domingo, 24 de abril de 2011

ANTÍPODAS DEL PENSAMIENTO RELATIVO Y ASIMÉTRICO || Argumentos para un debate nuclear y energético · ELPAÍS.com

el dispreciau dice: transcurrimos la PASCUA de RESURRECCIÓN del año gregoriano de 2011. Podría ocuparme de cómo Cristina Fernández está en condiciones de ganar elecciones presidenciales sin mover un sólo dedo, gracias a la impresentabilidad de los peronismos disidentes y sus autoconvocados fantasmas, del radicalismo antidiluviano y los portadores de apellidos, de las coaliciones personalistas a ultranza, esas que no se ocupan de nadie que no les convenga, podría ocuparme de aquellos que van consumiendo chapas a su paso, vendiéndose como adalides de la democracia corta que reina en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sólo para dividir avenidas y complicar el tránsito... podría también ocuparme de cómo el estado permanece ausente ante la realidad que va cercando a la sociedad, dejando huecos para el narcotráfico que no se resuelven ni lo harán, dejando otros tantos huecos para que las zonas liberadas estén cada vez más liberadas y las víctimas crezcan sin cobertura jurídica alguna... podría hablar de cómo el sindicalismo argentino está ingresando a una noche peor que la del medioevo, pleno de avaricias y angurrias simil-vaticanas, con ansias de poder sin saber para qué... podría introducirme en cómo los ganadores de actos eleccionarios se auto-interpretan como dioses repletos de discursos pero vacíos de contenidos, sometiendo a sus pueblos a más olvido y más desprecio... podría ocuparme de la calamidad de las rutas o el desmadre de aquellas organizaciones paralelas que dicen representar intereses y sólo se representan a sí mismas y sus eternas conveniencias... podría ocuparme de la impresentabilidad de los medios corporativos o de la barbarie instalada en el mundo árabe para obtener vaya a saber qué beneficio globalizado... pero en este mundo de desquicios y atropellos, hay prioridades absolutas que demandan atención urgente y que, desde luego, no serán atendidas, tal corresponde al modelo instalado desde los vacíos del poder y sus miopías, y conveniencias y desvergüenzas, y... por ello la sigo con Japón, porque estamos a la vuelta de la esquina de un final más que anunciado sin que nadie atine a hacer foco en las sombras que crecen a nuestro alrededor, sombras que prometen devorar a los muchos, y que merecen una reacción humana en cadena... este tema, bien vale una Pascua o hasta puede convertirse en la CRUZ de la humanidad como raza... por eso el 24 de abril de 2011, vaya lo que sigue:

[1]
Bienvenidos a la nuclear de Hamaoka, en la zona más sísmica del mundo
La central japonesa está situada en la confluencia de tres placas tectónicas
RAFAEL MÉNDEZ |Kakegawa (ENVIADO ESPECIAL) 24/04/2011



Si hay un país con probabilidad de sufrir un gran terremoto ese es Japón. Y dentro de Japón la región de Tokai, al sur de Tokio. Pues justo allí, sobre la confluencia de tres placas tectónicas y donde el Gobierno japonés sitúa el mayor riesgo de gran seísmo en los próximos 30 años, se encuentra una nuclear con cinco reactores. Se llama Hamaoka y hasta el accidente de Fukushima estaba orgullosa de retar a la sismología. El incipiente movimiento antinuclear japonés exige su cierre.

El centro de visitantes de Hamaoka es como un parque temático nuclear para niños. Un dibujo animado amarillo llamado Yuyu explica a los pequeños que el combustible MOX (que utiliza uranio y plutonio) es un "combustible de ensueño", al que califica como limpio y reciclable. Hay toboganes y colorines para explicar la fisión del átomo como un juego.

El centro tiene una torre de 17 plantas que ofrece una vista espectacular de la central: sus cinco reactores blancos sobre una enorme duna frente al Pacífico. El primero se conectó a la red en 1976 y los dos primeros ya están en desmantelamiento.

