sábado, 5 de mayo de 2012

MUERTES INDUCIDAS || Felipe González: "La austeridad hasta la muerte conduce a la muerte" | Internacional | EL PAÍS

Felipe González: "La austeridad hasta la muerte conduce a la muerte" | Internacional | EL PAÍS


Felipe González: "La austeridad hasta la muerte conduce a la muerte"

México acoge la reunión del Consejo del Siglo XXI del Berggruen Institute sobre gobernanza global












Nicolas Berggruen, Nouriel Roubini, Fernando Henrique Cardoso, Federico Reyes Heroles, Felipe González y Juan Luis Cebrián. / PEP COMPANYS



“La Europa actual está cometiendo los mismos errores que América Latina durante la década perdida (1995-2005). Está interpretando la crisis de la deuda como un problema de solvencia y así acabará provocando un problema de solvencia. La austeridad hasta la muerte va efectivamente a conducir a la muerte. Quien no crece no paga”. Así de claro y de rotundo se mostró el expresidente español, Felipe González, durante su intervención en el debate sobre Gobernanza Global organizado por el Instituto Tecnológico de Monterrey y el Berggruen Institute celebrado en la mañana de este viernes en Ciudad de México.
El debate, moderado por el escritor mexicano Federico Reyes Heroles y en el que participaron, además de González, el expresidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso; Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York; Nicolas Berggruen, presidente del Berggruen Institute, y Juan Luis Cebrián, presidente del diario EL PAÍS, puso de manifiesto los retos que la globalización ejerce sobre los Estados nación y la propia legitimidad de las democracias.

González subrayó que la revolución tecnológica había creado un nivel de interdependencia jamás conocido, lo que afecta al “ámbito de la identidad” de los ciudadanos ya que los Estados nación “no tienen respuestas ante el desafío de la globalización”. Esta crisis del Estado nación genera a su vez una crisis de la democracia representativa: “Los gobernantes dependen de factores ajenos al voto, de los mercados o de Angela Merkel, lo que provoca reacciones nacionalistas exacerbadas como se han visto en la campaña electoral
francesa”.

Juan Luis Cebrián, que recordó que la palabra gobernanza ya se encuentra en el escritor español Quevedo y fue preferida por el mexicano Carlos Fuentes frente a “gobernabilidad”, planteó que “la democracia está perdiendo prestigio en Europa” por culpa de la respuesta “titubeante y tardía” de la Unión Europea. Esta miopía está fomentando, añadió, “los liderazgos populistas y el crecimiento del nacionalismo, e incluso del racismo”.

Tras afirmar que el G20 había resultado hasta ahora ineficaz a la hora de protagonizar esa gobernanza mundial -“prometieron reformar el sistema financiero y no lo llevaron a la práctica, reformar el comercio mundial y la ronda de Doha fracasó…- el primer director de EL PAÍS concretó el gran reto al que se enfrentan líderes y sociedades en este siglo XXI: “ Cómo podemos en un mundo globalizado llegar a un consenso sobre aspectos y valores mínimos de convivencia y evitar así el progreso a través de las guerras”, como ha sido hasta ahora la constante en la historia de la humanidad.

Henrique Cardoso se mostró más optimista ante el desafío de la globalización. Comenzó su intervención con un breve repaso de historia. “Durante el equilibrio del poder había unas naciones que eran primus interpares y los demás parias”, dijo con humor, “y de ahí se pasó al equilibrio de terror”, con el enfrentamiento entre EE UU y la URSS, y donde países como Brasil, México o India no se sentaban en la mesa de negociaciones. La globalización altera esta ecuación y ofrece, en su opinión, un aspecto positivo: Ya no se puede ignorar al otro ni el auge de la sociedad civil. Para Cardoso uno de los retos de la democracia en este mundo nuevo consiste en acompasar “las instituciones con una sociedad que va más de prisa y que quiere participar en la toma de decisiones”.

Nouriel Roubini, uno de los pocos economistas que anticipó la actual crisis, destacó cómo en los últimos 20 años el mundo había cambiado con “el ascenso de los demás” ya que el potencial de crecimiento de las economías emergentes era varias veces superior al de las tradicionales economías avanzadas como EE UU, Japón y Europa. “Ya ningún país es una isla. La crisis griega tiene efectos sistémicos”, sentenció. Roubini hizo notar que pese a que el G20 no funcione como debería, peor sería “un G-0 en el que nadie ejerciera el liderazgo”.

El debate fue un anticipo de la reunión que el Berggruen Institute celebra en la capital mexicana y a la que asisten presidentes y primeros ministros así como personalidades del mundo académico y empresarial. La convocatoria del Consejo del Siglo XXI, un foro de diálogo del Berggruen Institute que tiene por objetivo establecer recomendaciones para el G20, fue inaugurada este viernes por el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, seguido de un encuentro con los candidatos a las presidenciales mexicanas.


el dispreciau dice: mal que le pese al FMI y otros organismos internacionales equivalentes, mal que le pese a la clase política, mal que le pese a las corporaciones de medios, mal que le pese a cualquiera de las empresas que conforman corporaciones de intereses inciertos... mal que les pese a cualquiera de ellos, académicos o no de las economías perdidas, el modelo que crearon NO es sustentable... no lo es en sí mismo y mucho menos para las gentes que viven comprendidas en un complejo formular atroz, que todo lo devora y todo lo justifica en pos de mayores atrocidades. Deben comprender que este modelo de economía es en sí mismo perverso, tanto lo es que ha transformado al mundo humano en una pieza descartable, donde la variable de ajuste es el propio ser humano... nada más estúpido... nada más idiota que semejante ecuación que arrasa al mundo por la simple necesidad contable de ver números verdes o azules en un papelito... Esta barbarie de la razón humana, ha llegado definitivamente a su fin... y debe asumirse como un delito de lesa humanidad insistir en sostener algo que sólo consume destinos y por ende personas. Austeridad no es recortar los bienes de los otros... antes bien "austeridad" es reducir los bienes de aquellos que consumen por mera vocación de vanidades. Europa medieval se está ahogando en su propia sopa de soberbias y desprecios que se vienen arrastrando desde hace más de mil años, expresándose a través de un modelo inquisidor donde todos son enemigos de todos, y donde la gente no es lo que le importa a los estados ausentes. No hay país que se salve de esta aseveración... ya que la clase política, en sus miopías e incapacidades, se concentrado en no ver ni tampoco oír aquello que le aporta la rutina, perdiendo definitivamente la capacidad de lectura que alguna vez supo tener. Léase, dicha incapacidad creciente se observa en todos los estamentos del poder, otrora referente... un sistema que por comodidad se expresa hoy a través de personas que tienen mucho poder y poco cerebro, y desde luego mucho menos alma. El mundo humano se ha quedado sin brujula y sin sextante... y los discursos no hacen otra cosa que dejar en claro que aquellos que ostentan el poder, no son más que marionetas infames que sólo saben de perversidades ejercidas sobre terceros (sociedades, grupos, tribus, etc.). Este modelo de exterminio genocida por inducción de circunstancias atroces no es otra cosa que un delito de "lesa humanidad" y sus mentores son victimarios de la raza humana en su conjunto. Se los ve humanos... pero son demonios disfrazados. Mayo 05, 2012.-

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