Deuda Social Argentina, que indican que en la actualidad, el 7,2% de los hogares argentinos padece riesgo alimentario severo (contra el 4,7% del 2008), y las ONG que brindan asistencia alimenticia y funcionan como un claro termómetro social. Una encuesta realizada por la Red Argentina de Bancos de Alimentos- en el mes de mayo - entre 210 organizaciones beneficiarias (comedores de día, hogares, comedores escolares, entre otras), reveló que el 81% ha observado un incremento en la demanda de alimentos en los últimos seis meses, aunque sólo un 56% señala haber podido ofrecer una respuesta satisfactoria.

Otros datos indican que el 98% de las organizaciones percibió un incremento en el precio de los alimentos, y el 63% afirma haber sufrido una disminución en sus recursos en el mismo período. "Más de la mitad de los comedores reciben ayuda del Estado, y lo que vemos es que están atrasados con los pagos. Hay que tener en cuenta que casi la totalidad de estas instituciones, además de dar de comer, son grandes centros de contención que brindan servicios de salud, educación y capacitación", dice Alfredo Kasdorf, presidente de la Red Argentina de Banco de Alimentos.



1 de 10 - La Estancia Alsina dona 16 cajones de mandarinas al Banco de Alimentos - Foto: LA NACION




Por su parte, Juan Carr, titular de la Red Solidaria, expone un panorama desgarrador. "Existen 2,3 millones de indigentes que no tienen garantizada la comida. O la salen a buscar o esperan que alguien se las dé", declara. Según sus cálculos, en la Argentina, una de cada 5 personas no puede comprar lo que necesita comer, ocho niños mueren por día por desnutrición y durante 2008 se sumaron 800.000 nuevos pobres a los 7 millones existentes en 2007.

A diez días de la exhortación del papa Benedicto XVI a realizar un "esfuerzo solidario" para reducir "el escándalo de la pobreza y la inequidad social", la cruzada que realizan los 1832 comedores y escuelas -según el sitio Rutas Solidarias- desde donde se combate el hambre, no parece ser suficiente.

En la Villa Hidalgo, los chicos se abrigan como pueden, mientras los perros revolotean con la esperanza de robar algunas sobras. El fantasma de la muerte - disfrazado de gripe A - vaga por los rincones del barrio, buscando su próxima víctima. Sin quererlo, todos saben que puede ser fatal: ya se llevó a una beba de un mes y 3 días y a otra de 8 meses, que concurrían a esta fundación.

Tras esta tragedia, Corazones Abiertos -como la mayoría de los comedores- decidió repartir viandas para evitar la concentración de gente. Con el comienzo de las clases, esta situación empezó a regularizarse. "El panorama es crítico. Muchas personas que hace unos meses vinieron a decirme que habían conseguido una changuita y que le dejaban sus lugares a otros en el comedor, hoy vuelven y con más bocas para alimentar", dice Amalia Bazán, responsable del comedor, mientras sus manos no dejan de repartir platos con guiso de fideos con verduras y chocolates de postre.

Rosario es una de las tantas personas que este mediodía llega a buscar comida. Sus pies conocen de memoria el recorrido de su casa en la villa hasta Corazones Abiertos, porque lo vienen haciendo durante los últimos diez años. Tiene seis hijos, está desempleada y se mantiene únicamente con los alimentos que recibe del comedor y con alguna ayuda que le dan sus hijas. "Vengo desde que abrió el comedor a almorzar con mis hijos, menos cuando estoy enferma", cuenta, mientras aclara que los últimos días no estuvo yendo porque estaba saliendo de un resfrío.

Saluda a los voluntarios del comedor como si fueran de la familia, les cuenta cómo están sus hijos, mientras le van llenando unos tupers grandes con comida. Antes de partir pide además una leche en polvo, que le entregan enseguida. "Les tenemos que dar la comida sin los paquetes, porque si no la venden", explica Amalia, que ya conoce todos los vicios de la pobreza.


Video: debate: la situación de la pobreza en la Argentina


Desigualdad
La alimentación es la madre de la desigualdad. Día a día, generaciones de argentinos siguen padeciendo las consecuencias de no ingerir los nutrientes necesarios, acentuadas por otros factores que conforman su realidad cotidiana: viviendas precarias, falta de servicios públicos básicos (agua, cloacas, gas de red), trabajos informales y bajo nivel educativo.

