domingo, 4 de julio de 2010

MISERICORDIA, LA MANO DE DIOS [LA VERDADERA MANO DE DIOS]


ACTUALIDAD
Los trabajadores sociales: la difícil tarea de ayudar a los otros
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Domingo 4 de Julio de 2010 | Intervienen en las manifestaciones de la cuestión social, que generalmente toman la forma de problemas.



"Categorías y conceptos como empobrecimiento, situación de exclusión, vulnerabilidad, deserción escolar, analfabetismo, inseguridad, adicciones, abuso sexual, falta de viviendas y de escuelas, problemas de salud, desnutrición, forman parte de las diversas manifestaciones de la cuestión social con la que día a día nos toca vivir", aduce la licenciada en Trabajo Social Viviana Falcón. Sin embargo, estos son consecuencia de decisiones políticas y no son producto de un mandato divino ni del azar o de la casualidad o del infortunio.

"El trabajador social, aunque no lo sepa, elige ese trabajo porque quiere amparar a la gente", afirma Nilda Gladys Omill, flamante presidenta del colegio de profesionales del Trabajo Social de Tucumán, que el viernes último festejaron su día con varios actos, una mesa panel y una charla en su sede. También la Facultad de Filosofía y Letras, donde desde hace 20 años se cursa la licenciatura de esa especialidad, los evocó. Aunque los sinsabores a veces superan a las satisfacciones, las urgencias suelen convertirlos en verdaderos bomberos sociales.
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| PELIGRO. Un chico que anda en la calle se hace hombre y logra su independencia con mayor rapidez que estando en su hogar, según un asistente social. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL

Una lucha esperanzada contra las angustias y las frustraciones

Domingo 4 de Julio de 2010 | Los trabajadores sociales comparten los problemas de los chicos de la calle y por cada gratificación asisten a muchas derrotas personales. Los alcohólicos. Los casos penales.


"Después de unos años, generalmente cuando tienen 24 o más de edad, los volvemos a ver. Estuvieron por el juzgado cuando fueron menores de 18 años y cometieron un delito. Y nos da alegría el saber que, a pesar de que su situación económica sigue siendo precaria, ya formaron un hogar y abandonaron la actividad delictiva. La mayoría hace changas, se hicieron verduleros, trabajan en la construcción, en las cosechas de caña, de frutilla o de limones, todos trabajos informales, pero el delito ya es el pasado en sus vidas". Con este relato, Domingo González nos introduce en el mundo de la delincuencia adolescente, uno de los puntos más críticos que deben abordar los trabajadores sociales.

Domingo trabaja en el área del Juzgado Penal de Menores Número 2. La función primordial en el aspecto social es ver cómo se recupera y se resociabiliza a estos chicos para que no vuelvan a cometer delitos. Según estadísticas, casi un 30% de estos adolescentes son reincidentes (o sea, vuelven a cometer otro u otros delitos después del primero). "Un chico que llega a la delincuencia tiene detrás condicionantes sociales que lo llevan a infringir la ley. Se hace hombre más rápido y más independiente y empieza a buscar por sí mismo recursos que la familia no le puede ofrecer. Al andar en la calle y tener poco control de los padres va adquiriendo costumbres extrañas: en la familia nadie le dirá que consuma drogas. Pero hay padres que son bebedores o fumadores, o incluso drogadictos, y les dan malos ejemplos. Además, no les ponen límites. Y los amigos de esos chicos son muchas veces peores que ellos. También se da el caso de que tienen padres o hermanos que estuvieron o están en la cárcel", analiza González

El trabajador social agrega que llegan a los juzgados con una gran carga de angustia. "A los 7 u 8 años -continúa- comienzan a ser transgresores: reticentes para ir a la escuela, luego repiten grado y finalmente la abandonan. El chico, a través de esta actitud, dice que esta disconforme con algo", manifiesta.

