miércoles, 4 de mayo de 2011

LA MÁQUINA DE IMPEDIR - Barbacid paraliza el desarrollo del fármaco contra el cáncer de pulmón · ELPAÍS.com

Barbacid paraliza el desarrollo del fármaco contra el cáncer de pulmón
Ciencia rechaza por "ilegal" la financiación privada prevista por el investigador - El proyecto del CNIO puede ser abordado ahora por farmacéuticas extranjeras
JAVIER SAMPEDRO | Madrid 04/05/2011


El laboratorio de Mariano Barbacid, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid, ha identificado en ratones una diana (c-Raf) óptima para dirigir contra ella nuevos fármacos contra el cáncer de pulmón. El desarrollo de esas moléculas, sin embargo, se ve frenado por discrepancias con el Ministerio de Ciencia e Innovación, que juzga "ilegal" la fórmula elegida para captar 10 millones de financiación privada. Publicado el trabajo, el proyecto puede ser abordado por farmacéuticas de fuera de España.


Una diana es una proteína del cuerpo que resulta esencial para el desarrollo de un tumor, y que por tanto es óptimo para dirigir fármacos contra ella. Barbacid y su equipo acaban de demostrar en ratones que la proteína c-Raf es imprescindible para las células malignas de un tipo muy común de cáncer de pulmón, que da cuenta del 25% de los casos humanos. Los ratones que carecen de c-Raf están protegidos.La inactivación de c-Raf se consigue por unos métodos genéticos que son inaplicables a los humanos. Pero, una vez identificada la diana, se pueden buscar moléculas que la inactiven, es decir, candidatos a fármacos contra el 25% de los cánceres de pulmón.

El trabajo, publicado en Cancer Cell, "implica que podremos inhibir la quinasa c-Raf con inhibidores selectivos sin que se produzcan efectos tóxicos en el paciente", dice Barbacid, "asumiendo, por supuesto, que estos resultados genéticos obtenidos en ratones sean extrapolables a seres humanos; los inhibidores de c-RAF no tendrían que ser 100% selectivos -muy difícil de conseguir en los inhibidores de quinasas-, ya que una inhibición colateral de otras quinasas similares tampoco tendría consecuencias negativas, según nuestros resultados".

Rastrear millones de moléculas contra una diana es la actividad central de la industria farmacéutica, pero el CNIO también tiene un Programa de Terapias Experimentales que lleva funcionando cinco años con dinero público, y ya ha desarrollado algunos candidatos a fármacos contra otros tipos de cáncer. "La trascendencia de los resultados", dice Barbacid, "había planteado la posibilidad de que ese programa iniciara el proceso para obtener la síntesis de inhibidores de c-Raf; desgraciadamente, a finales de 2010 el Ministerio decidió no renovar su financiación, pese a haber generado ya moléculas de alto interés terapéutico contra otras dianas moleculares".

La alternativa obvia es financiar ese proyecto con fondos privados, pero ha chocado con obstáculos legales. "El ministerio", según el científico, "no ha permitido la llegada de 10 millones de euros de financiación privada debido a un informe jurídico que interpreta que una fundación pública no puede establecer acuerdos que impliquen su participación en una sociedad mercantil".

"Es irónico", dice Barbacid, "que sean las propias normas de la Administración las que impidan poner en marcha un proyecto tan innovador como este, incluso sin que le cueste un euro al Estado; luego nos quejamos de que no hay participación privada en proyectos de I+D; esto no tiene sentido, algo habrá que cambiar".

Fuentes de Ciencia e Innovación creen "desafortunadas" las declaraciones de Barbacid. Dicen que el proceso de negociación "está abierto" para buscar formas alternativas de financiación privada. El problema, explican, es que la fórmula elegida por el científico para atraer ese dinero es "ilegal", según han determinado los informes encargados tanto a la abogacía del Estado como a la firma de abogados Garrigues.

La fórmula que propone Barbacid es la constitución de una agrupación de interés económico (AIE) para explotar las patentes conseguidas por el CNIO. Según los informes jurídicos, una fundación pública no puede formar una AIE. Barbacid aduce otros dos que dicen lo contrario, uno de Gómez Acebo y Pombo y otro de Enrique Rivero, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Salamanca.