En base a datos de SEL Consultores, de cada 4 personas que lograron salir de la pobreza entre 2003 y 2006, una volvió a caer en 2007. Estas son las personas que necesitan urgentemente ayuda. "Estamos en una situación de desigualdad parecida a la de 20 años atrás. Hemos logrado superar el pico de la crisis, pero no hemos logrado remover las bases de la desigualdad. Este modelo de recuperación rápida del empleo sirvió para salir de la crisis pero no para resolver los problemas de base, como la disminución de la indigencia", explica Ernesto Kritz, director de la consultora.

Esta situación se repite en cada rincón del país donde el hambre se ha instalado hace demasiadas décadas para quedarse. El duro invierno que cada vez pisa más fuerte, la amenaza latente de la gripe A, la inflación que diluye los sueldos y los efectos de la crisis dan cuenta del agravamiento de las condiciones de pobreza en el país, y llevan a que las miles de familias vean comprometido su futuro.

Amalia recuerda cuando hace diez años abrió las puertas del comedor Corazones Abiertos, para contener alrededor de 100 chicos del barrio. A los tres meses, la urgencia se había colado por todas las hendijas y ya tenía 300 beneficiarios. "Hay chicos que viven en la villa, pero que si uno les da la oportunidad, ellos la aprovechan. Algunos estudian e incluso reciben premios", dice Amalia, que se apasiona cuando habla de las complicaciones en su trabajo, de la angustia de tener que depender de los subsidios y las donaciones. Se le llenan los ojos de lágrimas cuando cuenta que los chicos le piden irse a vivir con ella, o le dicen que tienen frío, o que no tienen para comer. "No deberían existir más planes sociales ni comedores. Hay que enseñarle a la gente a trabajar", concluye.

Y esto es justamente lo que hizo con Elsa, una señora encorvada, con sonrisa generosa y la piel arrugada. Hace ocho años andaba empujando su carrito, con el ojo negro porque la habían golpeado. El destino la llevó a tocar la puerta de este comedor y que la sonrisa de Amalia saliera a su encuentro. "Yo pasaba para ver si me podía ayudar con algo. Ay, nena. Qué mugre tenés , me dijo." Y la mandó a bañar enseguida. En ese momento, Elsa había encontrado un hogar. Amalia le consiguió un lugar donde vivir y la puso atrabajar en el comedor, donde todavía hoy regala su frescura.

Una gran red solidaria
El Comedor Los Bajitos está ubicado en el barrio Los Troncos del Talar, en el Municipio de Tigre, provincia de Buenos Aires. Según datos del último censo, el barrio concentra una población de 35.000 personas, que no poseen servicios de cloacas y tienen desagües a cielo abierto, con un alto índice de contaminación ambiental.

Los Bajitos se originó como consecuencia la crisis que vivió el país en el 2001, el consecuente crecimiento de la desocupación y la dificultad de las familias de acceder a los bienes básicos. Comenzaron a cocinar en la casa de una vecina, Cristina Gerez, a la que al principio concurrían 75 niños y niñas, y que en dos meses llegaron a ser 485, incorporándose también algunos padres. Cristina Gerez, la dueña de casa afirma que "a lo largo de los años el pedido de alimentos bajó, pero este año estamos atendiendo a 230 chicos y también abuelos. En el comedor hay muchos chicos con bajo peso, que son derivados por los pediatras de la salita, que además de almorzar, vienen a tomar la leche".

Carr es un entusiasta de lo posible y también de lo imposible. Por eso, junto a distintas organizaciones sociales, está empezando a conformar la receta para que todas las personas tengan comida en su mesa. "Un solo pobre para mí es una catástrofe. Lo que digo es que por lo menos hay 8 millones de personas que no tienen garantizada la salud, la vivienda, la educación ni el trabajo", se lamenta.

La iniciativa impulsada por la Red Solidaria, Cáritas parroquiales, el Centro de Lucha Contra el Hambre, dependiente de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, y el proyecto Pro Huerta del INTA busca reducir a la mitad el número de personas que padecen hambre hacia 2016 y llegar al denominado Hambre cero en 2020.

"Queremos producir alimentos para los que tienen menos recursos y también abrir una corriente de profesionales que luchen contra el hambre desde el mundo académico, que es el que puede dar buenas respuestas. Esto quiere decir, profesionalizar la lucha contra el hambre", explica Carr.

La primera etapa del plan consiste en tratar de unificar los programas de lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza tanto públicos como privados, así como organizar una sala de situación que consistiría en declarar el hambre como una epidemia que hay que monitorear constantemente.