González trabaja desde hace 13 años con menores. "Nosotros -dice, conmovido- elegimos esta tarea porque queremos amparar a las personas. Y vivimos de frustración en frustración. Pero tenemos algunas gratificaciones. Hace poco, una chica de 15 años que delinquió llegó con su bebé. Por él dejó de drogarse. Otros vienen con un diploma porque hicieron un curso de computación, o terminaron el primario, o se capacitaron en un taller, y realmente nos emocionan. Algunos van a la Escuela de Oficios General Belgrano, al Centro de Formación Número 1, a la Obra de Don Bosco o a la Fundación Crecer". Y agrega: "soy optimista y quizás sea un iluso al decirlo porque los chicos que requieren ayuda son muchos. Es imperioso que la sociedad toda y los padres se involucren más".

Por su parte, Marta Acuña, con una dilatada trayectoria en el Gabinete Psicosocial del Poder Judicial de Tucumán, señala que la carrera de trabajador social da sinsabores y satisfacciones. Menciona al tratamiento de un alcohólico como "un trabajo interesante cuando uno ve que la modificación de la estructura familiar permite que la persona salga de ese estado. Eso es una gran satisfacción para uno, a pesar de que la adicción esté siempre latente, ya que sólo es una rehabilitación; la enfermedad no desaparece", señala.

Indica que en esa dependencia se trabaja en apoyo de la víctima, en lo relativo a daños y perjuicios, abarcando las áreas de Familia, Penal, Civil y Comercial

"Nuestras intervenciones hacen un aporte a un juez, a un fiscal, o al defensor de menores. Actuamos en un momento de crisis y tratamos que en la familia se encauce cierta situación. Por ejemplo, en un divorcio, le damos al juez nuestra visión de cómo está la familia en ese momento. Los chicos casi siempre piden que el papá y la mamá sigan juntos, pero a veces eso es más destructivo porque la pareja ya no puede manejarse como tal. Cada uno por su lado pueden ser excelentes padres. Si hay divorcio realizamos un seguimiento y se establece un régimen de visitas donde hay asistencia de un trabajador social", detalla.

Explica que se trabaja con víctimas de casos penales. "Cuando hay una violación -acota- hacemos un estudio del ámbito en que vive la víctima, de sus relaciones familiares, de si estudia o trabaja, sobre con qué entorno se maneja, de cuáles son sus proyectos, y eso es enviado al juzgado o cámara que lo solicita".

Cuando ocurre un accidente laboral, el juez recurre a un trabajador social. "La intervención en este caso es hacerles estudios sociales a las víctimas y al grupo familiar del propietario", dice Acuña.



¿Qué les damos? en Casos de insania
"Nos pone mal ver a chicos con cinco o seis causas judiciales, y ahí nos replanteamos si lo que hacemos lo estamos haciendo bien. El 95% de estos adolescentes es pobre. En ese ambiente, es duro y difícil transformar su cultura. Les sacamos la droga, pero ¿qué les damos? Les tenemos que dar un proyecto de vida. Y no podemos. Ellos siempre terminan haciendo trabajos pesados", dice González. Marta Acuña, del Gabinete Psicosocial del Poder Judicial de la provincia, señala que "se realiza un seguimiento semestral o anual en los casos de insania, de protección de las personas". Si se llegara a detectar que el curador (persona designada por el Estado para cuidar del enfermo) no está cumpliendo con las expectativas, el trabajador social propone un cambio de aquel o del lugar de internación, agrega

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El oficio parece hecho para resistir al lado de la gente

Domingo 4 de Julio de 2010 | La definición de la presidenta del Colegio.


"El trabajo social es una profesión comprometida con la vida, la persona humana y sus derechos. Y se caracteriza por la aceptación y el respeto por las diferencias culturales, educativas, de pensamiento u otras. También pone su metodología y técnica a disposición de la realización y plenitud del hombre involucrado en distintas circunstancias del acontecer social", dijo a LA GACETA la licenciada y profesora en Trabajo Social, Nilda Gladys Omill, flamante presidenta del Colegio de Profesionales de Servicio o Trabajo Social.

