domingo, 31 de mayo de 2015

EL POR QUÉ DE LAS COSAS ▼ EL FÚTBOL COMO LAVADERO GLOBAL ▼ La poderosa atracción del planeta fútbol | Economía | EL PAÍS

La poderosa atracción del planeta fútbol | Economía | EL PAÍS



La poderosa atracción del planeta fútbol

Millonarios rusos y árabes, bancos, grandes marcas, clubes, agentes y jugadores se reparten un negocio, con luces y sombras, de más de 45.000 millones de euros que se expande imparable a Asia y Oriente Medio





Estado Allianz Arena, del Bayern de Munich. / AFP PHOTO / STR


Pepe Samitier (1902-1972) fue un centrocampista único. Tiraba chilenas, escorpiones y se lanzaba a zigzaguear bicicletas cuando todavía ni existían palabras que definieran esos ardides. Jugador técnico (le apodaban El hombre langosta), pero también de pierna fuerte, era conocido no solo por haber militado en el Real Madrid y el Barcelona sino por su lúcido sarcasmo. La historia, y esa Biblioteca de Alejandría de la pelota que es Alfredo Relaño, director del periódico deportivo AS, le atribuyen una frase: “Si el fútbol fuera negocio lo tendrían los bancos”.
Pero si Samitier jugase actualmente sentiría cómo el balón y las ilusiones giran de una manera muy distinta. El fútbol —pese a las tarascadas, como el escándalo de corrupción destapado esta semanaen la FIFA— es una industria que genera en el planeta esperanza y 50.000 millones de dólares (45.800 millones de euros). La cifra llega de la consultora Repucom. Es un espacio donde las entidades financieras se han convertido en los máximos inversores y donde la fiebre del fútbol hace tiempo que traspasó Europa y América Latina.Ahora el negocio se expande a China y los países árabes en busca de algunos de los 1.600 millones de aficionados que hay en el mundo. Nadie escapa a su influjo. Los multimillonarios árabes y rusos adquieren clubes de las ligas europeas mientras las grandes marcas han visto un Edén para sus intereses. Da igual que la inequidad, ese alquitrán oscuro y viscoso de nuestro tiempo, se derrame separando clubes muy ricos, donde militan jugadores y agentes poderosos, y equipos y deportistas que apenas sobreviven. Es la desigual forma en la que gira hoy el planeta fútbol.


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Esa rotación no se entendería sin saber lo que está en juego. El año pasado los clubes profesionales —acorde con la FIFA— gastaron 3.600 millones de dólares (3.277 millones de euros) en traspasos para hacerse con los servicios de jugadores internacionales. Por eso cuando Jonathan Barnett, de 64 años, quizá el agente británico más importante, se queja de que a su protegido, Gareth Bale, “no le pasan el balón” no solo defiende a un futbolista por el que el Real Madrid pagó 85 millones de libras —el traspaso más caro de la historia— sino un ecosistema muy hermético que cuida los intereses de los suyos. “Mi trabajo es muy claro”, sostiene Jonathan Barnett. “Asegurarme de que mis jugadores cuando se retiren trabajen porque quieren, no porque lo necesiten. Los días de montar un pub o una tienda por 50 libras se han terminado”.
Ese sentido mercantilista del negocio es una seña de identidad de un fútbol moderno que se ha convertido en “un espacio oscuro y cerrado en el que resulta muy difícil entrar”, observa Sandalio Gómez, profesor del IESE. Pero la falta de luz resulta proporcional a la llegada masiva de dinero. Sobre todo de empresas de Oriente Próximo. Los 20 principales clubes de Europa están patrocinados por líneas áreas de esa región del planeta: Barcelona (Qatar Airlines); Real Madrid, París Saint-Germain, Arsenal, Milán (Emirates) y Manchester City (Etihad Airlines) comparten destino. A su vez, los Emiratos Árabes son el principal inversor individual desde 2005 en patrocinio de camisetas de equipos europeos. Hace una década ni siquiera estaba presente en la industria: ahora aporta 163 millones de dólares (148 millones de euros).