"O se produce una megacampaña entre todos o es imposible que un sector de la sociedad termine con el hambre", concluye Carr.

Otra iniciativa que brota desde las entrañas de la comunidad para terminar con la exclusión es el Movimiento Nacional Chicos del Pueblo, red de 400 organizaciones populares que lidera la lucha contra el hambre, presidida por Alberto Morlachetti.

Bicicleteadas, pesebres vivientes, marchas que cruzan las cicatrices de la pobreza convierten al movimiento en una fuerte referencia simbólica y ayudan a morigerar la represión contra niños y jóvenes.

Sea Corazones Abiertos, Los Bajijos o cualquier otro comedor, la realidad nos muestra que la emergencia alimenticia es cada vez más urgente y alarmante.

Contactos

Red Solidaria: www.redsolidaria.org.ar


Corazones Abiertos: 4708-0567, www.corazones-abiertos.com.ar


Los Bajitos: 4715-5749


Observatorio de la Deuda Social Argentina: www.uca.edu.ar/observatorio.htm


Chicos del Pueblo: 4209-5109 / 4208-4341

Ley del buen samaritano
La ley 25989 del buen samaritano permite la donación de alimentos excluidos del mercado. Su artículo 9° eximía de responsabilidad a las empresas que acreditaran haber donado alimentos en buen estado ante eventuales problemas que sufrieran quienes los consumieran, pero no eliminaba ni el dolo ni la culpa. Es decir, presumía la buena voluntad del donante. En 2004, si bien se aprobó esta ley, el Poder Ejecutivo vetó este artículo. Las organizaciones que promueven la ley ponen en duda la legalidad de esa acción, alegando que el sistema constitucional permite al ejecutivo vetar artículos, sólo si no se impide el objetivo de esa ley.

Qué podés hacer

Doná tu vuelto en las campañas de recaudación que realizan los supermercados


Hacé un clic en www.porloschicos.com


Ayudá al comedor más cerca de tu casa (te podés fijar en www.rutassolidarias.org.ar )


Entrá en Clasificados Solidarios ( http://clasificados.lanacion.com.ar/indexSolidarios.asp ) y fijate las necesidades de las ONG

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Las ONG que brindan asistencia alimentaria dan cuenta de la situación de emergencia que se está viviendo en el país. Declaran que cada vez más personas ingresan en la pobreza y se acercan por un plato de comida

lanacion.com | Comunidad | S?do 15 de agosto de 2009



Hambre en las provincias
Noticias de Comunidad: Sábado 15 de agosto de 2009 | Publicado en edición impresa



Misiones
POSADAS- El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, está retrasado en más de dos meses en la remisión de fondos que debe recibir Misiones, correspondientes al programa "El hambre más urgente". No obstante, los proveedores locales que abastecen de alimentos a los comedores comunitarios que funcionan en esta provincia, aguardan que el Gobierno les pague en tiempo y forma, "aguantando como pueden", según integrantes del sector. En rigor, los aportes se distribuuyen aquí a través del Ministerio de la Producción, en forma desordeanada. Los alimentos no alcanzan a cubrir las necesidades de una población que aumenta en forma permanente, su número de indigentes, especialmente niños y ancianos.

Las vacaciones escolares -que se extendieron hasta el 3 de agosto debido al riesgo que todavía implica la gripe H1N1- obligaron a cerrar los comedores que funcionan en las escuelas, pero muchos padres y vecinos trabajaron para seguir alimentando a centenares de chicos y vecinos empobrecidos.
César Sánchez Bonifato
Corresponsal Misiones


Gran Buenos Aires
LA PLATA.- El 28 por ciento de los niños bonaerenses de menos de dos años está malnutrido. De ese total, el 15% presentó una talla menor de la considerada normal para su edad, mientras que el 13% restante padece exceso de peso.

Ser más pequeño o más gordo en ese tramo de la vida indica que la nutrición falla, ya sea porque faltan elementos nutritivos esenciales o porque comen mal.

Los datos, compilados en un estudio realizado por el Programa Materno Infantil del Ministerio de Salud provincial, preocupan a las autoridades bonaerenses y a los médicos, pues, básicamente, revelan que hay factores sociales vinculados con un contexto desfavorable para el desarrollo de los niños. En todos los casos -obesidad, talla corta, bajo peso-, lo considerado "esperable" es un nivel de 2,3 por ciento del total de los casos.