Los responsables de la nuclear, propiedad de Chubu Electric, no esconden que están en una de las peores zonas sísmicas del planeta. Los paneles detallan que allí ha habido al menos cuatro grandes terremotos: de magnitud 8,4 en 1498; de 7,9 en 1605; de 8,4 en 1707, y de 8,4 en 1854. La cadencia es de un terremoto cada 100 o 150 años. Como el último fue hace 157, el mapa oficial del Gobierno japonés sitúa allí la mayor probabilidad de que se registre un gran seísmo en 30 años. La Agencia Meteorológica de Japón afirma que "en la bahía de Suruga habrá un terremoto de magnitud 8, el terremoto de Tokai". Los japoneses conocen ese eventual seísmo como "el gran Tokai".

El sistema es discutible y un artículo en Nature de un profesor de la Universidad de Tokio pidió que se eliminara la predicción porque los últimos grandes terremotos, incluido el del 11 de marzo, han tenido el epicentro fuera de las zonas previstas. Aun así, los japoneses, que desde hace más de un mes viven pendientes de Fukushima, se empiezan a preguntar: ¿qué demonios hace ahí una nuclear?

Yukie Tokura, vecina de Kakegawa, a 20 kilómetros de la planta, ironiza: "Bienvenidos a la nuclear situada en el lugar más peligroso del mundo". Como otros japoneses, esta mujer acaba de adquirir la convicción antinuclear. Esta energía produjo el 29% de la electricidad en 2010. Hasta Fuku-shima nunca le preocupó vivir cerca de los reactores. Tokura, de 44 años y que residió en Londres, no entiende la pasividad de sus vecinos, que apoyan mayoritariamente la planta: "Me manifesté en Inglaterra contra la guerra de Irak, pero aquí nadie protesta, hay que ir muy poco a poco". Entre los críticos está Ohisi Kazuo, concejal de un pueblo cercano. "El epicentro del 11 de marzo estaba lejos de Fukushima. ¿Qué ocurriría aquí si el epicentro está justo debajo?", se pregunta inquieto.

Los japoneses son poco dados a manifestaciones, aunque con Fukushima algo puede estar cambiando. Tokio ha acogido ya dos marchas antinucleares con miles de personas, principalmente jóvenes. Su primer objetivo era Fuku-shima; el segundo, Hamaoka.

Fukushima ha ayudado como nadie al movimiento antinuclear. Entre los ecologistas corre con sorna una frase: "Fukushima nos ha dejado sin trabajo". Según una encuesta del diario Asahi, en 2007 solo el 28% de los japoneses estaba en contra de la energía nuclear. La semana pasada el porcentaje ascendía al 41%, según un sondeo del mismo diario.

Los manifestantes han recogido una polémica latente. El sis-mólogo de la Universidad de Kobe Katsuhiko Ishibashi ya alertó de un desastre tipo dominó, suma de terremoto y accidente nuclear, en Hamaoka. Ishibashi fue miembro del grupo oficial que en 2006 revisó la seguridad nuclear ante riesgo sísmico, pero dimitió con un portazo. En 2007 escribió en The International Herald Tribune un duro artículo: "El Gobierno, junto a las eléctricas y la comunidad académica, ha desarrollado el hábito de infraestimar el riesgo de grandes terremotos". Añadía que "el riesgo de que ocurriera una pesadilla es especialmente alto en Hamaoka".

Ishibashi es esquivo con la prensa pero acaba de declarar a dos revistas: "La nube radiactiva podría llegar al área metropolitana de Tokio [a unos 200 kilómetros] y habría que evacuar a más de 10 millones de personas". El diario Mainichi usó esta semana esa cita en una columna titulada explícitamente "Hamaoka debe ser apagada".

No fue el único. Kiyoo Mogi, expresidente del comité encargado de prevenir los terremotos, pidió en 2007 la clausura inmediata de Hamaoka. Lo hizo tras el terremoto de 2007, que superó las bases de diseño de la nuclear de Kashiwazaki-Kariwa.

La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón (NISA) niega la mayor. Un responsable asegura que si algo han demostrado Kashiwazaki-Kariwa y Fukushima es que las centrales resisten terremotos incluso superiores a los esperados. En el primer caso hubo un vertido al mar y un incendio, pero menor. En el segundo, alega, el problema no fue el terremoto, sino el tsunami, de 15 metros de alto y que arrambló con los generadores diésel de emergencia, que estaban semienterrados.