Omill, que asumió el 15 de mayo último la conducción de la entidad que nuclea a los profesionales de esta especialidad, destacó que "el trabajo social es una nueva oportunidad para la pregunta, el balance, el replanteo". "No sólo para nosotros, los que ejercemos esta profesión, sino también para quienes demandan nuestros servicios, que lamentablemente, cada vez es con mayor asiduidad. Para quienes tienen responsabilidades, desde los lugares que ocupan, para que se genere, diaria e implacablemente, la necesidad de nuestras intervenciones ante la creciente tasa de pobreza y exclusión social. No es, en este caso, una buena noticia el aumento de espacios laborales, por esta razón. Es el síntoma de una patología social, que se expresa golpeando con puño vibrante nuestros escritorios, reclamando derechos, adquiridos legítimamente", señaló Omill.

"A excepción de algunos paliativos, a los trabajadores sociales -acotó- nos concierne resistir al lado de la gente. Aguzar el ingenio, la creatividad, los conocimientos, los recursos legales, las redes sociales, para responder sin que la impotencia nos invada".

La titular de la entidad indicó que desde que se creó la institución en 1985, se han otorgado 635 matrículas definitivas y 55 provisorias. "Por supuesto que aún debemos efectuar una depuración de nuestro padrón", dijo Silvia Cristina Díaz, tesorera de la entidad, que funciona en Chacabuco 268 1º Piso, Oficina 6.

Mediante la utilización de teorías sobre el comportamiento humano y los sistemas sociales, el Trabajo Social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Al respecto, el licenciado Rodrigo Sebastián Azcuy, vocal del colegio destacó que "la Federación Internacional de Trabajadores Sociales, en una asamblea general en Montreal, de julio de 2000, determinó que los principios de los derechos humanos y la justicia social son esenciales para el trabajo social". El Día de los Asistentes y Trabajadores Sociales se celebró el viernes último con varios actos, entre ellos, un panel y un reconocimiento a ex presidentes del colegio.
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A veces hay satisfacciones, a veces se mastica bronca

Domingo 4 de Julio de 2010 |

CONCEPCION.- Dora Reinoso trabaja desde hace siete años en la Secretaría de Políticas Sociales de la Municipalidad local.


Se considera un nexo entre las demandas y necesidades de la gente y los recursos que existen para brindar respuestas. Le toca a diario enfrentar la cruda realidad de muchas familias postergadas. Algunas, en calamitoso estado de pobreza. "En muchas ocasiones uno disfruta de la satisfacción de poder darles respuestas a las personas más indigentes; en otras, mastica bronca porque a veces la solución no está a nuestro alcance. De todos modos, desde esta secretaría siempre procuramos dar una salida", comentó la asistente social.

La mujer tiene a su cargo el Departamento de Pensiones Contributivas. Por allí pasan por día hasta 100 personas con el fin de gestionar el beneficio. Por año, el área otorga entre 800 y 1.000 pensiones. "Es una asistencia que realmente se da a gente que la necesita. No digo que no haya quienes no la necesitan y que se ingeniaron para obtenerla, pero son unos pocos. Afortunadamente se ha dispuesto desde la Nación un buen presupuesto", apuntó.

Reinoso advirtió que su tarea es la de controlar que los recursos lleguen a los necesitados y además brindarles su tarea profesional . "Mi obligación es la de entrevistar al peticionante y luego, si reúne las condiciones para la pensión, lo derivo a otras dependencias a fin de que complete los requisitos". Reveló también que son las pensiones por discapacidad y las destinadas a madres de siete hijos las que más se reclaman. "La incapacidad debe ser de entre el 70 y el 80%. El médico la debe certificar con historia clínica y otros documentos", agrega.

Compromiso
La funcionaria señaló que tiene que asesorar, planificar e intervenir "en casos de todas las áreas en que existan denuncias sobre hechos que requieran de mi verificación". Reinoso asegura que siempre le gustó realizar esta tarea.

"Con ella asumo un enorme compromiso social. En uno recae la responsabilidad de reflejar objetivamente las realidades que demandan la intervención del Estado", indicó. "Este trabajo lo hago con mucho entusiasmo porque lo amo y fue mi elección de vida", concluyó. (C)
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| COMPINCHES. En el Hogar San Roque, las abuelas comparten muchos momentos y valoran la solidaridad. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL

"La persona mayor es la que transmite valores y sabiduría"

Domingo 4 de Julio de 2010 | Una trabajadora social destaca el rol de los ancianos. Los familiares que no se hacen cargo. "Hay que poner el cuerpo", dice con valentía.