En el estudio, al que tuvo acceso LA NACION, se observa un descenso en los casos graves de desnutrición respecto de mediciones anteriores. Sin embargo, el hecho de que persistan problemas de bajo peso en el 2,7% de los casos relevados implica que se está casi en el mismo registro que el tomado durante la profunda crisis de 2002, cuando ese valor fue de 2,8 por ciento.

Se trata de una encuesta antropométrica realizada en centros sanitarios estatales en marzo pasado, sobre una muestra de 15.618 chicos de hasta dos años, en 103 de los 134 municipios de la provincia de Buenos Aires.

En 1995 y en 2002, el Ministerio de Salud provincial había realizado relevamientos equivalentes que ahora cotejó con los últimos guarismos obtenidos al seguir tablas de medición del crecimiento utilizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En 1995, el 16,2% de los chicos testeados presentaban baja talla; en 2002, ese resultado alcanzó el 17%; ahora es del 14,7%. Respecto de los casos de obesidad, en 1995 alcanzaron el 12,4%; en 2002, bajó al 10,9% y en el actual estudio subió al 12,8 por ciento. El bajo peso, en tanto, afecta en la actualidad al 2,7% de los niños menores de dos años; en 1995, afectaba al 3,6 por ciento.

Del trabajo surge que los lugares donde los problemas nutricionales son mayores son las denominadas regiones sanitarias VII y XI. La primera de ellas, en pleno conurbano y abarca distritos populosos, como Tres de Febrero, Hurlingham, Ituzaingó, Morón, Merlo y Moreno. En tanto, la región XI está integrada por esta capital provincial, San Vicente, Presidente Perón, Ensenada, Berisso, Cañuelas, Magdalena, Chascomús, y Dolores, entre otros.
Pablo Morosi
Corresponsal en La Plata


Santa Fe
SANTA FE.- Esta provincia no es la excepción en el panorama nacional sobre pobreza, indigencia y desnutrición. Todo lo contrario: va camino a convertirse en el eslabón más pesado del interior del país. "Esto va cada vez peor. De un relevamiento que estamos concluyendo, podemos advertir que de 5 mil chicos testeados, el 38% (1.900) padecen desnutrición", confió a este diario el padre Atilio Rosso, líder del Movimiento "Los sin techo", de consistente participación en la comunidad local.

Según datos oficiales, la tasa de pobreza en el Gran Santa Fe es de 15,2% y la de indigencia el 5,8%. En ambos casos superan la media nacional (15,3% y 4,4%, respectivamente). Los antecedentes no son menos benévolos con el Gran Rosario. Allí, la pobreza alcanzaba a comienzos de año el 13,7% y la indigencia al 6,6%, contra el 13,6% y el 4,9%, de 2007.

Del relevamiento efectuado por "Los sin techo" en los últimos meses en esta capital y los distritos de Rincón, Colastiné, Santo Tomé y Monte Vera (conglomerado Gran Santa Fe), se puede inferir que cada día 33 niños ingresan a la indigencia; esto es más de uno por hora, o sea, 1.000 por mes. Otro dato permite dimensionar el problema: el crecimiento de los niños indigentes es cuatro veces mayor que la cantidad de niños que nacen en los barrios periféricos.

"La gravedad de la situación no es nueva, pero estos datos pueden ser una ocasión para que el problema sea visto en su real magnitud y pase a constituir un problema de Estado", añadió el padre Rosso.

Según los antecedentes, la ciudad tiene 119.999 menores de 14 años; el 32% (38.080) de ellos son indigentes y el 30% (35.700) son pobres.

El propio gobernador, el socialista Hermes Binner, se ocupó del tema. "La pobreza es una cuenta pendiente, que va creciendo y no sabemos cómo resolver, ni siquiera éticamente. Tenemos una producción de alimentos que pueden darle de comer a 100 millones de habitantes y muchos argentinos que no tienen qué comer. Esto hay que corregirlo", enfatizó.

Entretanto, el arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, opinó: "Hay una responsabilidad pública y política como responsables del orden justo y del bien común. Pero a pesar de esto, el gran debate de la provincia, que es la pobreza, siguió por otros carriles", subrayó.
José Bordón
Corresponsal en Santa Fe


Salta
SALTA.- La pobreza golpea a sectores de la población y muchas familias no tienen los recursos suficientes para alimentarse. Las soluciones son de largo plazo pero las medidas se toman a partir de tiempos electorales y eso conspira contra cualquier programa serio de recuperación nutricional que tiene que ver con muchos factores, incluso culturales, opinaron varios de los entrevistados.