Hamaoka está diseñada para soportar un terremoto de 8,5, pero no tiene protección contra tsunamis (está elevada sobre una duna). La eléctrica ha anunciado la construcción de una barrera antimaremoto. La nuclear vive ahora a la sombra de Fukushima, como demuestra su tercer reactor. Este estaba en revisión el 11 de marzo y debía conectarse a la red a final de mes, pero aún sigue parado. Chubu ha retrasado la construcción del sexto reactor allí y ha pospuesto el uso de combustible MOX. Tras Fukushima, Japón revisará su política energética. Hablarán de Hamaoka.

Bienvenidos a la nuclear de Hamaoka, en la zona más sísmica del mundo · ELPAÍS.com

Gráfico: La central nuclear de Hamaoka : Gráficos en ELPAÍS.com
Gráfico: La central nuclear de Hamaoka : Gráficos en ELPAÍS.com



[2]
TRIBUNA: Laboratorio de ideas MARTÍN GALLEGO MÁLAGA
Argumentos para un debate nuclear y energético
MARTÍN GALLEGO MÁLAGA 24/04/2011


Transcurrido casi mes y medio del accidente de la central nuclear japonesa de Fukushima, parece llegado el momento de que se aborde en España el debate sosegado que, temiendo una reacción política a la alemana, pedían los pronucleares mientras salían en tromba a congratularse de lo bien que había resistido la contención de los reactores japoneses, dando lugar a una caricatura de El Roto, con un edificio saltando por los aires y con el texto: "Afortunadamente, el lobby pronuclear no presenta grietas".

La divergencia entre esa actitud defensora por principio de lo nuclear y la realidad de la tragedia (adicional al desastre causado por la naturaleza) en que se ha visto sumida la sociedad japonesa por lo sucedido en Fukushima ha producido en todo el mundo un efecto muy negativo sobre la aceptación nuclear y un deterioro de la credibilidad de sus responsables técnicos y empresariales. Como, por otro lado, parece que habrá que seguir contando de inmediato con la producción nuclear para el abastecimiento eléctrico, debería extraerse la consecuencia de que, aparte de reforzar su seguridad, es necesario replantear las relaciones energía-sociedad sobre bases más fidedignas y transparentes, definir más objetivamente los riesgos y beneficios de los distintos tipos de energía y proceder con mayor equidad a su reparto.

Con respecto a la nuclear, no se puede seguir presentando como otro tipo de energía más, cuando tiene unas peculiaridades de riesgos intrínsecos o provocados, posibles derivaciones armamentistas y disposición de residuos que dan lugar a planteamientos diferenciados no solo en su oposición social, sino en el establecimiento de regulaciones que dilatan y encarecen sensiblemente su construcción, sometiéndolas a unos elevados riesgos financieros.

Estos aspectos no se pueden obviar cuando se hacen planteamientos de relanzamiento nuclear en las nubes o, como acaba de decir el presidente de la mayor eléctrica española: "Somos absolutos convencidos de las bondades de la nuclear, pero siempre en un marco de absoluta seguridad". Demasiados absolutos en un mundo con Fukushima e Irán en el que casi todas las centrales tienen que albergar los residuos en piscinas o contenedores anexos, al no haber sido capaces de resolver la mayor parte de los países un problema tecnológicamente tan sencillo como disponer de almacenamientos temporales o definitivos.

El freno a la viabilidad práctica de la energía nuclear que implican dichos problemas no tendría mayor importancia si, por otro lado, no estuviera pendiente de resolución a nivel mundial el problema del cambio climático, para el que pudiera ser conveniente disponer de nucleares hasta que estén disponibles masivamente las energías renovables. Aunque sobre estas últimas también conviene no levantar falsas expectativas temporales y ofrecer información solvente sobre su gestionabilidad y costes.

Parece, por ello, conveniente proceder al mencionado replanteamiento de las relaciones nucleares-sociedad, a partir de algunas clarificaciones básicas. En primer lugar, es preciso distinguir claramente entre los costes de construir un nuevo reactor y los de operar otro instalado hace años. Construir nuevos reactores no ha sido seriamente considerado por casi ninguna empresa privada occidental desde hace más de 20 años, al poder producir electricidad con centrales de gas, con menor riesgo financiero y coste más reducido. Tras Fukushima, no es de esperar que, al menos en un quinquenio, pueda considerarse ningún relanzamiento nuclear en España.