Desde hace 15 años comparte alegrías, recuerdos, reclamos, tristezas, nostalgias y también sueños e ilusiones con las ancianas que transcurren sus largos días en el Hogar San Roque de esta capital.

Nilda de Trussoni es una de las trabajadoras sociales que cuidan, aconsejan y le "ponen" el oído a las inquietudes de las personas mayores, con quienes "hay un ida y vuelta muy hermoso", dice. "Esta es una profesión muy gratificante. Uno tiene que dar mucho y debemos tener una vocación de servicio permanente, con una amplia apertura hacia ellas para poder entenderlas", señala.

Según la especialista, la familia, como está constituida en la actualidad, no entiende ni quiere hacerse cargo de los adultos. "Son una carga económica (es costoso el cuidado en la casa) y no hay tiempo para cuidarlos. Son personas que tienen problemas para caminar y con la vista y no escuchan ni razonan bien. No obstante, esa persona mayor da en la casa afecto a los hijos y a los nietos, su presencia es un caudal de sabiduría y transmite costumbres, valores e historia familiar. Hay otro punto a favor: los chicos que compartieron con sus abuelos están más preparados para afrontar sus experiencias posteriores de adultos, cuando tengan que lidiar con enfermedades y muertes de seres queridos", analizó.

Trussoni dijo que al Hogar llegan ancianas -desde 65 años en adelante- para alojarse por su cuenta, porque no quieren interferir en la vida de sus familias.

"A esa edad todavía las veo jóvenes, pero desde los 70 en adelante comienza a notarse su deterioro. Aunque hay casos especiales. Como el de una señora de 93 años que está espléndida. Vivía sola y estaba bien en su departamento, pero dijo que se daba cuenta que ya debía ser atendida por alguien y por eso decidió venir", cuenta.

También relató el caso de una abuela que vivía en Las Termas de Río Hondo, en una casa particular, donde era maltratada y le gastaban el dinero de su jubilación. La especialista dijo que "era una situación dramática. Ella le pedía a Dios que viniera su hijo, que estaba en Estados Unidos y desconocía esta situación. Cuando por fin su hijo pudo venir, ella asoció esa llegada con la de Cristo, por todo lo que había rogado".

Trussoni también trabajó con adictos alojados en el Instituto Roca. "Ahí la problemática de los menores -de entre 14 y 18 años- es el consumo de drogas o de alcohol. La mayoría es de condición humilde, con carencias educativas y afectivas. Pero esto tiene que ver con que la familia está fallando, y más aún la sociedad, que no contiene a los chicos de esa edad. Hay fallas también en las instituciones educativas y religiosas", señaló.

Pocos recursos
La especialista sostiene que es urgente tomar medidas preventivas. "En la noche tucumana hay chicos tirados en la calle. La Dirección de Minoridad y Familia trabaja, pero los recursos son insuficientes. Por eso hay tantos chicos en la calle y tanta delincuencia. Y además el consumo de droga es cada vez a menor edad", indicó.

Sobre su tarea, expresó con valentía que "hay que poner el cuerpo, uno tiene que exponerse. Tenemos que salir a los lugares donde el problema está. En esta sociedad difícil los cambios son rápidos y debemos adaptarnos. Hay que comprender los mensajes que se reciben del entorno social para poder intervenir. A veces esos mensajes no son tan claros, pero hay que buscarles la raíz", completó Nilda.

El afecto familiar
"Si no implementamos una política integral para los chicos, sólo solucionamos problemas de un lado, pero quedan otros sin cubrir. Como son chicos en formación hay que tener un plan integral. La droga se tiene que controlar en el ámbito donde viven los adolescentes. Además, la escuela tiene que integrarlos; no debe ser expulsiva. Es un tema complejo que requiere un profundo análisis de la sociedad", dijo la especialista.
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Control de la droga
Según señala Trussoni, en el Hogar San Roque las ancianas resuelven las cuestiones relativas a la vivienda, a la alimentación, al confort y a la asistencia psicológica y espiritual, pero no la carencia de la cercanía de la familia, la falta de afecto. "No es lo mismo el cariño de un nieto, de un hijo, de un sobrino o de cualquier otro pariente, que la mejor atención que le pueda brindar algún empleado de este lugar", dijo.
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| RECABANDO DATOS. Un 40% de los asistentes tiene un trabajo seguro. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL

En el siglo XVIII aparecieron las ciencias sociales

Domingo 4 de Julio de 2010 | Los primeros pasos las dieron en forma de economía política.