Por el asistencialismo hay niños que nunca vieron trabajar a sus padres pero si recibir bolsones y ayudas sociales, lo que es una bomba de tiempo porque las demandas crecerán, señalaron a La Nación, Alejandra Roldán y Milagros Fernández de la ONG Programas Sociales Comunitarios que preside la ingeniera Adriana Pérez, agregando que a la pobreza estructural que se agravó se suma ahora la coyuntural por la pérdida de ingresos de la clase media y muchos mandan sus hijos a comedores para poder llegar a fin de mes, provocando disgregación del vínculo familiar.

La diputada provincial Cristina Lobo (PJ-Capital), licenciada en nutrición y el doctor Carlos Ubeira, director del Centro Nacional de Investigaciones Nutricionales, coincidieron en que hay malnutrición y obesidad, lo que genera un problema adicional.

Para la legisladora es necesario diferenciar los índices de pobreza e indigencia ya que en zonas como Rivadavia en el Chaco Salteño son mucho más altos que en Capital. Consideró que deben concentrarse los esfuerzos en los niños y esto exige atender a las embarazadas a tiempo y aquí surge otra dificultad, el 22% son adolescentes de modo que han de nutrirse a si misma y al bebé, y luego hacer el seguimiento de las criaturas, poco más de un 20% tiene menos de dos kilos y medio al nacer. Aludió a múltiples factores endógenos y exógenos que influyen y a la necesidad de complementación de todas las áreas.

Se observa en la provincia un descenso de la desnutrición infantil de hasta un año del 13,60% en el 2003, al 7,20% en el 2007 y al 6,20% en el 2008, señaló el subsecretario de Salud, Alejandro Gravanago y para niños de uno a seis años en el 2007 fue del 13% y en el 2008 del 12%, baja de un punto en la actual gestión. Aclaró que los datos para niños de1a 6 años eran menores en el 2003, del 8%, pero con tablas distintas a las nacionales adoptadas en el 2007.

El Ministerio de Desarrollo Humano entrega mensualmente a 76.550 familias entre 50 y 120 pesos según el número de hijos en tarjetas magnéticas o tickets para compra en comercios, mínimo que se aumentará en setiembre a $65 y el máximo a $130, informó la subsecretaria de Abordaje Territorial, Ana Vega de Terrone. Se distribuyen además por mes 40.000 kits alimentarios para niños de seis meses a seis años; 10.000 módulos alimentarios a embarazadas; harina e insumos en el plan pan casero para 32.880 mujeres; se atienden 174 comedores infantiles donde concurren 15.333 niños y se provee alimentos para unos 500 pacientes de tuberculosis y 450 celíacos, los de éstos son caros y difícil de conseguir y hay tres personas cubiertas en Rivadavia Banda Sur, alejada localidad del chaco salteño. Se hace con aportes provinciales y nacionales y colaboran agentes sanitarios que van casa por casa periódicamente con asistencia nutricional, educación sanitaria y alimentaria, control de embarazadas y derivación de enfermos.
Carlos F. Pastrana
Corresponsal en Salta


Santa Cruz
RIO GALLEGOS.- Si bien el último índice de desocupación en esta ciudad indica el 2,65% según las cifras del INDEC, poco dice de muchas necesidades que se viven en Santa Cruz. Muchos sufren por los salarios que no llegan a tiempo o que no responden a las necesidades básicas de la canasta familiar que ronda los 6000 pesos, muy lejos de un salario básico. A la falta de un trabajo estable, y de una vivienda digna como problemas acuciantes en Santa Cruz, en los últimos tiempos se duplicó la asistencia de alimentos a personas que se acercan a los comedores parroquiales con una frase que se repite, "no tengo nada".

"Monseñor Miguel Angel Alemán decía que "vivimos tiempos difíciles". Hoy podemos decir lo mismo. Hemos tomado conciencia que no hay democracia estable sin una sana economía y una justa distribución de los bienes. Se ve la urgencia de generar fuentes de trabajo dignas y estables y la necesidad de recobrar la auténtica cultura de la laboriosidad", asegura a LA NACION el padre Obispo, Juan Carlos Romanín, titular de la diócesis de Río Gallegos que abarca, Santa Cruz, Tierra del Fuego e Islas Malvinas.

