domingo, 25 de julio de 2010

REMANDO EN UN MAR DE DULCE DE LECHE REPOSTERO - La Argentina del mérito - lanacion.com


Para enmarcar. Damián Capola, Roberto Rocco, Daniela González, Juan Doffo, Renato Rabbi Baldi Cabanillas y Nelly Pachas
Foto: Daniel Pessah

REMANDO EN UN MAR DE DULCE DE LECHE REPOSTERO [Copyright by Cerasale]
EL OTRO LADO DEL BICENTENARIO [1]
La Argentina del mérito
En el país del cambalache, historias de vida con diploma de honor confirman que, con esfuerzo, se puede llegar lejos

Noticias de Revista: Domingo 25 de julio de 2010 | Publicado en edición impresa


Es lo mismo el que labura/ noche y día como un buey,/ que el que vive de los otros,/ que el que mata, que el que cura/ o está fuera de la ley". El Cambalache que Discépolo escribió en los 30 parece aún pintar un retrato de la Argentina donde opera una mano invisible y caprichosa, guiada por influencias, donde se elige el atajo porque el camino recto es demasiado empinado. Pero, en una mirada más atenta y optimista, enseguida se ve otro país, con una realidad menos escandalosa, en la que no se concibe el logro sin esfuerzo, y donde se reflejan la nobleza, el sacrificio y la sobriedad de su gente: es la Argentina del mérito.

"La meritocracia en nuestro país es una excepción. Acá todo es acomodo, el camino más rápido, el más fácil y directo: la influencia, el amiguismo, el parentesco. El resultado, en el corto plazo, es un atajo, pero a mediano y largo plazo no sirve en forma colectiva", analiza Luis Rosales, presidente de la Federación Universitaria del Río de la Plata (FURP), una institución privada de bien público que cumplió 40 años en su labor formativa de potenciales dirigentes.


Video: seis casos de ilustres desconocidos en LNR


Según el sociólogo Carlos De Angelis, el amiguismo tiene una raíz cultural: "Los países latinos tienden a construir relaciones basadas en la confianza, la simpatía y las recomendaciones, mientras que en el modelo anglosajón se respeta más la idea de la carrera". El mérito es la acción que hace al hombre digno de premio o de castigo, o, en su segunda acepción, el resultado de las buenas acciones que hacen apreciable a alguien. Les cabe a los que no aceptaron la vía rápida porque, por más tentadora que se les presentase, no era la correcta. Son los que se levantan uno y mil días a la madrugada, cargados con las herramientas de la constancia y la pasión, conscientes de que no existe el logro sin el esfuerzo. Como el jefe de la Clínica de Mediano Riesgo del Garrahan que, de chico, nunca fue al pediatra; el pintor criado en Mechita que aterrizó en Buenos Aires sin un peso en los bolsillos y recibirá el Gran Premio del Salón Nacional de la Pintura; la empleada doméstica que pagó los estudios universitarios de sus hijos con su trabajo en casas ajenas; el juez que recorrió el mundo con distintas becas y volvió al país para volcar sus conocimientos, el joven que durmió en la calle y ahora ayuda a los que están en esa situación.

Como éstos, son cientos los héroes anónimos que apuestan a la cultura del trabajo. "Una sociedad que vuelve a valorar el mérito es una sociedad que vuelve a valorar el sistema educativo, que le da un presupuesto acorde, que prepara a sus docentes y que no relaja las normas", remata el sociólogo como una salida hacia una comunidad más meritoria.

A continuación, las historias de Roberto Rocco, Juan Doffo, Nelly Pachas, Renato Rabbi Baldi Cabanillas, Damián Capola y Daniela González: seis testimonios de quienes cosecharon los frutos sembrados con el sudor de su frente y el viento en contra.

Por Victoria Pérez Zabala


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En el país del cambalache, historias de vida con diploma de honor confirman que, con esfuerzo, se puede llegar lejos

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el dispreciau dice: la vida es un camino cuesta arriba, aceptado por la raza humana como habitual. En Argentina, gracias a nuestras deficiencias socio-políticas consecuentes y posteriores a la visión fundacional de la famosa generación del 80 (1880), la sociedad se sumió en la mediocridad, dando por bueno algo que no lo era, tal el caso de vivir sin trabajar o vivir del esfuerzo ajeno. Dicha nueva visión fue llevando al país y a su gente a límites de quiebre, el cual se produjo durante la década del noventa, donde la nación Argentina fue literalmente arrasada. Así las cosas, existe otra Argentina, la del esfuerzo silencioso y cotidiano que es al fin y al cabo la que la sostiene viva. No es una historia, son muchas, plenas de esfuerzos, sinsabores y lágrimas... todas muy válidas y anónimas... Los medios en Argentina, compraron el modelo político, esto es "descalificar" y hacer culto a la "vejación" ya que ella promueve el morbo y de paso, vende ejemplares y espacios. El periodismo argentino, altamente calificado, dio entonces lugar a una generación de impresentables que hacen de la mediocridad su discurso, no aportando nada al imaginario colectivo, nada más que zozobra y frustración, que es justamente lo que los envuelve (y la que les paga por sus para nada útiles servicios). Así se descalifica desde un DT hasta un jugador de fútbol que no abona su cuota parte, a un investigador o a cualquiera que no les sirva para seguir construyendo el monumento a la desidia que nos caracteriza como país. En medio de esto y mi denuncia permanente en tal sentido (escribo desde 1998 en medios especializados de salud, y lo hice antes hasta 1978 en me borraron la voluntad), aparece una nota de reivindicación de los anónimos. Bienvenida sea. Espero que sea el comienzo de una nueva etapa y no un pétalo de margarita olvidada. En Argentina se dan cosas curiosas, por ejemplo la de que aquí han convivido post-guerra mediante, las víctimas de los campos de concentración y sus propios victimarios, todos protegidos por el mismo poder... y ello replica y repica en la realidad nacional en todos sus estamentos, de allí que esto sea un cambalache, más allá de las razones. Hoy hablamos de nuestros genios de la salud pública (que los hubo), pero nadie repara en que los mismos fueron sacados a empujones del país por poderes miopes y miserables, poderes que siempre han confundido ideas con ideologías. Dicho modelo está vivo y goza de buena salud de manos de personas que usualmente deben esconder gran parte de sus historias personales, porque nada es como se lo cuenta. En fin, valen entonces las historias anónimas de individuos que haciendo lo suyo, han logrado sobrevivir a la deduda política que dicha clase fabrica sin cesar desde 1930 en adelante... Julio 25, 2010.-

Por favor, vayan a los hospitales!, saben cuántos héroes anónimos hay para entrevistar?, relatando historias increíbles.

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