"Históricamente, las Ciencias Sociales aparecen como consecuencia de la necesidad de estudiar la sociedad para modificar su funcionamiento. Su origen se relaciona con la constatación de un fracaso: la pervivencia de la pobreza en el momento en que las fuerzas productivas son capaces de producir más riqueza", explicó la licenciada Myrian Zelaya, docente de la carrera de Trabajo Social de la UNT.

"A finales del siglo XVIII -agregó- darán sus primeros pasos en forma de economía política de la mano de Gerónimo de Ustáriz, Thomas Malthus, Adam Smith, y David Ricardo, entre otros". Pero, según explicó la docente, otros autores también inciden en la misma línea. "Saint-Simon, Comte, Weber, Marx, Durkheim se van a mostrar interesados por la industrialización y sus consecuencias: la separación del trabajo del gremio y la familia, las transformaciones en la propiedad, el crecimiento demográfico, la ciudad industrial y el sistema fabril, entre otros. Todos ellos van a estudiar el crecimiento enorme de la productividad, consecuencia de la revolución industrial pero también constatan el aumento de la pobreza que va a afectar a la mayoría de la población".

Contrariamente a lo que pensaban las generaciones anteriores, la licenciada Marcela Pinello Araujo, que realiza una residencia en Buenos Aires, "la sociedad no se conformaba de acuerdo con las leyes de la razón sino que estaban actuando una serie de fuerzas más allá de la capacidad humana de elección racional. Comprender dichas fuerzas sería la misión de las nuevas Ciencias Sociales. Comprenderlas y actuar sobre ellas a fin de conseguir un mejor funcionamiento de la sociedad, evitando la pobreza y el desorden social".

"Comprender y actuar eran las dos caras de una misma misión pero desde los primeros siglos de esta era aparecieron preocupaciones e iniciativas dirigidas al mejoramiento de las condiciones del ser humano. Pero, estas tenían una expresión esporádica en contadas personas y eran patrocinadas por instituciones poderosas, siempre encaminadas hacia sectores limitados de la población. Esas acciones con magníficas intenciones, innegablemente resultaban insignificantes para colmar la ayuda que demandaban los males sociales; además, nunca atacaban las causas reales que daban origen a los disímiles y múltiples problemas que se presentaban", enfatizó Pinello Araujo.

La asistente Magdalena Paz Moreno sostiene que "el empleo de métodos científicos de investigación enriqueció al Trabajo Social. En sus inicios, fue considerado como un arte en el que los conocimientos de la ciencia de las relaciones humanas y su aplicación práctica posibilitó la movilización de actitudes en el individuo y los recursos de la comunidad".
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Mercado laboral
Alrededor del 40% de los trabajadores sociales titulados tiene un puesto fijo de trabajo. Otro porcentaje cercano al 55% se encuentra en condiciones de subempleo y con contratos eventuales. Cada vez hay una mayor demanda en Tucumán. Y esta tendencia indica que hasta los estudiantes son requeridos. No obstante ello en algunos ambientes se sigue considerando al trabajo social como una disciplina o una profesión de buena voluntad, que cualquiera puede desempeñar sin preparación.
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| EN ACCION. Los asistentes sociales son fundamentales en las inundaciones. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
Las urgencias los convierten en bomberos sociales

Domingo 4 de Julio de 2010 | Los pro y los contra, en la óptica de una profesional santafesina. La realización de un congreso en la ciudad de Rosario. Talleres.


"No sólo es prioritario, sino también inmediato que reflexionemos sobre la situación cotidiana que vivenciamos quienes trabajamos en el amplio espectro de lo social", dijo a LA GACETA la licenciada Viviana Falcón, integrante de la comisión directiva del Colegio de Trabajo Social Segunda Circunscripción de Rosario, Santa Fe, en su reciente visita a la provincia para promocionar las Primeras Jornadas de trabajo y reflexión sobre ¿quién cuida al trabajador?, que organiza la entidad colegiada a la cual representa.