Muy diferente es la economía de las centrales nucleares en funcionamiento, especialmente en el caso de las españolas, que comenzaron a operar hace más de 20 años y que han llegado a esta etapa dorada a través de un proceso continuado de apoyo público sufragado por los consumidores. Este se tuvo que iniciar en los años ochenta para evitar la quiebra de las empresas privadas promotoras, al aflorar con su puesta en marcha los excesivos intereses intercalarios que habían acumulado durante los 10 años de construcción.

El parón nuclear, tildado de ideológico, fue producto de una mera imposición de buenas prácticas contables y financieras, arropada con la recuperación de las inversiones en los reactores parados a través de un complemento a la tarifa. La situación de algunas de las empresas estaba tan deteriorada que, para que salieran adelante, hubo, además, que forzar intercambios de activos para que las eléctricas públicas asumieran, con el correspondiente soporte tarifario, parte de la carga nuclear.

La chispa desencadenante de la bonanza económica actual de las nucleares vino 10 años después con la liberalización eléctrica de 1997, al reconocerse a toda la producción eléctrica (con hidráulicas, nuclear, carbón o gas) un precio marcado por el coste de la central más cara que funcionara en cada momento. Además, se acordaron unos complementos adicionales de hasta 8.663 millones de euros, denominados Costes de Transición a la Competencia (CTC) para garantizarles un precio mínimo que asegurara la recuperación de las inversiones efectuadas antes de la liberalización en todas las centrales. La realidad es que, por ese concepto, las eléctricas acabaron ingresando más de 10.000 millones. Además, al cancelar anticipadamente en 2006 los CTC, evitaron tener que devolver esa suma, al percibir luego hasta 2010, fecha inicialmente contemplada, unos precios de mercado mucho más elevados.

De estos hechos se deducen dos consecuencias muy importantes que conviene les sean explicadas muy claramente a los ciudadanos. La primera es que tanto si se aumenta la vida de las nucleares como si se cierra alguna de ellas, las eléctricas tendrán mayores o menores beneficios, pero los consumidores domésticos o industriales, según la regulación vigente, seguirán pagando grosso modo el mismo precio, puesto que este seguirá siendo marcado por el coste de otra central más cara de gas.

Parece, por ello, cuando menos sorprendente que el presidente de la CEOE proclame, en beneficio de solo cuatro de sus empresas y en perjuicio de todas las demás consumidoras, que "la energía nuclear es fiable, buena, bonita y barata, y da seguridad al sistema con un precio asequible, que es lo que necesita la industria española para competir".

La segunda consideración es que la venta de la energía nuclear-eléctrica a un precio que triplica su coste es una de las causas que impiden reducir el déficit tarifario, ya que la recaudación, al destinarse en primer lugar a pagar la energía generada a ese precio, hace que las eléctricas se tengan que endeudar (con el aval del Estado) para abonar el resto de costes. El déficit no se crea, pues, porque no se cubran los costes reales, sino porque hay un exceso de percepciones reconocidas en la regulación, lo que ha dado lugar a que las tarifas hayan aumentado desde 2004 en más de un 50%, además de haberse generado un déficit adicional de 18.000 millones de euros que los consumidores tendrán que pagar aplazadamente en los próximos 15 años.

Además, dicho déficit puede llegar hasta los 40.000 millones de euros en 2020, salvo que sigan aumentándose los precios a unos hogares e industrias que ya están pagando un 16% y un 21% más, respectivamente, que la media de la UE. Por ello la competitividad de la economía española debe preservarse evitando nuevas subidas, para lo que es necesario reducir diversos costes y beneficios regulatorios reconocidos, entre los que se encuentran los percibidos por la producción nuclear, que superan los 2.000 millones anuales.

Para concluir, hay que referirse de nuevo a la necesidad expresada inicialmente de una mayor equidad en el reparto de riesgos y beneficios de los distintos tipos de energía, porque esto es lo que podría dar en los próximos años un papel relevante a la energía nuclear.

