martes, 23 de septiembre de 2014

EN NOMBRE DE NINGÚN DIOS ▼ A vueltas con los yihadistas >> A vueltas con el Golfo >> Blogs EL PAÍS

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A vueltas con el Golfo

A vueltas con el Golfo se refiere al puñado de países que rodean este Golfo que los iraníes llaman Pérsico y los árabes, Arábigo. El blog busca reflejar una región que además de tener petróleo es también un lugar de contrastes entre modernidad y tradición, pobreza y riqueza, inmovilismo político y ansias de reforma.


Ángeles Espinosa

SOBRE LA AUTORA

 lleva dos décadas informando sobre Oriente Próximo. Al principio desde Beirut y El Cairo, más tarde desde Bagdad y ahora, tras seis años en la orilla persa del Golfo, desde Dubái, el emirato que ha osado desafiar todos los clichés habituales del mundo árabe diversificando su economía y abriendo sus puertas a ciudadanos de todo el mundo con sueños de mejorar (aunque también hay casos de pesadilla). Ha escrito El Reino del Desierto (Aguilar, 2006) sobre Arabia Saudí, y Días de Guerra (Siglo XXI, 2003) sobre la invasión estadounidense de Irak.


A vueltas con los yihadistas

Por:  17 de septiembre de 2014
ACTUALIZADO CON UNA ADENDA AL PIE EL 20 DE SEPTIEMBRE
EIIL, EIIS, EI (o sus variaciones en inglés, ISIL, ISIS, IS)... los medios de comunicación hemos debatido qué siglas utilizar para referirnos al grupo de extremistas islámicos que controlan un tercio de Irak y Siria. Incluso, la Casa Blanca ha explicado por qué utiliza EIIL (ISIL)  y no EIIS (ISIS), lo cual no ha impedido queThe New York Times haya optado finalmente por Estado Islámico (EI), que es cómo se autodenominan sus miembros. Pero toda esta discusión terminológica en ningún momento ha entrado en algo que molesta a muchos musulmanes, practicantes o no, el uso de la palabra yihadista para referirse a los militantes del EI y otros grupos de ideología similar. 
EI en Irak









Militantes del Estado Islámico en Irak. / REUTERS
“No son yihadistas”, me señalaba recientemente N. P., un lector dolido por la demonización de lo islámico que ve en ese vocablo. No es la primera vez. Aunque esos fanáticos dicen actuar en nombre del islam, en realidad tienen una particular interpretación de esa religión que no coincide con la mayoría de sus 1.300 millones de seguidores.
El neologismo yihadista, generalizado desde la aparición de Al Qaeda, se forma a partir del término árabe yihad (que los ingleses trascriben jihad y los francesesdjihad). Y ahí está el origen del problema. Desde que empecé en este trabajo hace ya casi tres décadas, nunca he dado con una traducción correcta de esa palabra, o más bien con una que no resultara controvertida.
A menudo he recibido comentarios de lectores musulmanes que se quejaban de su asimilación a “guerra santa”, la traducción periodística más frecuente. Una y otra vez me han explicado que se trata de un concepto religioso que hace referencia al “esfuerzo o lucha interior” para acercase a Dios, que se refiere a una guerra defensiva, que sólo puede declararla una autoridad religiosa legítima... Lo que he leído al respecto tampoco me han proporcionado una solución. Existe una amplia controversia académica, en la que cada cual encuentra argumentos para apoyar su tesis. Pero claramente, los musulmanes rechazan la asociación con los extremistas violentos a que lleva el uso de esos términos.
Contra lo que pudiera sospecharse, no es sólo la prensa occidental la que los utiliza. En los medios árabes también se habla de yihadiyin, o yihadihyn (de yihadihah,que podríamos traducir como yihadismo). El argumento es que la palabra árabe para quien hace la yihad es muyahid (plural muyahidín, aunque en castellano es frecuente ver escrito muyahidines).
Esa voz se popularizó durante la guerra fría para referirse a los combatientes afganos y árabes que lucharon contra la ocupación soviética en Afganistán. Los veteranos de aquella contienda fueron la semilla de Al Qaeda y la saga de grupos islamistas violentos que luego han proliferado por medio planeta. Sus militantes, como los del infame Estado Islámico, se  denominan a sí mismos muyahidín.
“Siempre llamaría yihadistas a los terroristas de grupos como Al Qaeda, el EI y similares por la sencilla razón de que el [sufijo] –ista denota que nos referimos a un movimiento político, no a algo relacionado con el islam. Por otra parte, muyahidíntiene implícitamente connotaciones islámicas”, me respondía Charlie Cooper de laQuilliam Foundation cuando le planteé recientemente el asunto. Ese centro de estudios, que entre sus objetivos declara la lucha ideológica contra el extremismo, hace hincapié en que “el yihadismo no es diferente de otras ideologías políticascomo el comunismo, el capitalismo o el fascismo, y como tal, no tiene relación con el islam como religión”.  
Pero eso no soluciona el malestar de N. P.
“Si son terroristas, llamémosles así”, me sugería durante un animado intercambio de tuits. Y sí, tiene razón, las atrocidades de que hace gala el Estado Islámico justifican esa calificación. Pero además se trata de un tipo de terrorismo particular, claramente diferenciado del de otros grupos como ETA, el IRA, las FARC, las Brigadas Rojas... Constituye una categoría diferente.  
¿Existe otra alternativa? ¿Hay una palabra que describa específicamente a esos terroristas que justifican sus acciones violentas en un islamismo radical y fanático? (Obsérvese que hablo de islamismo, no de islam, y en concreto de una variedad extremista).
El nuevo alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, y primer musulmán en ejercer ese cargo, el príncipe jordano Zeid Raad al Husein, se refirió a ellos como takfiris en su primera intervención ante el Consejo el 8 de septiembre. Con su bagaje, sabe sin duda de lo que habla.
En árabe se llama takfiri al musulmán que acusa de apostasía a otro musulmán, con el fin de deslegitimizar a quienes no reconocen su autoridad y justificar su asesinato; además considera infiel (kafir) a cualquiera que no sigue su doctrina, incluidos los musulmanes chiíes. El takfirisimo es una ideología mesiánica que fue rechazada por los ulemas en los primeros tiempos del islam, pero que reapareció a mediados del siglo pasado en grupos islamistas (suníes) marginales.
Mi primer contacto con un takfiri, o más bien un ex takfiri, se produjo en 2005, cuando entrevisté a un saudí que se había abandonado esa secta. Jaled al Ghannami me explicó la diferencia entre quienes siguen dicha vía y los fundamentalistas salafis: aquellos aceptan la violencia para lograr sus objetivos. Más allá de diferencias coyunturales, el uso del terror hermana a Al Qaeda con el Estado Islámico.  
Significativamente, takfiri es la palabra que utilizan los responsables iraníes y también muchos árabes. Esa inusitada coincidencia hace pensar que sea más acertada que yihadistas para describir a los fanáticos que desprecian el orden internacional y la vida humana en pos de su quimera del califato. 
¿Seremos capaces en los medios de comunicación de cambiar cómo llamamos a esos terroristas? Tengo serias dudas. Yihadista se ha generalizado demasiado, ytakfiri suena académico. Aun así tal vez debiéramos intentarlo.
ADENDA: Recibo un intesante comentario (no sé por qué no se ven los comentarios, ya he hablado con los técnicos para que resuelvan el problema) de Ilya Topper que reproduzco por su interés para el debate. "Takfiri no puede reemplazar a yihadista porque no significa lo mismo. Takfiri es quien sigue una ideología (negar el derecho de existencia de musulmanes que no piensan como él). Yihadista es - en el uso actual - quien combate para expandir esa ideología". Apuntado queda.


el dispreciau dice: son muchas las evidencias diarias que aportan las rutinas del aquí y del allá... las evidencias indican que las mentiras sobran y que no se corresponden con realidad alguna... al tiempo que todo indica que las excusas políticas y militares no encajan con ningún concierto "cierto" y sí con muchos "desconciertos" manipulados que ofrecen campos de batalla que justifican el depredar consecuente, donde el componente "socio aliado nazi", sale a relucir para comerse a quien sea, siempre al modo del T.Rex, un dinosaurio que siempre tiene hambre de poder... y al que nada le alcanza...

entonces los fundamentalismos son una excusa demasiado vacía...

entonces los argumentos carecen de contenidos...

entonces el atropello se vuelve testigo, dejando en claro que el imperio padece Alzheimer y que sus socios aliados, padecen distintos grados de demencias... algunas traducidas como poder... otras como monedas... la mayoría como hipotecas de los destinos de los otros...

el imperio aliado vuelve a cometer el mismo error que le sirvió de justificación para desatar el conflicto de la Segunda Guerra Mundial, conduciendo al mundo humano a una tragedia Hiroshima + Nagasaki multiplicada por mil, según las miserias humanas que movilizan la iniciativa militar, ocultando intereses corporativos que pretenden cambiar el paisaje global según los antojos del dueño del mundo...

el yihadismo es un excusa tan estúpida como los ataques orquestados por Israel en y desde el territorio palestino para luego justificar sus ataques depredatorios de inocencias y humildades, exhibiendo la nueva estrategia nazi globalizada por el imperio aliado, curiosamente el mismo que gestó la vigencia del nazismo en la primera mitad del siglo pasado...

¿quién provee las armas?... de hecho, ¿qué armas provee?... 

una vez más, un David contra un Goliat... una vez más, una habilidad inteligente versus un creído de sí mismo...

lo concreto es que el imperio moviliza a las sociedades humanas hacia una guerra de pobrezas, pobres contra pobres, marginados versus marginados, indigentes versus indigentes... a efectos de justificarse como tal (imperio)... sin considerar que las gentes, eternas víctimas de las miserias humanas de unos pocos, ya saben de ello... y evitarán a toda costa chocar contra sí mismos... lo que desviará las direcciones pretendidas, encadenando reacciones sociales globalizadas contra los estados ausentes y las clases políticas retrógradas que dominan todos y cada uno de los paisajes del globo humano...

los falsos fundamentalismos carecen hoy de fundamentos, también carecen de contexto... por consiguiente no representan más que a un grupúsculo de aventureros creados para la finalidad justificatoria de hechos militares aberrantes, esencialmente genocidas de inocentes, sacrificadores de humildes... que nadie tiene en cuenta porque no forman parte de la consideración político-social de nadie en el ámbito del imperio...

pero la locura es tan evidente... que el mundo humano ya se ha dado cuenta que es "una locura"... una más de las ejecutadas por el imperio y sus rutinas... insisto, hoy el golfo puede convertirse en península... y doblar la historia... para siempre. SEPTIEMBRE 23, 2014.-

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