lunes, 9 de noviembre de 2009

el día que cambió al mundo: 9 de noviembre de 1989

EL PRINCIPIO DEL FIN. Los bloques de cemento son derrumbados por los berlineses motivados por la posibilidad de lograr la libertad después de 28 años. DPA

OCCIDENTE VERSUS ORIENTE
Hace 20 años caía el símbolo del comunismo

Lunes 9 de Noviembre de 2009 | El muro fue demolido por los berlineses después de que se conoció la noticia de que podían cruzar las fronteras sin tener permisos especiales. La reunificación de Alemania tras 28 años de división llevó al colapso a la Unión Soviética. La decisión nunca fue aclarada.
LA GACETA [Tucumán]


BERLIN.- Nadie esperaba el 9 de noviembre de 1989 la caída del Muro de Berlín. Es cierto que había rumores de que algo estaba en transformación: los votantes polacos habían expulsado a sus líderes comunistas y el líder soviético Mijail Gorbachov había hablado de la necesidad de cambio.
Pero en los primeros días de noviembre de 1989 no había razones para pensar que el muro no seguiría estando en pie a final de ese mes, como lo había hecho durante 28 años. Por eso, cuando se derrumbó, nadie sabía realmente qué hacer. Días antes, la policía secreta de Alemania oriental, la Stasi, no esperaba novedades. Y los medios internacionales sin duda fueron tomados por sorpresa.
Los analistas habían pensado en escenarios de regímenes comunistas más flexibles, pero nada equiparable a los cambios que se extenderían por toda Europa del Este, simbolizados en su mayor expresión en la decisión confundida -y confusa- de abrir el muro. No estaba nada claro. Si ese suceso era imprevisible, los analistas tampoco estaban preparados para el resto de los acontecimientos de 1989.
Siguiendo el camino trazado por Polonia y Alemania oriental, varios países comenzaron a enfrentarse a sus líderes comunistas, en un efecto dominó que al final llevó al colapso de la Unión Soviética en 1991.
"Lo recordamos como un gran acontecimiento, pero en realidad fue una serie de sucesos", señaló Andrew Wilson, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. El cambio principal que se produjo hace 20 años fue que, llegado enero de 1990, la gente asumió que el estatus quo -o algo parecido a éste- se impondría de manera definitiva.
En retrospectiva, muchos de los sucesos han sido simplificados, pero Wilson subraya que nunca estuvo claro cómo acabaría todo. Las élites gobernantes podrían haber endurecido sus posiciones y haberse negado a dejar el poder. El Ejército soviético podría haberse opuesto a Gorbachov y tomado el control en la región. "Está claro que hasta los manifestantes se sorprendieron por el curso radical de los acontecimientos que se produjeron", según Wilson.
La caída del muro sigue siendo sin duda el suceso icónico más relevante del derrumbe del comunismo en toda la región, pero en verdad fue sólo uno de muchos. Wilson destaca que, en muchos sentidos, lo que inició la bola de nieve fueron las elecciones polacas en 1989, en las que el Partido Comunista fue barrido del poder.
Más adelante, los vanos intentos televisivos del líder rumano Nicolae Ceausescu de tranquilizar a una multitud rebelde fueron otro signo de que estaba llegando de verdad el final del comunismo. Esos hechos iniciaron una aventura de 20 años que sigue hasta hoy. Una región al completo debía aprender a dejar atrás la dictadura y a tratar con la democracia y el capitalismo. Países de Africa, Asia y América, como Cuba, tuvieron que arreglárselas con la pérdida de benefactores y un nuevo contexto político internacional.
Y todo el tiempo, los ciudadanos de la región tenían que aprender a enfrentarse a lo nuevo, preguntándose qué querían salvar del pasado. La cuestión creó toda una industria basada en la nostalgia con objetos que recuerdan, si no a los "buenos viejos tiempos", al menos sí a un pasado en el que las cosas eran a menudo más simples.
También hubo desacuerdos. Algunos querían mantener el socialismo, pero sin el régimen dictatorial aplicado en el siglo XX. Las lecciones económicas fueron difíciles al principio, y muchas de ellas vuelven a aprenderse en el marco de la actual crisis financiera mundial.
Pero fuera cual fuera la actitud de cada cual, algo está claro: entonces no había vuelta atrás. Moscú ya no podía dar su apoyo político para hacerlo. (DPA)

Tenía 156 km
La gran estructura de 156 kilómetros y casi dos metros de altura que rodeaba Berlín Oeste y a sus habitantes se cobró la vida de más de 1.300 personas durante los 28 años que permaneció en pie. El Muro de Berlín partió a una ciudad en dos y dividió a un país con una estructura de 700.000 toneladas de acero, perros adiestrados para el ataque y trampas mortales. Su caída repentina reunificó Alemania y produjo el derrumbe del comunismo. Así, todas las estatuas de Lenín terminaron un depósito acuático, a 12 metros bajo la superficie de un mar azul-verdoso. En América Latina, como en el resto del mundo, implicó un cambio profundo de mentalidad y de orientación política.
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el dispreciau dice: el muro de Berlín ha sido mucho más que el mero símbolo del comunismo... pero su caída, arrastró a esa extraña mezcla de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que cayó porque nunca jamás tuvo razón de ser ya que daba una imagen de unión sobre algo que nunca existió, "comunión". Las pruebas históricas son muchas, Checoslovaquia es tal vez la más cercana a occidente, pero no la única... Como todo antojo que expresa los desatinos de la clase política, el muro cayó y hoy Alemania va superando una tremenda herida social con una estrategia destacable, siempre mira hacia adelante, y eso aunque parezca poco, siempre la ha distinguido. Este mundo ya no se parece en nada a aquel otro de 1989, y mucho menos al previo inmediato o al de la "Guerra Fría". Este mundo debe luchar para que la humanidad no se extinga y esa tarea obliga a los países centrales a cambiar la mayoría de sus conductas a efectos de construir una sociedad humana que no se sustente en una falsa economía globalizada, en un mentido industrialismo, o en una peor carrera por adueñarse de cosas que nos pertenecen a todos. Las guerras, en un planeta devastado, no guardan sentido y la naturaleza está dispuesta (y lo ha demostrado) a recuperar aquello que le pertenece por derecho de eternidad. El muro de Berlín es algo semejante a un testamento vivo de aquello que no se debe hacer y de eso debemos aprender. Noviembre 09, 2009.-

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