Las centrales nucleares en funcionamiento, aunque nos hacen soportar a todos unos riesgos de baja probabilidad, pero de alta incidencia, tienen que seguir funcionando a corto y medio plazo, junto con otras de gas y carbón (que también presentan riesgos significativos en su cadena de aprovisionamiento) porque solo con renovables no puede hoy asegurarse el suministro eléctrico.

Por ello hay que hacer un esfuerzo tecnológico para desarrollar energías renovables más eficientes en las que España tiene ventajas comparativas, que sirvan de base a un desarrollo industrial creador de empleo y permitan conseguir en 20 años un suministro eléctrico sin apenas CO2. Es precisamente este marco el que podría justificar un mantenimiento de las centrales nucleares si, en vez de producir un beneficio regulatorio injustificado a cuatro empresas eléctricas, sus menores costes operativos contribuyeran a la financiación de un despliegue bien planteado de las renovables.

Martín Gallego Málaga es ex secretario general de la Energía.

Argumentos para un debate nuclear y energético · ELPAÍS.com



el dispreciau dice: las genialidades provenientes de las soberbias y sus vacíos insisten en los costos, costos que ellos mismos diseñan, fabrican, inducen, dibujan, planifican a efectos de favorecer a unos pocos y dañar a otros muchos. Este mundo humano bajo este modelo no da para más y de continuar hasta consumirse promete males mayores indiscriminadamente. La energía nuclear debe ser replanteada en su totalidad y no debería tener vigencia hasta no resolver todas las cuestiones de fondo que desconoce u omite por las ciencias de las conveniencias, ya que de lo contrario el daño a la Tierra alcanzará una magnitud tal que será irreversible. Esta energía se planteó por razones de poder, esencialmente militares, pero esencialmente sus contenidos no habilitan a dichos criterios y mucho menos a los razonamientos que han hecho de ella un arma letal que va en contra de sus propios mentores. Lo Hiroshima y Nagasaki fueron actos de barbarie en la inconsciencia humana y su consecuente estupidez, pero los experimentos nucleares no son distintos a dicha filosofía de intereses... El daño que se ha hecho a la humanidad ya es excesivo y está desmadrado a manos de explicaciones y argumentos ridículos, vengan de quien vengan... La Tierra (planeta) está padeciendo una alteración geomagnética de nvergadura, relacionada con otras semejantes que se están produciendo en el espacio Solar y contiguos... por lo tanto, esta Tierra se moverá internamente cada vez más, produciendo cataclismos impensados por esta humanidad de facilismos y oportunismos. En un medio alterado la energía nuclear es un disparate, así de sencillo y átomos librados a su suerte prometen hacer arder a las soberbias de idiotas devenidos en "genios" de pacotilla, que acumulan curriculum a expensas de la vida de los otros. Si el mundo político tuviese un dejo de sentido común, apagaría las centrales nucleares ya y comenzaría a buscar soluciones de fondo a un problema que promete geometrizarse este mismo año. Nada indica que así sea y ello podría ser definido como la conducta romana y judía de enviar a Jesús a la Cruz para evitar seguir escuchándolo, tratando de evitar tener que atender las verdades que evidencian las falencias de unos pocos. La humanidad globalizada, ya sin fronteras ciertas ni banderas genuinas, es una sola nave espacial que está padeciendo la presencia humana en su conjunto, y dolida por ello reacciona como sabe y como puede. El Océano Pacífico se está quebrando tal lo hizo hace veintiseis mil años y está pronto a engullirse todo lo que hay en él y también ir mucho más allá, comiéndose las antípodas. Dado que las ciencias están esclavizadas por sistemas financieros perversos a los que han vendido sus dignidades, sus éticas y sus bioéticas, nada de esto parece cierto, lo cual no impide que lo sea... la pregunta es... ¿quiere Usted subirse a la CRUZ inventada por los incapaces?... o bien, ¿cree Usted poder redimir las almas vacías de los poderes del mundo humano, sacrificándose por inútiles que no saben lo que hacen, pero defienden sus posiciones como si supieran?... bien, piénselo, porque queda muy, pero muy, poco tiempo. Los problemas ciertos bajo las alfombras de la incapacidad luego se traducen en dramas de las incertidumbres... Abril 24, 2011.-

No hay comentarios: