domingo, 25 de octubre de 2009

BELGRANO: una de las piedras fundamentales de la argentinidad... destruida


PROCER DE PIES A CABEZA. El premio que recibió por sus victorias militares fue destinado por Belgrano a la construcción de cuatro escuelas: una, en Tucumán.

BELGRANO Y EL CAMPO
"La agricultura es el verdadero destino del hombre"
Domingo 25 de Octubre de 2009 | El "Padre de la Bandera" fue un ferviente impulsor de la educación y del cultivo del suelo como herramientas de desarrollo de la patria. A la vez, fue un defensor del libre comercio por sobre los proteccionismos. Por V. Guillermo Arnaud - Para LA GACETA - Pinamar (Buenos Aires)

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El licenciado Manuel Belgrano fue abogado de las universidades de Salamanca y de Valladolid. Fue nuestro primer estadista: autor del pensar y acción conducente a la "Representación de los hacendados y labradores", de Mariano Moreno, del 30 de septiembre de 1809. Y fue precursor de la "Generación del 37", en la que figuraron Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento. Su obra fue premonitora del apotegma del ingeniero Eduardo Olivera, en 1866, al fundarse la Sociedad Rural Argentina: "Cultivar el suelo es servir a la Patria".
En sus Memorias como Secretario del Real Consulado de Buenos Aires y en su periódico Correo de Comercio, entre 1794 y 1811 sentó las bases para el desarrollo de este país, por medio de la educación y el cultivo del suelo, e impulsó la ganadería, el comercio y la industria, convencido de sus ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, libertad de prensa y rechazo de la tiranía.

La donación
Fundador de la escuela pública argentina, Belgrano insistía en que los países que progresan lo hacen sobre la base de la educación. Obsesionado por el desarrollo del país, el bienestar de la población, el de las futuras generaciones y el porvenir de su tierra natal; y determinado a combatir la ignorancia, la ociosidad, la consecuente miseria e inspirar el amor al trabajo, él persigue promover la enseñanza en todos los niveles. Para ello, señala la necesidad de escuela de agricultura, escuelas gratuitas para niños y niñas, una escuela de dibujo, escuelas de hilazas de lana y de algodón, escuela de comercio, enseñanza para curtidores.
Al recibir un premio de 40.000 pesos por sus victorias en Tucumán y Salta, por carta del 31 de marzo de 1813 lo dona para la dotación de cuatro escuelas públicas de primeras letras con asiento en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero. Entonces hace hincapié "en que se enseñe a leer y escribir" "y los primeros rudimentos de los derechos y obligaciones del hombre". En carta fechada en Tucumán el 24 de diciembre de 1818, se refiere a la educación para los paisanos y dice "No hay otro medio de sacarlos de la barbarie".

El destino
Persuadido de designios de bien público y de combatir el monopolio comercial, el conflicto entre el proteccionismo y el libre comercio comienza en nuestro suelo con su persistente acción.
Dice Belgrano que, para nuestra región, "la agricultura es el verdadero destino del hombre", y que "todo depende y resulta del cultivo de las tierras".
Declama: "en un país todo agricultor, como es el que habitamos (…), el cultivo de las tierras, bien o mal dirigido, deciden de la riqueza o indigencia no sólo de los labradores, como también en general de todas las clases de un estado en que el comercio y el bien más real dependen esencialmente de las producciones de la tierra" (sic) y que "la agricultura (…) ha de ser la que nos ha de proporcionar todas nuestras comodidades, la población se aumentará, las riquezas se repartirán y la patria será feliz".
El prócer señala "tres cosas necesarias para acertar en la agricultura. Primera, querer: es necesario amarla, aficionarse y gustar de ella, tomar esta ocupación con deseo y hacerla a su placer. La segunda, poder: es preciso hallarse en estado de hacer gastos necesarios para las mejoras, para la labor y para lo que puede mejorar una tierra que es lo que falta a la mayor parte de los labradores. Tercera, saber: es preciso haber estudiado a fondo todo lo que tiene relación con el cultivo de las tierras".
Insiste sobre la agricultura diciendo: "ya no queda duda alguna, después que los hombres han vagado de opinión en opinión, que la agricultura debe ser preferentemente favorecida, y que hasta que la tierra no se haya poblado completamente de vegetales útiles, y hasta que los hombres no hayan establecido un método de agricultura, y de labor, sostenido y firme, no debe pensarse en darse exclusiva protección a otro ramo alguno, por ser este el arte vivificador, y que más que otro alguno cimenta de un modo duradero y permanente la felicidad indestructible de los pueblos (…) persuadámonos señores, que en esta provincia la verdadera mina es la tierra bien cultivada, que mientras no se la atienda nunca seremos felices".

El comercio
Con respecto al comercio dice: "es tal la dependencia mutua que tienen entre sí la agricultura y el comercio, que uno sin el otro no pueden florecer" y que "…este país, sin comercio, será un país miserable y desgraciado".
Explica que "la agricultura sólo florece con el gran consumo, y éste ¿cómo lo habrá en un país aislado y sin comercio?".
"Los productos de las cosechas exceden en los años regulares en mucho al consumo de los habitantes, con que no buscando en otra parte su venta vendrá a suceder la carestía en lugar de la abundancia porque no habiendo consumo el labrador abandona el cultivo y vease aquí la escasez", agrega.

La libertad
Señala Belgrano que "Muchos creen, que si se concede entera libertad para la exportación de frutos, el país quedará pobre y miserable y todo vendrá a ser caro". Al respecto contrapone dos principios:
1°) Que no se impida el comercio exterior de los frutos, porque según es la exportación, así es la reproducción y aumento de la agricultura.
2°) Que se dé entera libertad al comercio, pues la policía al comercio interior y exterior, más segura, exacta y provechosa a la nación y al Estado, consiste en la plena libertad de la concurrencia. (sic)

Reitera él que somos "…un País todo agricultor…" Se refiere a la relación de propietarios y arrendatarios; a la guarda de granos y a la desconfianza por temor de que la autoridad pudiese abrir los graneros; a facilitar la circulación de mercaderías por caminos seguros y practicables, y canales y ríos navegables bien sostenidos que animen al labrador.
Clama por despertar al país de la inacción. Lucha incansablemente por la libertad de empresa y comercio, contra el contrabando y el aislacionismo. Rechaza el concepto de costumbre porque con él se cubría el de corruptela, y dice: "desengañémonos: jamás han podido existir los estados luego que la corrupción ha llegado a pesar de las leyes y faltar a todos los respetos, es un principio inconcuso que en tal situación todo es ruina y desolación". (sic)
© LA GACETA [TUCUMÁN]

V. Guillermo Arnaud - Ex Presidente de la Academia de Ciencias del Ambiente, miembro de la Academia Nacional de Geografía. Autor de "El Ambiente en los albores de la
Patria".Copyright 1998-2009 - La Gaceta - Todos los derechos reservados.

el dispreciau dice: Manuel Belgrano, junto a Mariano Moreno, aportes del pensamiento fundamental a la Argentina destacada y distintiva... esa que se ha ido licuando por la corrupción, la soberbia, la negligencia, la impericia, la desvergüenza, la carencia de valores y la negación sistemática de las tradiciones. Cuando una cultura reniega de su pasado, se contradice de su presente evaporando su futuro. Octubre 25, 2009.-

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