El hambre no aparece como el primer tema de agenda, pero no por ello deja de haber una fuerte asistencia del estado y de la sociedad civil para asistir a parte de la población. Para Romanín, quien recorre incansablemente las dos provincias y tiene una radiografía actualizada de la situación social , "los problemas más salientes en estos momentos en los sectores más vulnerables, son la incertidumbre laboral y la falta de vivienda digna. Se dan también otros, como la contaminación ambiental, la trata y tráfico de personas, pibes solos y abandonados sin suficientes centros de atención, problemas con los jubilados, hospitales con pocos profesionales".

Desde la Iglesia Cristiana aseguran que en los comedores parroquiales ha aumentado la cantidad de personas que se acercan a pedir alimentos. En Río Gallegos funciona un comedor en la capilla María de Nazareth. Situación que se repite en las ciudades más importantes de la provincia. En especial en las localidades de la zona norte santacruceña, la primera parada de los migrantes nacionales y extranjeros que recorren el país en busca de un futuro mejor.

Desde finales del 2007 en Río Gallegos se han formado asentamientos en predios fiscales sin luz ni agua, que fueron ocupados por familias que llegaron desde otras partes del país y por personas de la ciudad que ya no pudieron afrontar los altos costos de un alquiler. Según datos de la Secretaría de Tierras y Viviendas de la CTA cerca de 300 familias viven en los tres asentamientos de casitas precarias, que apenas pueden hacer frente a las bajas temperaturas durante el invierno. Por el gran nivel de precariedad, se han incendiado varias de estas viviendas.

"Muchas veces las necesidades básicas son desde el alimento, la indumentaria, la atención primaria de la salud, y el trato discriminatorio que sufren muchas de estas personas", aseguran miembros de la Secretaría de Tierras y Viviendas de la CTA que asisten en forma permanente a las familias de los asentamientos. "Los ayudamos a organizarse, y demostrarles que aún hay esperanzas, devolviéndoles la fe de tener una vida mejor, de obtener respeto y dignidad, más allá de su situación temporaria, organizarlos en la autogestión, cooperativas y consensuar un objetivo en común, primero conseguir un terreno y luego los servicios", explican desde la CTA.

Quienes viven en los asentamientos algunos tienen trabajos otros no, suelen recibir ayuda de grupos estudiantiles y también de la Pastoral Social Migratoria quienes los asisten a la hora de conseguir documentos cuando se trata de extranjeros. Y muchas veces una palabra amiga ayuda también a calentar el corazón en medio de la hostilidad invernal patagónica.

Desde el Ministerio de Asuntos Sociales se lleva adelante un programa de Seguridad Alimentaria tratando de hacer frente a las situaciones mas extremas con el objetivo de fortalecer las estrategias de prevención y promoción para superar las necesidades alimentarias nutricionales. El Programa de Seguridad Alimentaria presenta dos abordajes, los niños menores de 14 años, desnutridos, discapacitados y adultos mayores de 70 años. En las escuelas de toda la provincia están habilitados también los comedores escolares cuyos beneficiados son los niños de hasta 13 años de familias con vulnerabilidad social. Y también el programa conocido como Copa de Leche.
Mariela Arias
Corresponsal en Santa Cruz


Mendoza
MENDOZA- El gobierno y las ONG locales coinciden en que la curva de la pobreza tuvo un fuerte salto en los últimos meses y las causas siguen siendo las mismas: desempleo, falta de políticas públicas eficaces y déficit educativo de las familias más postergadas.

El ministerio Desarrollo Social reconoció que los índices de pobreza e indigencia de la provincia se duplicaron en los últimos dos años: El primero trepó del 12,6% al actual 25% y el segundo del 4,7% al 10%.

Esa realidad se refleja en un aumento de la demanda de asistencia social tanto al Estado mendocino como a las organizaciones de la sociedad civil que mantienen comedores.

El diagnóstico de la Cooperadora para la Nutrición Infantil (CONIN) es categórico: "La desnutrición creció porque ha aumentado la pobreza y el conocimiento de la gente sobre la desnutrición".

Detrás de esta situación el analfabetismo de las familias aparece como un factor que impide salir de la desnutrición como lo es el desempleo y subempleo, agrega la organización.

Conin advirtió que en el ámbito provincial como nacional faltan "políticas de estado para prevenir la desnutrición que se mantengan en el tiempo".

La Fundación Banco de Alimentos hizo una comprobación similar. En sus 7 años de vida incrementó de 9.000 a 12.000 la cantidad de beneficiarios de los cuales el 60% son niños. Las entidades que gestionan comedores subieron de 45 a 56.

