viernes, 9 de julio de 2010

CONTRIBUCIÓN de los JUBILADOS, RETIRADOS y EMPUJADOS



La Señora SENADORA NACIONAL María Eugenia Estenssoro ha editado este mensaje:

Por María Eugenia Estenssoro / 8 de July de 2010
Tenemos un deber con nuestros adultos mayores quienes viven una situación desesperante por no poder cubrir su canasta básica. ¿Podemos vivir con 895 pesos por mes? ¿Es justo que los jubilados perciban ese haber?

Actualmente más de 4 millones y medio de personas mayores cobran la jubilación mínima que es de $ 895,15.-


Hoy, junto con Lilita Carrió y diputados de la CC-ARI -en la plaza Rodríguez Peña-, convocamos a la gente a adherir sus firmas para que la jubilación mínima se eleve al 82% móvil y para que se recompongan los haberes previsionales.

En mayo de este año, la Coalición Cívica - ARI presentó un proyecto de Ley en la Cámara de Diputados para aumentar las jubilaciones y rediscutir el sistema previsional argentina. Sobre la base de esa propuesta, el martes 29 de junio distintos diputados de la oposición firmaron un dictamen que establece las siguientes medidas:

1. Elevación de la jubilación mínima al 82% del salario mínimo vital y móvil.

2. Recomposición de los haberes previsionales según el caso “Badaro” (para quienes estuvieron o están por encima de la jubilación mínima se aplicará la movilidad del fallo Badaro -88,6% entre enero de 2002 y diciembre de 2006-).

3. Modificación de la fórmula de movilidad actual y reemplazarla por el índice general de salarios según el INDEC.

Si queremos hacer esto realidad, es necesario nuestro compromiso.

Para seguir mejor este tema, click acá:

Este post fue publicado por María Eugenia Estenssoro, el Thursday 8 de July de 2010 a las 18:04, bajo la sección Todas. un trackback desde su sitio.


8 de July, 2010 - 21:43
el dispreciau dijo:

Mi estimada Señora SENADORA NACIONAL María Eugenia Estenssoro: si hay algo que debe ser revisado profundamente en nuestra funcionalidad social, es el acuciante problema que transita la población de jubilados, víctimas de impericias de numerosos gobiernos previo-anteriores, tanto como de las negligencias de mesiánicos ministros de economía devenidos en gurues. Como ciudadano que ha transitado 40 años de trabajo, veo con estupor como viven miles de jubilados, personas que han contribuido día tras día a sostener el país… así como también veo con espanto cuánta es la gente que se plantea para qué jubilarse si ello implica someterse a la indigencia y/o a la marginación. Los desatinos de décadas de inequidades se traducen en penurias para los que se han retirado. Asímismo son muchos los jubilados que siguen trabajando para poder sobrevivir de una manera más o menos digna. El estado político se la ha pasado lapidando fondos y reprogramando presupuestos con el objeto de alimentar otros estamentos, a veces importantes, a veces superfluos, quizás las más… y ello merece una profunda revisión, no sólo desde los criterios opositores, también de aquellos que nos conducen. No obstante no percibo que haya intencionalidad política de producir un cambio de esta magnitud, por el contrario, como siempre tengo la sensación que nos encaminamos a una nueva frustración, llámese con forma de veto, o simplemente burlando a la democracia, como es costumbre, emparchando en vez de rectificar errores. Seguramente, el estado nacional deberá replantearse el origen de los fondos, sin embargo en un país donde el trabajo se ha vuelto una entelequia (quizás el término apropiado sea espejismo), se percibe como difícil un giro de semejante magnitud. Desde mi humilde punto de vista, la jubilación mínima debería contemplar una canasta básica, ajustable automáticamente según indicadores ciertos, aquellos que habiliten a un retiro digno. Nuestros padres y abuelos, trabajadores no políticos (esto es: no diputados, no senadores, no ministros, no funcionarios de gobierno alguno), se han visto denigrados en su condición humana al jubilarse, lo cual revela una injusticia tan significativa como un daño de lesa humanidad… siendo que muchos de ellos ni siquiera tuvieron la oportunidad de hacerlo, falleciendo antes, para beneficio de un estado que suele obviar las gratitudes. Varios son los focos que deben replantearse hoy. Por un lado, una persona a los 65 años hoy, es jóven y aún tiene potencial suficiente como para aportar valor social (más allá de que las empresas los consideren descartables, por otras razones, las de la conveniencia de borrar historias)… lo cual ameritaría una rectificación de la edad de desinserción laboral, contemplando un programa de sostenimiento de la inserción social, apoyando y/o desarrollando programas de retiro activo donde dichas personas pueden sertirse útiles trasmitiendo sus experiencias de trabajo (obsérvese que no digo de vida, ya que eso molestaría a los más jóvenes que prefieren acondicionar la propia). Sin embargo, bien podrían en un lapso de transición (5 años) recibir cobertura de salud del sistema público, comprendiendo en ello el acceso a los medicamentos con las usuales coberturas del PAMI (un buen ejemplo), coberturas diagnósticas, atención primaria de la salud y desde luego una internación digna, consecuente con otros procedimientos necesarios. Del mismo modo, en vez de penar tras trámites insoportables (se ha mejorado muchísimo), el acceso jubilatorio debería ser automático cuando se alcanza la edad correspondiente. Lo demás (mucho) es para discutir, y Usted tendrá mejores esquemas para aportar y/o descubrir. Espero que se llegue a algo, por la dignidad social que nos merecemos todos, por nosotros mismos y bajo el pensamiento de que socialmente, debemos elevar el perfil de nuestra gente. Un cordial saludo. el dispreciau...
Senadora María Eugenia Estenssoro » Archivo del weblog » Los jubilados deben ser nuestra prioridad


Nota: descreo de las capacidades ciertas de muchos diputados y otros tantos senadores de la oposición, líderes personalistas que se asumen superiores a sus propios equipos (a los cuales se refieren pero a los que inmediatamente desconocen)... tanto como descreo de las buenas voluntades expresadas y no materializadas de los estamentos oficiales. Las razones esgrimidas por el Ex-Presidente Néstor Kichner aparecen como muy pobres ante una sociedad diezmada por las impericias de sus antecesores y de algunos otros contemporáneos. Él mismo debería repensar un modelo perverso para transformarlo en útil para el conjunto, no para unos pocos.

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