jueves, 29 de octubre de 2009

ASOCIACION JUSTICIA Y VERDAD MADRE TIERRA


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el dispreciau dice: conozco la ARGENTINA palmo a palmo... conozco el mundo lo suficiente como para contener un alma que arde, un espíritu inquieto que no se calla y que reivindica las luchas silenciosas de las gentes por sus prójimos... amo mi tierra no sólo por una cuestión de pertenencia sino porque algo nos ata ancestralmente al suelo en el cual nacemos. Amo otros lugares del mundo por los que el destino me ha hecho pasar para mostrarme cuán grandes son las distancias, los pensamientos, las convicciones, las conductas y los valores... Amo la Tierra... Argentina tiene una ruta que se numerifica como 40, que la cruza íntegramente, desde Jujuy hasta que se termina el continente allá abajo, donde se acaba la provincia de Santa Cruz... la conocí cuando tenía 14 años... la he recorrido varias veces, por tramos. Ahora tengo 58. Mi vida ha sido transitada y la historia personal está escrita, lo suficiente como para poder expresar que aquella, la ruta 40 es para mí la ruta de las carencias, de las desidias, de los olvidos, de las omisiones, de las incapacidades, de las burlas, de los atropellos... algo así como una mentira que figura en los mapas. Cuando Usted se adentra en la ruta 40 que aún permanece sin pavimentar ofreciendo una aventura sin igual al visitante, comprueba que otros numerosos caminos nacen y mueren en ella. Algunos no pasan de ser sendas, pero aunque parezca mentira dichas sendas conducen a lugares recónditos donde viven personas como Usted o como yo, idiotas o útiles o ambas cosas que han luchado para legar una realidad mejor o distinta. Dichas personas viven con lo puesto y se han resignado a estar olvidados, carentes de apoyo alguno, despreciados por el poder político cuyas prioridades son las urgencias que emanan de la falta de capacidad para la gestión... dichas personas son apenas eso, personas. Si por allí alguien debe acceder de urgencia a una necesaria atención médica, se las verá en figurillas y tal me ha sucedido varios veces, madres con sus bebés azules por el frío de la altura, pueden llegar a esperar más de doce horas que aparezca algún medio de transporte para bajarlos desde la cordillera a algún centro poblado donde pueda recibir atención de alguna índole, médica u otra... no hay infraestructura, pero tampoco hay recursos porque las excusas superan a la razón y las personas, como dije, no son más que gentes que están olvidadas en sus rincones donde la patria figura en los mapas pero las garantías constitucionales se las lleva el viento de la montaña. Creo en la piedra y sus esencias... pero eso a nadie le importa. Subir para alcanzar la ruta 40 también es una aventura... y las gentes que andan por esos lares hacen patria con sus propias manos ya que de medios, mejor ni hablar. Esa parte larga de la Argentina está tan olvidada como cualquier otra... están olvidadas las personas, las familias, las escuelas, los centros sanitarios, y nadie se ocupa del otro porque no hay cómo. Lo han denunciado sacerdotes que se deslumbran con la montaña pero padecen los lamentos de las gentes libradas a sus suertes... pero la foto no es suficiente, la sonrisa ante eventuales cámaras que la TV lleva para sus circunstancias corporativas, tampoco... Transitar por allí es vivir aquella épica "Aventura del Hombre"... una aventura que Usted puede comenzar a transitar apenas comienza a alejarse de Buenos Aires, más allá de los cien kilómetros para cualquier lado que vaya, verá cómo las carencias crecen, se diseminan, evaporando ilusiones y esperanzas de un país rico con gentes pobres... Parecerá que estoy harto... sí, lo estoy. Veo que muchos de mis conciudadanos, espantados por la realidad, han decidido organizarse para recuperar algo de esas vidas desatendidas e ignoradas, cuya única consideración aparece a la hora de mentir estadísticas. Argentina hoy está repleta de pobres, marginados e indigentes, miserables que han sido fabricados por un estado inoperante cuya única función es atropellar y generar los escenarios para permanecer en el poder, de alguna manera, mintiendo promesas que jamás se cumplirán y que nunca beneficiarán ciertamente a los que lo necesitan. Es un estado que ofrece dádivas a cambio de dignidades, pero nunca aporta una solución cierta que resuelva definitivamente el problema porque justamente vive de la pobreza... Así estamos, mal que nos pese. Dentro de la ayuda que generan algunas organizaciones humanitarias está la que abre este comentario, no deje de conocerla, vamos tejiendo a medida que nos vamos conociendo... Creo en las redes sociales, creo en los tejidos que construyen los vínculos de las personas que no guardan segundas intenciones, creo en los que hacen sin estridencias... No me gustan las fotos, congelan el alma. Vaya paisano, ande por las piedras de la 40, prepárase a conocer a fondo la desidia de la clase política argentina que se llena la boca con discursos vacíos y los estómagos a costillas de un pueblo buenazo, que se ha resignado al silencio y se conforma con lo que le ofrece cada amanecer, incluyendo en ello el hambre y hasta la propia muerte. Se lo aseguro, lo he visto con mis propios ojos. Médicos del Mundo. Médicos sin Fronteras. Muchos son los que ponen sus destinos a disposición de las necesidades... quizás, deba nacer una organización que cultive la recuperación de los valores humanos genuinos... esencialmente el de vivir con dignidad. Octubre 29, 2009.-

insisto...
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