viernes, 11 de noviembre de 2011

VIRREINATO CHINO || Brasil lucha por ganar peso ante la arrolladora maquinaria china | Internacional | EL PAÍS

Brasil lucha por ganar peso ante la arrolladora maquinaria china

El Gobierno de Brasilia considera que la relación comercial con China es asimétrica y reclama un aumento de las exportaciones manufacturas y medicamentos

 
Hu Jintao y Dilma Rousseff durante un encuentro bilateral. / V. HACHE (AFP)
 
Las relaciones bilaterales entre China y Brasil no atraviesan su mejor momento pese a la clara voluntad de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, de estrechar lazos con el gigante asiático. Por un lado, China se resiste a apoyar las aspiraciones brasileñas de conseguir un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Por otro, la balanza comercial entre ambos países es favorable a Brasil desde un punto de vista cuantitativo (en millones de dólares), aunque el Gobierno de Brasilia sostiene que existen serios desequilibrios en términos cualitativos: mientras China inunda el mercado brasileño de manufacturas, principalmente equipos electrónicos, Brasil exporta al mercado chino materias primas sin procesar (en Brasil las llaman directamente “sin valor añadido”), como soja, mineral de hierro y petróleo. A pesar de obtener elevados ingresos con estas ventas, el país sudamericano se queja de que esta dinámica frena la diversificación de su economía y de que acaba siendo rehén de las oscilaciones de precios de la materias primas en los mercados internacionales.

Brasil es muy consciente de que necesita potenciar el desarrollo tecnológico de su industria si quiere abrirse paso entre las grandes potencias mundiales. Por ello, su Gobierno repite desde hace años que no quiere limitarse a exportar petróleo, sino sus derivados; no quiere vender soja o fruta, sino alimentos procesados; tampoco mineral de hierro, sino maquinaria industrial y tecnología. Un episodio aún abierto que refleja al milímetro esta nueva doctrina es la licitación brasileña para la compra de 36 cazas de combate. Brasil exige a los competidores (EE UU, Francia y Suecia) que sus ofertas incluyan una elevada transferencia tecnológica. Es decir, Brasilia ha dejado claro que el elegido deberá entregar los aviones con sus manuales de construcción y reparación. Se trata de un guiño claro a la industria aeronáutica brasileña, moderna aunque sin la excelencia ni la tecnología punta de otros países.

Brasil exige a sus competidores que sus ofertas incluyan una elevada transferencia tecnológica
En este contexto, el Ejecutivo de Brasilia considera que la relación comercial con China es asimétrica y reclama nuevos equilibrios que podrían derivar de un aumento de las exportaciones brasileñas de manufacturas y medicamentos, entre otras. En 2010 la primera economía latinoamericana vendió a China productos por valor de 30.800 millones de dólares e importó del gigante asiático algo más de 25.600 millones. El 90,76 % de las exportaciones lo conformaron materias primas como mineral de hierro (57,13 %), petróleo (16,95 %), soja (12,83 %) y pasta de madera (3,85 %). Con el crecimiento de los intercambios bilaterales, en 2009 China desbancó por primera vez a EE UU como primer socio comercial de Brasil en términos absolutos (cómputo de exportaciones e importaciones).

“A pesar del discurso dominante de que existe una cooperación estratégica entre ambos países, cada día surgen más divergencias de intereses, hasta el punto de que muchos se preguntan si China es más un aliado o un competidor”, explica Adriana Abdenur, coordinadora del BRICS Policy Center de la Universidad Pontificia (PUC) de Río de Janeiro. Efectivamente, las autoridades brasileñas, presionadas por el todopoderoso patronato industrial, han mostrado su preocupación ante el hecho de que un 67% de las empresas brasileñas que compiten en el ámbito internacional con sus homólogas chinas aseguran haber perdido cuota de mercado. Lo mismo ha ocurrido con el 45% de las compañías de bandera brasileña que se enfrentan a la competencia china en el mercado interior del gigante sudamericano. Los productos más afectados por esta competencia agresiva son los textiles, el calzado, la maquinaria industrial, los medicamentos y los equipos electrónicos de comunicación. “Hasta ahora Brasil ha ganado en la balanza comercial por los elevados precios de las materias primas, pero no sabemos cuánto va a durar esta situación”, alerta Abdenur.

Ambos países coinciden en la necesidad de que el peso del eje Euroatlántico se vea contrarrestado por las nuevas potencias emergentes englobadas en el grupo BRIC

Este mes Brasil ha adoptado su primera gran medida proteccionista dirigida claramente a los productos chinos. El Gobierno de Rousseff ha aprobado un aumento temporal del 30% del Impuesto sobre Productos Importados (IPI) que recaerá sobre los vehículos de importación que no cumplan una serie de requisitos. La medida, de facto, pretende frenar la entrada de coches chinos de bajo precio que en los últimos meses han hecho furor entre los consumidores de la creciente clase media brasileña.