Como se ve, la geopolítica del fútbol soporta también sus propias contradicciones. Los dos grandes mercados del futuro, China y los países árabes, coinciden con territorios donde la democracia se siente débil. En cambio África, que cuenta con Nigeria, el país que más ama el fútbol del planeta —según el informe Sports DNA de Repucom—, apenas importa. “Desgraciadamente las marcas no ven el continente como un potencial consumidor. Es un vivero de talento, pero no de ingresos”, concede Ramón Amich, director en España de Repucom.
Porque el dinero del fútbol es miedoso y cuando el BBVA destina 23,5 millones de euros por temporada al patrocinio de la Primera y Segunda División sabe que el desembolso tendrá retorno. Algo similar le ocurre a Caixa Econômica Federal. Una caja de ahorros pública que es el gran soporte del balompié brasileño. Hablamos de un mercado —estima la Fundación Getúlio Vargas— de 11.000 millones de reales (unos 3.200 millones de euros) al año y 370.000 empleos, que además fabrica talento. “Desde hace muchos años Brasil es el principal exportador de futbolistas del mundo, y lo continuará siendo”, prevé Eduardo Carlezzo, abogado brasileño experto en este deporte.
Brasil, Asia, África, Emiratos Árabes. Nadie duda de que el fútbol busca, incansable, nuevos horizontes. En Estados Unidos los niños corren cada vez con más frecuencia detrás del balón al tiempo que ruedan sus anhelos y su futuro. “Sigo muy de cerca la Major League Soccer en Norteamérica. Tengo la sensación de que es el único torneo que en pocos años será capaz de competir con las grandes ligas europeas”, vaticina Raffaele Poli, responsable del CIES Football Observatory.
Los ingresos de la liga española suponen el 0,75% de la riqueza nacional



Mientras llega el futuro al Nuevo Mundo, en el Viejo Continente el balón se ha transformado en un imán para las finanzas. Entre 2005 y 2014 los bancos y aseguradoras gastaron 1.206 millones de euros en patrocinar las camisetas de sus seis principales ligas —Francia, Italia, España, Portugal, Inglaterra y Alemania— revelando que el universo financiero junto con el turismo (784 millones) son los grandes pilares del entramado del fútbol. Sin olvidarnos, claro, del dinero.
La máquina del balompié hay que cebarla con mucho efectivo porque de lo contrario se para. Un jugador del Real Madrid cobra de promedio 166.180 dólares (152.000 euros, al cambio actual) a la semana y uno del Barcelona 155.452 (142.800 euros), calcula la consultora especializada en salarios Sportingintelligence. Esas cifras corresponden solo a la ficha. Porque algunos futbolistas son verdaderos imanes del dinero y los patrocinios. Cristiano Ronaldo trabaja con Emporio Armani, Herbalife y KFC. Además se estima que recibe 9,5 millones de dólares al año de Nike y 2,5 millones de Emirates. Otro genio del balón, Messi, hace caja con Turkish Airlines (dos millones de dólares) y Adidas (9 millones). Al tiempo abre mercado en Japón y China, donde promociona productos locales.
Desde luego la forma de mantener el caché ahí fuera pasa por ganar títulos y campeonatos en casa. Pero triunfar cada vez exige más dinero y la presión se traslada a los clubes. El gasto en fichajes que tiene que afrontar un club de la Liga para situarse entre los tres primeros puestos del campeonato —calcula el CIES Football Observatory— ha pasado de 279 millones de euros en la temporada 2009/2010 a 362 millones durante la 2014/2015. Un 51% más. En esas mismas horquillas de tiempo, los fondos destinados a traspasos por las cinco grandes ligas europeas (Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España) crecieron de 7.250 millones de dólares (6.600 millones de euros) a 9.000 millones (8.200 millones de euros). Una subida del 25% en seis temporadas.
El fútbol es un deporte cada vez más caro y se dispara la inequidad entre clubes y entre jugadores. El Real Madrid, el equipo más rico del planeta, ingresó en la temporada 2013/2014, según Deloitte, más de 549 millones de euros. ¿Algo inalcanzable para otros clubes? En principio sí. Pero un comienzo del cambio pasa por equilibrar la distribución de los derechos televisivos, que es el principal origen del dinero. “El nuevo reparto centralizado de los derechos audiovisuales que ha fijado el Gobierno tiene la voluntad de llegar a una distribución más equitativa (como en Inglaterra o Alemania)”, comenta Ramón Amich. Y si el ratio antes entre el equipo más rico y el más modesto era de uno a diez ahora bien podría situarse en uno a tres. Con esta nueva aritmética, los equipos casi duplicarán sus ingresos. Pasarían de repartirse 800 millones de euros a unos 1.500 millones (incluyendo la venta de los derechos internacionales). “Aun así, el Real Madrid y el Barcelona todavía tienen superioridad porque recaudan en cualquier parte del mundo”, precisa Alfredo Relaño.
Un intermediario gana el 5% de los ingresos del jugador y un 20% de los patrocinios
Todo cambia, pensarán algunos, para seguir igual. Hay algo de eso. Si el Real Madrid puede recibir decenas de millones de euros por renombrar su estadio (aún está por definir) como Abu Dhabi Santiago Bernabéu Stadium o CEPSA Bernabéu Stadium es evidente la ventaja que acumulan los grandes. “Poner tu nombre en lugares con mucha afluencia garantizada de público es algo por lo que las marcas pagan mucho dinero”, confirma Víctor Mirabet, consejero delegado de la consultora Coleman CBX. Y, en principio, la estrategia funciona. AON patrocina al Manchester United desde hace cinco años porque para la aseguradora el encaje resulta perfecto. “El club tiene 660 millones de seguidores y las dos empresas son globales y comparten idénticos valores: la excelencia y la actitud ganadora”, analiza Pedro Tomey, responsable de relaciones institucionales de AON España y Portugal.
Pero en el mundo del fútbol nadie garantiza ni lo excelso ni el triunfo. Fernando Martín, 38 años, es ingeniero de Caminos y desde hace dos trabaja como intermediario (la figura que desde mayo sustituye al agente FIFA) de futbolistas. “El día a día es un poco miserable”, reconoce. Solo representa en exclusiva a un futbolista, el resto de sus clientes los comparte con otros colegas. Por eso se queja. “Es una actividad difícil porque interfiere mucha gente: la familia, el jugador, el club, otros agentes”. Aunque compensa si sale bien. “Un intermediario gana el 5% de los ingresos brutos del jugador y un 20% del patrocinio”, aclara Juan José Cano, socio responsable de KPMG Sports. Sin embargo, muy pocos viven de esta actividad ya que hacen falta contactos y años.
Desde 1998 lleva José Seguí representando futbolistas como David Silva o el ‘Kun’ Agüero (ambos en el Manchester City). Auténticas estrellas planetarias. Bastante reacio a la prensa, le gusta trabajar en ese espacio de duermevela donde suceden algunas de las cosas más trascedentes del fútbol. “El gran cambio en la mentalidad del futbolista español es que está saliendo fuera de casa a jugar”, señala José Seguí. De Croacia a China. De las grandes ligas a las modestas. Un deportista nacional que ha aprendido que el balón es cruel para casi todos y que las aspiraciones hay que medirlas mucho. “Solo trabajo con futbolistas cuyos objetivos y metas estén alineados con su talento”, advierte Seguí. Al final manda el factor humano. “El jugador puede tener grandes cualidades profesionales, pero si las personales no están al mismo nivel no lo represento”, avisa Manuel García Quilón, quien tutela los destinos de Mario Suárez (Atlético de Madrid); Albiol, Callejón (los dos en el Nápoles) y Rafa Benítez.
Y es en la formación de esas cualidades donde se aprecia otra fractura. En España, la Fábrica (Real Madrid) y la Masía (Barcelona) han sido las grandes canteras de futbolistas. De las dos, la del Barça es la más exitosa. Fue capaz de crear una generación de jugadores de la que forman parte Xavi, Iniesta, Pedro, Messi, Busquets o Piqué. Pero ahora el modelo catalán sufre. La FIFA ha prohibido al FC Barcelona fichar durante un año por las irregularidades cometidas en la contratación de jugadores menores de 18 años. Tampoco ayudan los resultados en el campo. El Barcelona B va el último en la Liga Adelante lastrado por chavales con un ego difícil de manejar y lejos de sus padres. “Los chicos cuando se forman fuera de casa no salen bien”, puntualiza Relaño. “Toda esa gran generación del Barça (a excepción de Iniesta) procede de Barcelona. Tienen que estar cerca de sus familias para educarse. Por eso hay cada vez más extranjeros en las canteras de los clubes”. Porque el sueño del balón resulta escurridizo. Si la Masía alberga a unos 45 chicos, apenas 15, pronostican los expertos, tienen posibilidades de triunfar.
El torneo de EEUU será capaz de competir con las ligas europeas en pocos años más



El fútbol también es un deporte darwinista sometido a la tensión del talento y los intereses del dinero. En España la mayoría de los grandes clubes (a excepción del Real Madrid, FC Barcelona, Club Atlético Osasuna y Athletic de Bilbao) son Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y están obligadas a presentar estados financieros auditados y a que su deuda no supere el 100% de los fondos propios. Esta normativa son los rescoldos de las graves dificultades financieras que durante bastante tiempo atravesaron muchos equipos. En la temporada 2013-2014 aún acumulaban unos números rojos de 496 millones de euros con Hacienda. Pese a todo, el negocio mejora. En ese mismo espacio de tiempo, la LFP ingresó 2.328 millones. Una cifra que lleva varios años creciendo y que contribuye a que el 0,75% del PIB español —estima KPMG— proceda del balón y sus aledaños.
Paradójicamente esa debilidad mezclada con el potencial de este deporte ha atraído a inversores tan diferentes como Peter Lim (Valencia), Carlos Slim (Oviedo) o Abdullah Al-Thani (Málaga) al fútbol español. Un movimiento que se refleja en otras grandes ligas con nombres y destinos distintos. De ahí que Mansour bin Zayed Al-Nahyan (Manchester City), Roman Abramovich (Chelsea), Shahid Khan (Fulham), Erick Thohir (Inter de Milán) y Dmitry Rybolovlev (Mónaco) representen, sobre todo, esa oligarquía rusa y árabe que igual se compra un club que, como Rybolovlev, se gasta 118 millones de euros en un cuadro Salvator Mundi de Leonardo Da Vinci. ¿Quién dijo que el balón no es un arte?

el dispreciau dice: alguna vez fue un deporte... pero hoy, el fútbol es parte del mundo de los estados narcos, así como es parte de los negocios de las redes de trata de personas, así como también forma parte de las esclavitudes crecientes. o lo que es lo mismo, dejó de ser un deporte para pasar a ser un negocio donde se lavan activos financieros del narco/trata... de allí tanto interés de los poderosos... poderosos de la ausencia de escrúpulos, mafias, chorros, entenados, tumberos, inmorales, o como se los quiera denominar. La cuestión es que el fútbol como gesta se pudrió, llenándose de barras-bravas funcionales a las delincuencias políticas... o lo que es lo mismo, llenándose de manipuladores que estafan a las gentes que todavía son partícipe de pasiones... pero ya nada volverá a ser como alguna vez lo fue, una gesta deportiva, ya que hoy se compran y se venden desde jugadores hasta resultados... por consiguiente, el deporte como tal... no existe más. Cuando las cosas pierden su esencia, dejan de tener valor... y cuando dejan de tener valor, no califican ni siquiera para negocio... sencillamente porque están en manos de delincuentes. MAYO 31, 2015.-

viernes, 29 de mayo de 2015

MARRUECOS SIN DERECHOS HUMANOS ▼ “Marruecos está lejos de ser un Estado de Derecho” | Planeta Futuro | EL PAÍS

“Marruecos está lejos de ser un Estado de Derecho” | Planeta Futuro | EL PAÍS



QUÉ MUEVE A… KHADIJA RYADI

“Marruecos está lejos de ser un Estado de Derecho”

La activista marroquí, premio de Naciones Unidas en 2013, lucha contra las torturas y por el respeto a los Derechos Humanos

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La activista marroquí Khadija Ryadi, en Madrid. / LUIS SEVILLANO


Khadija Ryadi (Taroundant, 1960) recuerda una de las lecciones que su padre, Hocine Ryadi, le dio siendo niña: “Tenemos que ser conscientes de que todos tenemos una misión en esta vida, un papel que desempeñar. Uno no vive para sí mismo, sino que forma parte de un país, de la Humanidad”. Esta sería la primera gran enseñanza de su progenitor, un antiguo resistente al régimen que pasó cuatro meses en prisión y fue torturado por la policía por oponerse a la descolonización de Marruecos. “Mi madre era la que nos contaba las torturas que había sufrido. Yo era la pequeña de dos hermanos cuando mi padre salió de prisión. Tuve la suerte de crecer sin el trauma de tenerlo lejos de mí, como otros colegas que he conocido después y que se vieron privados de ellos durante su infancia”. Su familia, pronto se trasladaría a vivir a Rabat, desde la región de Agadir, y después vendrían cuatro hermanos más que también conocerían las torturas paternas a través del relato materno.
En la adolescencia es cuando Ryadi se da cuenta de su deseo de formar parte activa de las reivindicaciones de la sociedad marroquí, cuando vivía las injusticias que se sufren por el simple hecho de ser mujer en Marruecos. “Sin entenderlo bien, supe que quería cambiar esa realidad”, asegura la activista, que está de paso por España para presentar el informe en el que Amnistía Internacional denuncia 173 casos de tortura y malos tratos en Marruecos en los últimos cuatro años. Con el paso del tiempo, Kadhija Ryadi se convertiría en la primera mujer presidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) en 2007 y, desde que dejara su cargo en 2013, es miembro de la comisión administrativa de la organización, además de estar vinculada a otras asociaciones que luchan por los Derechos Humanos en Marruecos. “En 1983 entré a formar parte de AMDH, atraída por su principio de universalidad y su defensa de los Derechos Humanos, basado en que todas las personas somos iguales sin hacer diferenciación de sexo, edad, raza, o religión. Creo que mientras que haya alguien que sufre torturas, toda la humanidad las sufre”.
La activista es hija de un resistente torturado y madre de un líder de la ‘primavera árabe’ marroquí 
Uno de los cometidos, explica Ryadi, de la AMDH, con más de 12.000 socios en Marruecos, es la de ejercer presión para que se investiguen las torturas y el maltrato policial, además de dar apoyo jurídico, con su equipo de abogados, a las víctimas para que se sientan arropados al testimoniar. “Si hubiera una prioridad sería el derecho a la Justicia, porque cuando falta bloquea el desarrollo de todos los demás. Esta en Marruecos ha sido hasta ahora una herramienta del Gobierno para justificar sus abusos. Si una víctima no puede pedir la defensa de sus derechos, no puede haber otro derechos que se hagan realidad”.
Desde su experiencia de más de 30 años como defensora desde AMDH y también como líder de la Coordinadora Magrebí de Organizaciones de Derechos Humanos (CMODH) cree que es necesario aunar fuerzas para luchar contra la tortura. “Todos estamos trabajando para que Marruecos respete los compromisos que ha adoptado. Hay muchas leyes que son de cara a la galería para mostrar a los socios europeos y de Naciones Unidas que Marruecos es un país democrático, pero en la práctica no es cierto. Se niegan los derechos y libertades a diario. En Marruecos hay tortura porque hay impunidad. Los jueces no pueden perseguir a los autores y ni siquiera pueden ordenar investigaciones para saber de donde proceden. Está lejos de ser un Estado de Derecho como pretenden hacer creer las autoridades marroquíes. Solo consiguiendo un Estado de derecho se conseguirá acabar con ella”.
Uno de los cometidos de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) es la de ejercer presión para que se investiguen las torturas y el maltrato policial



Sabe que desde dentro es difícil cambiar las cosas, porque considera que quién lo ha intentado ha, incluso, justificado los abusos y las violaciones de los Derechos Humanos una vez en el poder. Por eso ella, desde su puesto como funcionaria en el ministerio de Finanzas marroquí, tiene claro cuando acaba su jornada ministerial y cuando empieza la de activista, que está separada una de otra. Un motivo para seguir luchando y que le dio mucho aliento y energía, reconoce, fue recibir el premio de Derechos Humanos de Naciones Unidas en 2013 por su activismo en diferentes ámbitos: “No puedo imaginar que mi figura pueda estar a la altura de Nelson Mandela, que recibió el mismo premio, pero sí que fue un reconocimiento a todas las mujeres militantes marroquíes”, reconoce Ryadi, en un momento en el que AMDH atravesaba, en su largo historial desde 1979, un proceso abierto de difamación y presiones por parte del Gobierno marroquí. “Nuestra labor se reconoció internacionalmente. Eso me hizo sentir más responsable para seguir en la lucha”, explica, cuando recuerda cómo a su vuelta de Nueva York tras recoger el galardón muchos marroquíes la esperaban para felicitarla. “El premio se hizo extensivo a los miles de marroquíes que luchan por las libertades”.
Unas libertades, que para Ryadi, se ven amenazadas de distinta manera a las que vivió en su primera etapa como activista. Ahora, explica, hay nuevos métodos de intimidación a los jóvenes militantes, coartando su libertad de expresión, a través del ataque a las páginas webs de las asociaciones, cuentas de Facebook, y el espionaje a los correos electrónicos, para poder atacarlos “sin dejar huella”, como se explica en el informe Los ojos del poder, desde la Asociación de Derechos Digitales marroquí, al que hace referencia Ryadi. La activista reconoce que a pesar de no haber sufrido amenazas directas ni personales, sí que era un blanco fácil mientras ocupaba el puesto de presidenta en la AMDH. “Estábamos en el punto de mira como líderes de asociaciones a la hora de recibir golpes en las manifestaciones. Era una forma de decirle a los jóvenes militantes: “¡Cuidado!, mira lo que hacemos con vuestro líderes, les pegamos y los tiramos al suelo”.
“Estábamos en el punto de mira a la hora de recibir golpes en las manifestaciones. Era una forma de decirle a los jóvenes: “¡Cuidado!, mira lo que hacemos con vuestro líderes”
Esta licenciada en Ingeniería no olvida sus primeros años de efervescencia social tras su adhesión a la Unión Nacional de Estudiantes, en una época, recuerda, en la que este sindicato pudo volver a la actividad, después de cinco años de prohibición. “Había muchos debates políticos, y fue ahí donde entendí que todo está vinculado, que las injusticias, la desigualdad de género y la situación de pobreza son producto de la falta de democracia y de respeto a los Derechos Humanos. Como muchos otros marroquíes en ese momento decidí que tenía que asumir mi responsabilidad y convertirme en un militante más para hacer posible que cambiaran las cosas en Marruecos”. De esos años, Ryadi recuerda que también fueron claves para que su padre asumiera que ella seguiría su camino en la defensa de los Derechos Humanos. “Siempre me protegió mucho, no quería que saliera o viajara sola, pero una vez conoció nuestras ideas, supe que se sentía orgulloso de que siguiera su estela y me permitió viajar y conocer a más gente. Era el primero en darme consejos para que no me detuviesen”.
Pero ahora es ella a la que le toca dar consejos. En concreto a su hijo menor, Montasser Drissi, uno de los jóvenes líderes que encabezaronla primavera árabe en Marruecos. Ryadi recuerda, con una sonrisa pintada en la cara, como su vástago es uno de los artífices de un vídeo que llamó a la movilización, a través de Youtube, para las protestas del 20 de febrero de 2011, en las que se pedía una mayor apertura del régimen marroquí. Con la misma emoción recuerda, que Drissi fue de los muchos heridos en las protestas contra el indulto real de un peso español encarcelado en Marruecos por pederastia. Su otro hijo, el mayor, dice que es menos activo, pero que también comparte sus valores. “Me tranquiliza ver que mis hijos siguen este mismo camino para cambiar la sociedad y para que nuestro país avance. Los tres somos cómplices en la lucha”.

SOBREVIVIR AL ÉBOLA ► ébola: Mamasu, la enfermera que sobrevivió al ébola | Planeta Futuro | EL PAÍS

ébola: Mamasu, la enfermera que sobrevivió al ébola | Planeta Futuro | EL PAÍS



Mamasu, la enfermera que sobrevivió al ébola

Segunda entrega del diario de una cooperante biotecnóloga en una unidad de diagnóstico de la enfermedad en Sierra Leona



Un cooperante traslada el cuerpo de una víctima del ébola en Sierra Leona.