El evento, que se realizará entre el 28 y 30 del corriente, se desarrollará en el Centro Cultural La Toma, de la segunda ciudad santafesina. En la oportunidad también debatirán acerca de los interrogantes sobre el malestar del trabajador del campo de lo social.

La licenciada Falcón aclaró que propondrán "un espacio que posibilite hablar y escuchar sobre nuestra subjetividad puesta en el trabajo; sobre los mandatos, demandas, posibilidades… Abordaremos el tema enmarcándolo en un análisis teórico, sin embargo será desde los insumos que surjan de los talleres vivenciales que se intentará crear una nueva sensibilidad ante nuestros malestares".

Denominadores comunes
"Pensamos este encuentro como el inaugural de otros que permitan y obliguen a cruzarnos con compañeros de diferentes áreas, para poder definir los denominadores en comunes y buscar juntos maneras de cuidarnos", se explayó Fernanda Díaz, colega y comprovinciana de Viviana y también integrante de la organización.

Díaz, anunció que "categorías y conceptos tales como empobrecimiento, situación de exclusión, vulnerabilidad, deserción escolar, analfabetismo, inseguridad, adicciones, abuso sexual, falta de viviendas y de escuelas, problemas de salud, desnutrición, forman parte de las diversas manifestaciones de la cuestión social con la que día a día nos toca intervenir. Creemos que estas no son producto del azar o de la naturaleza, sino de una larga construcción histórica, social, política y económica que en nuestro país, como en el resto de los países latinoamericanos dan muestra de lo que implicó la implementación del sistema capitalista y del modelo neoliberal".

Falta de planificación
Falcón se refirió luego a la intervención del Estado en términos de políticas sociales. "La mayoría de las veces se limita a designar profesionales supuestamente idóneos sin definiciones presupuestarias e institucionales acordes, esto demuestra una falta de planificación de políticas sociales universales e integrales, donde los trabajadores quedamos asumiendo responsabilidades que no nos son propias, que no contamos con los recursos, ni con el poder para dar respuestas, gestionando su trabajo en la emergencia, entendida como urgencia cotidiana, en una función de bomberos, respondiendo a lo que venga con lo que se tiene, adquiriendo altos grados de exposición frente a la población con las cuales trabajamos", dijo.

"¿Cómo nos relacionamos con las políticas sociales? ¿somos parte de ellas? ¿Podemos incidir en su definición? ¿ante la población somos la encarnación de estas políticas?", se preguntó la licenciada Falcón. Pero, también respondió que "en el marco de la emergencia, no hay claros límites que ordenen nuestro quehacer cotidiano. Esto exige un plus de energía psíquica y física para responder a lo inesperado, a lo imprevisto, exponiéndonos a altos niveles de violencia, institucional, simbólica, etcétera".

"En muchos casos -continuó al respecto- buscamos culpabilizar a un otro, un otro cercano, para justificar o sostener la incompatibilidad de trabajar en la complejidad de lo social en el marco de la inmediatez, de la incertidumbre, de la soledad, aportando aún más a un individualismo que mira una realidad en partes desconectadas entre si, sin origen, sin historia…"