Pero no todo son desavenencias. China y Brasil sí comparten una visión multipolar en un nuevo orden mundial aún sin definir. Ambos países coinciden en la necesidad de que el peso del eje euroatlántico se vea contrarrestado por las nuevas potencias emergentes englobadas en el grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Brasilia y Pekín también están de acuerdo en sustituir el dólar por sus divisas nacionales en sus intercambios comerciales. Este discurso de unidad, sin embargo, tropieza con el hecho de que China no haya querido avalar hasta el momento la candidatura brasileña a ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
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China revive la economía argentina

Buenos Aires se consolida como un suministrador estratégico de materias primas del gigante asiático, sobre todo de soja y derivados

 
La presidenta argentina, Cristina Fernández, y su homólogo chino, Hu Jintao. / GETTY
 
China ya es el segundo socio comercial de Argentina, solo por detrás de Brasil, pero lo más significativo de las relaciones entre los dos países no es el sostenido incremento del comercio en la última década, sino la reciente aparición de China como un inversor muy activo: en pocos meses, empresas estatales chinas han comprado participaciones importantes en una petrolera y en empresas mineras argentinas, se ha hecho con la filial local de un banco internacional y se disponen a invertir miles de millones de dólares en la rehabilitación de un ramal ferroviario de más de 1.400 kilómetros y en la limpieza de uno de los ríos más contaminados del mundo, la llamada Cuenca Matanza-Riachuelo. Todo ello al tiempo que, por supuesto, se consolida la presencia de Argentina como un suministrador estratégico de materias primas, sobre todo soja y derivados, pero también de maíz y de otros productos agroalimentarios y mineros.

Argentina no ha sido hasta ahora el principal socio de Pekín en lo que irónicamente algunos empiezan a llamar “Lachinamérica”, porque ha estado situada siempre por detrás de Brasil y de Chile, pero, pese a las peleas puntuales y a los repentinos bloqueos de importaciones que se han producido, en los últimos tiempos es continuo el ir y venir de comisiones técnicas, delegaciones empresariales y ministros de los dos países. En estos momentos, todas y cada una de las 23 provincias argentinas (más la capital, con estatuto propio) tienen proyectos en marcha con China. El canciller Héctor Timerman destacó hace poco “el dinamismo de las inversiones” y reconoció el papel estratégico que concede Argentina a sus relaciones con Pekín: “China es un socio clave para el desarrollo económico de Argentina”, afirmó en su última visita oficial.

“La voluntad de nuestro gobierno es profundizar la cooperación con Argentina”, aseguró en una reciente conferencia de prensa el consejero comercial de la embajada china,Yang Shidi, que resaltó la voluntad de “diversificar” la inversión. Las exportaciones a China de soja y derivados argentinos, que han sido decisivas en la recuperación económica de Argentina tras la catastrófica “crisis del corralito”, seguirán siendo el núcleo central del comercio (en los seis primeros meses de 2011 ha vuelto a crecer un 12%), pero China no quiere limitarse a exportar productos manufacturados de bajo coste, sino ampliar su presencia en otros sectores.

La presencia china en Argentina, durante décadas limitada al pequeño Barrio chino de Buenos Aires, ya no se reduce tampoco a los miles de pequeños supermercados (que algunas cifras oficiosas calculan en 40.000) que hay en todo el territorio argentino. Ahora estarán también presentes en el mundo financiero local, con la creación de una tarjeta de crédito para dar servicio a esa red de tiendas y la compra del noveno banco del país, la filial argentina del Standard Bank, por el que China ha pagado cerca de 500 millones de euros.

Entre los acuerdos empresariales más importantes figura la puesta en marcha del yacimiento de hierro de Sierra Grande, que exportó mineral a China ya en 2010 y que está en manos de la Metallurgical Corporation de China Ltd; la compra del 50% de la petrolera Bridas, por la que se iban a pagar 2.250 millones de euros y que fracasó en el último minuto y no por culpa china; o el importante proyecto de rehabilitación del Ferrocarril Belgrano Cargas, que pretende reintroducir el tren como medio de transporte de mercancías, no solo agropecuarias sino también minerales y fertilizantes y abrir el llamado “paso entre el Pacifico y el Atlántico”, ahora reducido al trafico de camiones. La operación esta financiada por el Banco de Desarrollo de China y será realizada por la Compañía China de Exportación-Importación de Máquinas y Equipos (CMEC).