Conciente de que se debe abordar las carencias educativas, realiza un programa de educación nutricional para cocineras y madres de niños beneficiados.
Sergio Dimaría
Correponsal en Mendoza


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Hambre en las provincias
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Las marcas invisibles del hambre
Por Bernardo Klikberg
Para LA NACION

Noticias de Comunidad: Sábado 15 de agosto de 2009 | Publicado en edición impresa

Los efectos de la desnutrición son mortíferos, y no reversibles. Si un infante tiene hambre, las conexiones interneuronales no terminarán de conformarse y tendrá retrasos para toda la vida. Será también vulnerable a enfermedades que resistiría normalmente y pueden matarlo.

En 2009, en un continente con condiciones ideales para producir alimentos como América latina, el hambre aumentó en un 13%, alcanzó a 53 millones de personas. Hay 9 millones de niños desnutridos, y otros 9 millones adicionales en riesgo de desnutrición.

Creer que el solo crecimiento económico resuelve el problema no corresponde a los hechos. Es muy importante que la economía crezca, pero no basta. La región creció a un 4,8% en 2005, 5,6% en 2006, 5,7% en 2007. Sin embargo, los desnutridos aumentaron en ese período en 6 millones, llegando a los 51 millones.

En América latina, la desnutrición y el hambre están fuertemente concentradas en los pueblos indígenas, en las áreas rurales pobres, las villas miseria, y periferias urbanas marginales.

Por otra parte, son "invisibles". Sólo aparecen en las estadísticas de muerte y enfermedad, y en la de menor talla que tienen los chicos pobres.

El acceso a una alimentación saludable no es un tema más. Es el más básico, es una de esas inequidades que -como señaló Marmot, presidente de la Comisión de la Organización Mundial de la Salud, sobre determinantes sociales- "matan gente en gran escala".

La única respuesta posible es la indiferencia cero. Demandar políticas públicas vigorosas y activas, apoyarlas, y contribuir desde las empresas, la sociedad civil y todos los sectores, a impedir que este drama éticamente intolerable continúe a diario.
El autor recibió el Premio 2008 a la Trayectoria Ciudadana

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Las marcas invisibles del hambre

Por Bernardo Klikberg

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El mapa del hambre
Bancos de alimentos, al límite
Estas entidades reconocen que no alcanzan a cubrir las necesidades de los comedores, que reciben cada vez más gente para alimentar

Noticias de Comunidad: Sábado 15 de agosto de 2009 | Publicado en edición impresa

Paso I. Las empresas donan los productos que por distintos motivos no pueden ser comercializados

"Los datos más alarmantes son los que llegan del NEA y después, obviamente, de los conurbanos de las grandes ciudades, como Buenos Aires. Cuando viene el frío se agrava toda la situación. La alimentación es tan básica para poder hacer cualquier otra cosa. Si eso no lo tenés bien cubierto, poder construir el resto es muy complicado", dice Alfredo Kasdorf, presidente de la Red Argentina de Banco de Alimentos, que en 2008 distribuyó 4,5 millones de kilos de alimentos entre mil organizaciones. Como casi un 60% de las organizaciones han visto reducidos sus recursos, apuntan en 2009 a mantener la cifra distribuida el año último.

Si bien no son los únicos que trabajan repartiendo alimentos -y hay que reconocer a todos los que conforman la trama de admirables que están en la trinchera de la lucha contra el hambre-, lo hacen de manera federal, ya que están presentes en Buenos Aires, Córdoba, Goya, Jujuy, La Plata, Mar del Plata, Mendoza, Neuquén, Salta, Tandil, Tucumán, Valle de Uco y Virasoro.

Su metodología es bastante simple y a la vez muy efectiva. Reciben donaciones de productos de empresas que por algún problema de etiquetado o envasado no pueden ser comercializados, pero que están aptos para el consumo, los almacenan, clasifican y luego distribuyen entre las organizaciones beneficiarias (comedores, hogares de niños, hogares de ancianos, comedores escolares, etcétera).

Video: los bancos de alimentos, en medio del hambre

"Los que asisten a los comedores son niños y lo que nos han comentado es que, ahora, son cada vez más los adultos que se han sumado. Esto quiere decir que han perdido su changa y no tienen más alternativa que ir a un comedor", agrega Kasdorf.

Desde la entidad están buscando nuevas alternativas de alianzas para poder conseguir más alimentos. Por eso se están asociando con productores de frutas y hortalizas de San Pedro, Mendoza y con los Mercados de Abasto. "También seguimos trabajando en la creación de nuevos bancos de alimentos en Rosario, Santa Fe o zonas donde hay mucha desnutrición como Chaco o Santiago del Estero", dice Kasdorf.

Las empresas, eslabón fundamental de este círculo solidario, afirman que los pedidos de alimentos que están recibiendo se asemejan al pico que tuvieron en 2003.

"Cuando la economía estaba un poco mejor, nosotros habíamos ajustado bastante nuestros volúmenes de producción en cuanto a pronósticos, así que lo que había para donar era bastante poco en relación con lo que veníamos donando. Con esta crisis que se nos vino encima nos sobraba producción y nos costaba incluso poder gestionarla para que los propios comedores pudieran aprovecharla", explica Pedro López Matheu, director de asuntos corporativos y gubernamentales de Kraft Foods, que este año lleva más de 400 toneladas donadas en el Banco de Alimentos de Buenos Aires.

A su vez, López Matheu destaca el sistema de trazabilidad que posee el Banco de Medicamentos, que es lo que a ellos les permite saber adónde va cada producto que donan, de qué manera son tratados y su logística. "Las compañías nunca podrían ser tan efectivas en la distribución a las ONG sociales, sin la logística que ellas tienen", desliza.

A pesar del veto del artículo de la ley del buen samaritano que eximía a las empresas de la responsabilidad de los alimentos que donaba, son cientas las compañías que igual apuestan por este sistema y ponen a disposición sus productos. "Creo que hay un nuevo proyecto de ley que busca restablecer este artículo. Si lo consiguen hay muchas compañías que manejan alimentos frescos que podrían engrosar los depósitos del banco de alimentos", aclara López Matheu.

Desde su mirada empresaria ven que cada vez más gente está atravesando el umbral de la pobreza y se transforma en un excluido estructural. "Son personas que van saliendo del sistema y ven menguadas sus posibilidades de reingresar y acceder a una alimentación adecuada."

Buenos Aires
El conurbano bonaerense se caracteriza por ser una de las zonas más afectadas por la pobreza y, por ende, la emergencia alimentaria. Allí es donde pone el foco el Banco de Alimentos de Buenos Aires, que también atiende a entidades de Capital Federal y reparte 250.000 kilos mensuales. Cerca de 480 comedores están acostumbrados a funcionar, gracias a los insumos que reciben del banco, beneficiando a más de 73.000 personas.

"Tenemos 300 organizaciones en lista de espera cuando a principio de año eran 250. Además, los que ayudamos tienen mucha más demanda. Hasta julio estuvimos recibiendo varias donaciones de alimentos porque por la crisis, las empresas tuvieron excedentes de producción, vendieron menos y nos donaron más. Tememos por esta segunda mitad del año, porque las empresas ajustaron su producción", dice Lorena Orellana, responsable de Comunicación Institucional de la entidad.

Los alimentos más pedidos son leche, fideos, arroz, frutas y verduras, azúcar y aceite. Como tienen cámara frigorífica, también pueden almacenar y distribuir carnes y lácteos.


1 de 10 - La Estancia Alsina dona 16 cajones de mandarinas al Banco de Alimentos - Foto: LA NACION



La mayoría no tiene transporte y se les complica contratar un flete para venir a retirar los alimentos.

"En los últimos dos años vemos un aumento paulatino de la demanda de alimentos. Los comedores que nosotros abastecemos tienen como principal problema que les ha crecido el número de bocas para alimentar. La mayoría de las personas que van a los comedores son chicos, y ahora también están yendo las madres y los padres a comer", explica Alan Manoukian, director ejecutivo del banco, que en este momento está preocupado por el financiamiento de los comedores. "Gracias a la ayuda que nosotros podemos darles, algunos han podido mejorar su infraestructura o extender su oferta de servicios, como talleres o apoyo escolar", concluye.

Contactos
Fundación Banco de Alimentos: www.bancodealimentos.org.ar
Red Argentina de Bancos de Alimentos: www.redbdea.org.ar


abrir aquí:
El mapa del hambreBancos de alimentos, al límite

Estas entidades reconocen que no alcanzan a cubrir las necesidades de los comedores, que reciben cada vez más gente para alimentar

lanacion.com | Comunidad | S?do 15 de agosto de 2009


el dispreciau dice: sin palabras... aquí, sencillamente aquí, mueren los discursos... Agosto 15, 2009.-

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