domingo, 25 de julio de 2010

EL OTRO LADO DEL BICENTENARIO [2]



Tiempo de tortas fritas. Damián, con Adriana Camacho y los chicos, en la sede central, en González Catán

Solidaridad
Damián Capola, cadena de favores

Noticias de Revista: Domingo 25 de julio de 2010 | Publicado en edición impresa

El recuerdo de los golpes que su madre descargaba sobre él lo empujaban a dar el salto. Parado sobre un puente de la ruta 3, pensaba en dejarse caer y poner punto final a sus 18 años recién cumplidos.

-Tengo un colchón lleno de pulgas para que duermas y te puedo dar cinco pesos por llevarme la canasta de diarios. ¿Venís? -le propuso un diariero que pasaba por ahí.

Damián bajó del puente y, por primera vez, pensó que la solidaridad puede salvar vidas.

El teléfono suena una, dos, tres veces, y nadie contesta. Al segundo intento: "Disculpá que no te atendí antes. Estamos llevando a los chicos del paco a bañarse a la terminal de Retiro y no podía contestar", dice de un tirón y con la voz ronca Damián Capola, presidente del Grupo Cultural Cruz del Sur, que asiste y mantiene lejos de la calle a chicos provenientes de las villas de emergencia de Buenos Aires valiéndose de instrumentos musicales y pinceles. Tres horas más tarde, y directo desde la 31 de Retiro, llega caminando a la entrevista con una bombacha de campo, una remera amarilla manchada con pintura y su boina beige.

Lo primero que impacta es su humildad. "No soy el único en esta organización", aclara. Lo segundo: su voz incansable, entradora y persuasiva; la misma que sacude las neuronas intoxicadas y abriga los desamparados corazones de los chicos en situación de calle que siguen sus pasos. Damián sabe qué decirles: él conoció el sueño interrumpido por el traqueteo del tren, la áspera vida en la calle, los incómodos bancos de cemento en las noches frías. El tampoco tenía adónde ir. "La opción obvia era robar y drogarme, pero decidí armar una banda de música y pintar", resalta, a los 35 años, el mayor de siete hijos de una familia obrera, mezcla de italianos y chaqueños, nacido en Los Mojones, en Isidro Casanova. "Mi padre era tornero y mi madre me fajaba muchísimo", murmura.

La posibilidad de un cambio se asomó cuando se anotó en un curso de operador socioterapeuta en la Universidad de Lomas de Zamora. "Para recibirme me pedían armar un proyecto muy parecido al de la película Cadena de favores . Ahí fue donde surgió la idea del arte para la transformación social", señala.

En 2007, compartió esta idea con dos compañeros de vocación artística y asistencial -Flavia Barreiro y Roberto Rodríguez-, y con la guía del equipo de curas villeros y el aporte de particulares comenzaron a abrir talleres de pintura, entre ellos, la sede central instalada en González Catán. "Para que los pibes puedan seguir el camino del arte; para darles la posibilidad de crear. Un guitarrista no pelea para no romperse los dedos y así poder seguir tocando. Es instantáneo el hecho de darle una guitarra y sacarle la piña a un chico. Lo vi en mi banda, en mi gente", asegura Capola.

Damián miraba cómo su pincel se deslizaba sobre la pared de un pasillo de Ciudad Oculta cuando un disparo fue a dar sobre el mural que pintaba desde la mañana. "Me di vuelta y estaba el Moco con el arma en la mano. En ese momento, con todo el terror que sentí, que no es cotidiano, le dije que no podía hacerme eso porque estaba trabajando", narra.

"Guardá eso ya. Venís y me ayudás", le ordenó. El Moco terminó dando los últimos toques al mural. Este es sólo un ejemplo entre los más de dos mil chicos que asisten cada mes a los talleres en las distintas villas, cantidad que en dos meses aumentará cuando inauguren la Casa de Artes y Oficios José María Di Paola, en honor al padre Pepe, en Virrey del Pino.

"Nuestro arte está inspirado en el tipo que se levanta a las cinco de la mañana para ir a trabajar. Creo que tenemos uno de los pueblos más solidarios, porque lo viví en carne propia. Soy optimista. No es verdad que a la gente no le importa el dolor del otro", despliega Damián con un entusiasmo que lo distrae del tostado que se enfría a un costado de la mesa, aunque sean las cinco de la tarde y lleve el estómago vacío.

Solidaridad

Damián Capola, cadena de favores

lanacion.com | Revista | Domingo 25 de julio de 2010


el dispreciau dice: Argentina tuvo muchos años de declamar "gasto social", apareciendo en presupuestos mentirosos que aportaban a una caja paralela de la que nadie dijo nada. Desarrollo social tomó impulso en la primera mitad posterior a la crisis del 2001, pero se fue desvaneciendo y transformándose en nuevos discursos, vacíos, siempre fabricando deuda política. Esta iniciativa revela cuán grande es el déficit de atención del estado para con su gente... puede tomarse como una crítica, pero es la triste realidad que nos envuelve. La clase política se ocupa y concentra en "perdurar", no en "crear" y mucho menos en "compartir"... no es la única. Lo mismo hacen muchas empresas e instituciones privadas que hablan de solidaridad pero resguardan un negocio monumental y miserable en su esencia, ya que necesitan de la pobreza para continuar estando. Este es un ejemplo de lo que no se hace desde el estado omnipotente y mentiroso. Julio 25, 2010.-

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