El interés de China por el acceso a reservas de petróleo es de sobra conocido: “No hay un CEO de una petrolera latinoamericana importante, ni uno solo, con el que los chinos no hayan hecho contactos”, afirmaba recientemente el diario económico argentino El Cronista, que recordaba los recelos provocados por el fallido intento de hacerse con YPF Repsol, que generó inmediatamente resistencias en Buenos Aires y en Madrid.

Tantos recelos como el petróleo provoca en Argentina la posibilidad de que China no se limite a comprar soja o maíz, sino que compre la tierra en que se produce. Una cosa es firmar, como hizo recientemente el ministro de Agricultura, acuerdos para garantizar determinados suministros de carne, cebada, lácteos, manzanas y bambú, por ejemplo, y otra que alguna provincia haya decidido “ceder” a una empresa china más de 300.000 hectáreas para el cultivo de soja. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha anunciado ya una ley, parecida a la que ya existe en Brasil, para limitar al 20% de tenencia total de tierras rurales en manos extranjeras, con un tope de 1.000 hectáreas en manos de la misma persona o empresa no argentina
http://internacional.elpais.com/internacional/2011/11/08/actualidad/1320745235_470931.html



el dispreciau dice: el virreinato del Río de la Plata ha cambiado su Virrey... hemos olvidado a Sobremonte y sus corrupciones reinales para pasar a recibir con bombos y platillos a una embajada muy distinta, una embajada que sonríe pero carece de alma, mucho más aún, carece de sentido común occidental lo que hará que dicho virreino sea una verdadera pesadilla para las golpeadas sociedades latinoamericanas... tal lo he dicho en otras oportunidades, a los medios periodísticos les conviene la presencia China y de allí su fervor en apoyar a una cultura que desconocen hasta el hartazgo. China es un invento de la Europa Medieval donde el viejo mundo ha encontrado mano de obra más que barata, desconociendo los dramas sociales que abundan en dicho mundo del lejano este... mucho peor después de la llegada de las corporaciones americanas que supieron trasladar los sueños para allá, imponiendo pesadillas a los propios norteamericanos que han pasado a quedar excluidos por millones gracias a gestiones ricas en codicias pero pobres en estrategias. China es un mundo de desconciertos donde aquello que parece unido está hoy (y lo estuvo ayer y por milenios) más desintegrado que nunca... los chinos musulmanes son despreciados por aquellos cercanos al poder comunista, ese que poco y nada tiene de "comunista"... y al mismo tiempo desprecian a los otros, los imperiales devenidos en supuestos socialistas a la moda occidental, esto es que nunca se sabe de qué lado están parados, ni tampoco para qué lo están... no obstante ello, dramas internos mediante, la realidad es que China es el mayor traficante de personas del planeta Tierra (el único humano), y una gran parte de la fuente de ingresos del estado ausente es la esclavitud de los muchos, sometidos a todo tipo de vejámenes que denigran la condición humana... detrás se encarama el tráfico de órganos, nada menor... y por detrás el tráfico de drogas, otro negocio suculento que impulsa los lavados que pretenden transformarse en "inversiones"  salvadoras de otras dependencias veladas. En este concierto, todo el mundo amarillo que ha sido recibido por una America del Sur golpeada y vapuleada por el FMI y sus recetas mentirosas y falaces, sólo ha traído como consecuencia la esclavitud de miles de bolivianos pobres y otro tanto de peruanos pobres... que trabajan esclavizados en pseudo-talleres textiles cuya principal misión es "truchar" marcas para hacerlas baratas y comprables en mercados negros, preciosamente creados a la finalidad ("la salada", es uno de los tristes ejemplos, no el único)... sin embargo, ahora llegamos por la minería, el petróleo y otros recursos olvidados en la selva del Brasil o en la Cordillera de Argentina y Chile, todo sirve... la realidad es que una vez más, la tierra será arrasada por miserias humanas lejanas que no tienen sintonía social con las pobrezas americanas y sus marginaciones e indigencias, a las cuales pertenezco con orgullo. La China que venden los diarios sudamericanos no tiene nada que ver con la China que transitan sus nativos cada día... país de grandes asimetrías sociales, con muchas capacidades científicas, técnicas, pero con una estructura de pensamiento muy distante de la que impera por estos lares... ¿qué se verá?... ¿qué se padecerá?... lo veremos, en breve lo apreciaremos en carne propia... sólo que allí será demasiado tarde... y una vez más, se impondrá el modelo del genocidio eclesiástico de la conquista, sólo que esta vez será pintado de amarillo... y sin archivo de Indias. Noviembre 11, 2011.-

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