Un cooperante traslada el cuerpo de una víctima del ébola en Sierra Leona. / FRANCISCO LEONG


El centro de tratamiento de ébola de Makeni es un lugar aséptico donde el olor a cloro y a lejía impregna todas las esquinas. En este centro, profesionales locales e internacionales trabajan juntos, codo con codo, para luchar contra la peor epidemia de ébola de la historia, que ha afectado de manera especialmente trágica a esta región de Sierra Leona.
Este centro es un gran campamento en el que, entre tienda y tienda, se han vivido horrores indescriptibles. Por ejemplo, una de mis compañeras —una doctora que lleva en este centro desde enero— me contaba que se fue acostumbrando a presenciar diariamente muertes crueles y grotescas. Sin embargo, hubo un día en que le costó especialmente conciliar el sueño. Ese día, en la carpa donde descansaban infectados positivos de ébola, se encontró a uno de los pacientes de 16 años del que todos pensaban que ya estaba recuperándose. Estaba allí, en medio de la sala, sangrando por los ojos y la boca y gritando lleno de rabia, dolor y, al mismo tiempo, aceptación. El drama de este terrible brote epidémico no es solo el alto número de pacientes infectados, sino también lo trágica y cruel que es la muerte y, por ende, lo traumático que es para los familiares presenciar algo así.
Centro de tratamiento de ébola de Makeni / R.M.
A pesar de que en este centro de tratamiento de ébola se han vivido muchos horrores, sin embargo, se respira un ambiente de tranquilidad, calma e incluso alegría. Cada día, en la entrada, los guardias de seguridad nos saludan efusivamente. Luego, los jóvenes que nos rocían con cloro los zapatos nos preguntan si hemos dormido bien y los enfermeros nos miden la temperatura a la vez que nos desean que tengamos un buen día de trabajo. No permiten la entrada de nadie con más de 38 grados de temperatura como medida de seguridad, dado que uno de los primeros síntomas de ébola es tener fiebre alta. Por los pasillos, entre tienda y tienda, todos los trabajadores son muy agradables y siempre te saludan con una gran sonrisa. ¿No es un verdadero placer trabajar así? ¿Os habéis preguntado cuántos os saludan a vosotros en vuestra oficina o cuando camináis por un hospital?
Guantes de protección especial rociados en lejía secándose al sol. / R. M.
Nunca creí que pudiera presenciar tanta alegría en un hospital para pacientes con ébola. Tras tres semanas luchando entre la vida y la muerte, Mamasu, una enfermera de 30 años, consiguió vencer al letal virus y fue dada de alta en medio de una gran celebración y algarabía. Mamasu, al igual que el resto de personal médico, era consciente de que trabajar en el hospital tiene un riesgo muy alto. Desde que comenzó esta epidemia, más de 500 sanitarios han perdido la vida infectados por ébola.
Cartel localizado en el centro de Makeni promocionando que los supervivientes del ébola son héroes. / R. M.
Mamasu es oficialmente una superviviente más del ébola y aquí es considerada como una heroína. Todos los trabajadores del centro fuimos llamados para celebrarlo y la esperamos en la puerta de la Red Zone (zona roja), donde sólo se puede entrar con el traje completo de protección personal. Los trabajadores sierraleoneses, muchos de ellos compañeros y amigos de Mamasu desde los años de universidad, estaban especialmente ilusionados y empezaron a cantar y a tocar instrumentos típicos africanos. Cuando Mamasu por fin salió, los cantos y gritos inundaron todo el centro. Jamás había imaginado ver tanta energía y felicidad en una persona que llevaba convaleciente tres semanas. Mamasu llegó a estar muy grave y los médicos pensaron que no sobreviviría. Sin embargo, su cuerpo siguió luchando y el día que recibió el alta irradiaba alegría a la vez que bailaba, gritaba y cantaba con todos sus compañeros y amigos.
Una de las primeras cosas que hizo al salir de la zona roja fue dejar una huella de pintura hecha con su mano en la pared de los supervivientes mientras lloraba de felicidad. Después, la fiesta se trasladó a una explanada, donde con rudimentarios instrumentos pusieron música de varios cantantes locales y todos bailamos junto a ella. Mi canción favorita es una que han compuesto recientemente y que tiene como objetivo concienciar a la población sobre la epidemia de ébola. La canción dice así: "Ébola está por la ciudad, no toques a tu amigo, no beses, es peligroso".
Trabajadores del centro locales e internacionales bailando todos juntos con Mamasú en el momento en que es dada de alta / R. M.
Pared en la que los supervivientes del ébola dejan su huella el día en que son dados de alta del centro / R. M.
Tras una hora bailando y cantando a 38 grados bajo el abrasador sol, la normalidad retorna poco a poco al centro. Nuevos pacientes sospechosos de padecer ébola llegan al centro, hay que rociar con lejía todos los trajes de protección y diagnosticar si sufren o no del letal virus con la mayor rapidez posible. Todos volvimos a nuestros ajetreados trabajos, pero la sonrisa y felicidad siguió presente en el ambiente por muchas horas.
Raquel Medialdea Carrera es una biotecnóloga asturiana haciendo el doctorado en la Universidad de Liverpool y colaborando en el Centro de Tratamiento de ébola de Makeni (Sierra Leona) en la Unidad de Diagnosis para International Medical Corps (IMC)