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el dispreciau dice: existe una máquina de impedir que está enquistada en la burocracia de todos los estados... una máquina que por carencia de razón y mucho más de sentido común, habilita inconveniencias e impide, traba, bloquea, daña o extermina las conveniencias, esas que favorecen a las personas en una determinada circunstancia. La máquina de impedir está formada por obsecuencias y desprecios, soberbias y otras necedades mayores, que suelen ya no sólo negar las evidencias sino además tergiversarlas, deformando la realidad. Entiendo que la ciencia es propiedad de la humanidad y que no pertenece a nadie como individuo sino al inconsciente colectivo... de allí que no crea ni acepte la "venta" de la ciencia, del conocimiento y sus contenidos, de los saberes legítimos prescindentes de bronces y chapas de conveniencias académicas y cultoras de nuevas y peores soberbias. Los estados económicos quebrados y sus incapaces al mando se han empecinado en atacar las estructuras sanitario-asistenciales, restándoles "cerebros", por ende recursos humanos, quitándoles estructuras y esclavizando los mecanismos a efectos de someter a la exclusión pública al gran mundo olvidado y omitido de los muchos... ello se hace mediante excusas de necesidades y urgencias y de las interminables recetas económicas falaces del FMI y sus genios sin cabeza que imponen a los "otros" cargas que ellos no saben cómo llevar... de allí que médicos, investigadores, enfermeros, farmacéuticos, bioquímicos, y otros miembros del equipo de salud de cualquier unidad asistencial, en cualquier lugar del mundo, incluyendo en ello el gran universo de pacientes, se transformen en variables de ajuste de aquellas necias conveniencias que, a efectos que les cierren sus estados contables, envían al sacrificio a multitudes inocentes y anónimas, para luego descubrir que aquellos recortes no fueron suficientes y se hace necesario exterminar a un número mayor de gentes, excluyéndolos y sometiéndolos al ostracismo de la depresión, el estrés y la vergüenza íntima, cuando no a su propia muerte. Esa acción de los estados, europeos, americano, cualquiera sea, es un acto de terrorismo de estado, un delito de lesa humanidad, de peores consecuencias que las mentadas por el desconocido Osama Bin Laden y su también no demasiado conocida Al Qaeda, a los que se achacan todos los males de la humanidad sin que quede claro quién es la víctima y quién el victimario, ya que si se habla de culpas y responsabilidades, el que induce al prójimo en zozobras inventadas es más culpable y responsable que aquel que está dispuesto a morir por su dignidad... La cuestión es que en este desconcierto de estupideces humanas, ciertas ciencias son más convenientes que otras y muchos estados hablan de gastos catastróficos en salud, cuando en verdad el único gasto catastrófico se produce (tiene lugar) cuando un paciente deja de ser atendido en tiempo y forma, ajustándose al sentido de oportunidad clínica, algo que ningún político está en condiciones mentales ni tampoco espirituales de comprender (hasta que le toca a él). En dicho contexto, ciertas enfermedades son más convenientes que otras ya que favorecen los actos de corrupción en disferentes ámbitos, para lo cual a veces se hace necesario denigrar al investigador, al médico, al equipo, para abrir la puerta de algún acuerdo "raro" que favorece que esa misma investigación la lleve adelante otro nicho de intereses, más ventajeros y que por supuesto, recibirá mejores y más oportunos reconocimientos internacionales, a efectos de asegurar la continuidad del criterio que se impone sólo por imperio de los intereses... allí sucumbe la ciencia, muere la medicina como ciencia, se ahogan las voluntades de las personas que participan por convicción genuina. Pero a la máquina de impedir le importa un bledo aquello que se pierde, ya que por debajo de la mesa recibe "apoyos" consecuentes a la estrategia. De este modo se gastan recursos en muchas iniciativas vacías que favorecen el arrasar a otras tantas de suma importancia... pero es evidente que a "alguien" le sirve el modelo. La evidencia se traduce en que no le sirve a las personas anónimas, a los muchos, a los miles de millones de excluidos que se fabrican por segundo a efectos que a los pocos les vaya bien... tan bien, que se están cercando a ellos mismos y sus miserables consideraciones que desprecian al prójimo. No hay peor reacción social que aquella que se encadena a las necesidades insatisfechas y a las demandas contenidas por negligencia de los pocos... Mayo 04, 2011.-

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