"Consideramos que la acción sin mediación de la reflexión carece de sentido para la intervención, disminuyendo o anulando nuestra capacidad de producir con otros, despotenciando nuestro trabajo. ¿Esto tiene efectos en nuestras intervenciones? ¿Podemos registrar el malestar que nos genera? ¿Podemos enunciarlo? ¿Podemos hacer algo con esto? ¿Qué hacemos? Los efectos en las cabezas y cuerpos de cada uno son cada vez más evidentes, más visibles, más duros", enfatizó la licenciada Díaz.
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el dispreciau dice: Argentina viene acumulando disparidades desde siempre, muchas veces justificadas por sin-razones presupuestarias y muchas más por entelequias políticas que nos han llevado a ser un inmenso nido de pobrezas, fundadas en mediocridades inducidas por la impericia y la negligencia evolucionadas hasta límites insospechados... las décadas del 50, 60, 70, 80, 90, 00 son clara muestra de ello... y la sociedad argentina está llena de urgencias y sus frustraciones son tantas que se han perdido de vista las prioridades, entonces aparecen los mesías que aportan visiones mágicas de soluciones inexistentes... promesas que jamás se cumplirán y pactos (pseudo Moncloa) esencialmente mentirosos porque sus mentores han demostrado serlo en reiteradas ocasiones, burlando las voluntades y arrasando con las esperanzas. Cuando se inició la era "K", el Ministerio de Desarrollo Social inició una lucha por la recuperación de los marginados, olvidados, omitidos, despreciados, caídos de un sistema perverso donde la frivolidad reemplazó a la razón, argumentando visiones pobres derivadas de gestiones más pobres aún. No obstante la coherencia de ese primer paso no alcanzó para recuperar a los "perdidos" y la pobreza de los muchos se transformó en "conveniencia política"..., nuevamente se omitieron las prioridades y se recurrió a las urgencias, lo cual no desmerece la tarea del Ministerio, pero sí la desenfoca de su objetivo original. Argentina está sumida en la mediocridad de una sociedad frustrada por inducción, donde la clase política opositora es "impresentable" en todos los ámbitos donde se manifiesta (siempre hay honrosas excepciones y destacados gestores, pero son los menos)... y donde el partido que conduce, atropella como costumbre, declama, establece patrones de conflicto, y reitera errores eternos de pretender burlar al soberano, insultándole su inteligencia, restándole o comprándole su dignidad, lo cual minimiza el estado de derecho. No lo entiende así el ejecutivo que persiste en sus miopías, y la pobreza crece al amparo de las aberraciones. Esto no desmerece los aciertos genuinos ni tampoco los casuales, pero la planificación se traduce en maquiavelismo y eso, a los fines del futuro de las generaciones de argentinos venideros, no sirve. Vale un ejemplo reciente, poco relacionado con lo antedicho, pero significante de la realidad argentina: todo se enfoca en la conveniencia del mesianismo, "la mano de Dios" toma entidad salvadora, burlando el juicio cierto, desconociendo la realidad, y entonces, simplemente entonces, se pierde el valor del conjunto, del "equipo" y sus roles precisos, de las capacidades y los talentos individuales que suman en la busca de un resultado prudente y apropiado... y así, nos vemos atropellados por la realidad, sea esta con forma de adversario, o sea propiamente circunstancia... y se reiteran las frustraciones y los llantos que nosotros mismos fabricamos con nuestra conductas, frustrantes en su esencia, pero no se aprende, porque el exitismo puede más, tanto como la mediatez de comentarios periodísticos que desconocen el sentido del valor auténtico y priorizan el raiting, donde todo se pierde, transformado en basura. Del mismo modo, esta sociedad que rejunta a 17 millones de pobres (casi 50% de la población) vive sumida en urgencias porque la clase política no entiende de prioridades y se consume en su propia indigencia "mental". No hay alternativas laborales ciertas y el país transita el "negro" de un trabajo donde apenas si se sobrevive... y así no debería ser la cosa. Aquí hay mucha iniciativa destruida. Aquí hay talentos despreciados hasta el hartazgo. Aquí hay una eterna manipulación de conveniencias que desmerecen a los muchos para favorecer siempre a unos pocos oportunistas. Y la sociedad argentina se desliza hacia el abismo de sus propias incapacidades, convocando a más pobrezas, favoreciendo el crecimiento de la mediocridad que asegure la caja de políticos esencialmente pobres, de empresarios tan impresentables como algunos funcionarios, de bancos que no cumplen función alguna, de recaudadores que depredan y agréguele Usted las otras miserias que entienda conveniente. Aquí la cuestión no es repartir comida, ropa y chapas de zinc, antes bien hay que crear consciencia de trabajo y desarrollo intelectual para incorporarnos al lado iluminado del mundo... y de no comenzar ahora, en lo inmediato, Argentina seguirá asistiendo a la fábrica de pobres, única producción genuina que nos caracteriza y nos avergüenza. Promesas e ilusionismo del poder, han demostrado no ser útiles como herramientas sociales. Julio 04, 2010.-

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