ATRAPADOS ENTRE MOSQUITOS Y NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS ▼ Cuando los enemigos son la malaria y la malnutrición | Planeta Futuro | EL PAÍS

Cuando los enemigos son la malaria y la malnutrición | Planeta Futuro | EL PAÍS

Cuando los enemigos son la malaria y la malnutrición

Las enfermedades y el hambre son las mayores amenazas para los refugiados centroafricanos, una vez que han dejado atrás las balas

Un programa de salud en Camerún trata de prevenir ambas





Las pautas saludables como lavarse las manos evitan la transmisión de parásitos o las diarreas.VER FOTOGALERÍA

Las pautas saludables como lavarse las manos evitan la transmisión de parásitos o las diarreas. / BERNARDO PÉREZ


Aissatou A., de 58 años, espera en una abarrotada, bulliciosa y calurosa sala de reparto de complementos alimenticios para los niños menores de cinco años a que el personal de Unicef y el Programa Mundial de Alimentos revise el estado de salud de su nieto, de dos. Su madre murió en la travesía hacia Camerún desde República Centroafricana (RCA) a finales de 2013, cuando la familia sufrió elprimer estallido de violencia en su aldea. “No quiero volver”, zanja el relato de la huida la abuela.
Tras su llegada a Timangolo, población al Este de Camerún cercana a la frontera con RCA, el pequeño sufrió malnutrición grave. "Por eso vengo aquí. Para prevenir que vuelva a caer enfermo", aclara la abuela. Como ellos, el 80% de losrefugiados centroafricanos (más de 100.000 desde diciembre de 2013) que llegan a la región oriental de Camerún son mujeres y niños, grupos de población especialmente vulnerables a la malnutrición. También las comunidades de acogida, muy pobres, padecen altos índices de este problema de salud que pone en riesgo la vida y desarrollo de los más pequeños.
Por eso, la ONU ha implementado un potente programa de lucha contra la malnutrición, grave y moderada, en la zona. Lo hace a través de las tres agencias competentes: Unicef (infancia), ACNUR(refugiados) y el PMA (Programa Mundial de Alimentos). Ellas son las encargadas del diagnóstico, reparto generalizado —a refugiados y locales— de complementos alimenticios a base de cacahuetes (PlumpyNut y PlumpySup) y el control de la efectividad de la acción.
"Cuando se inició este programa a principios de 2014, había una tasa de aproximadamente un 25% de menores de cinco años afectados. En los controles sobre la evaluación, realizados en diciembre, ese porcentaje se había reducido hasta un 4%", detalla Joseph Claude Amougou, trabajador de campo del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El nieto de Aissatou forma parte de ese número de niños que ya no están en peligro. Le miden el brazo y el metro se para en la franja coloreada de verde. Está sano. Con todo, la mujer pasa a la zona de reparto del PMA para que le den suficientes bolsas de PlumpySup para añadir al menú diario del bebé durante un mes. Por prevención.
Cuando los encargados de la revisión de la salud de los niños detectan un caso de malnutrición grave (un 25% del total de afectados), el itinerario es otro. Unicef se encarga de suministrarles el suplemento PlumpyNut. Durante 45 días, los pequeños deberán acudir diariamente al centro médico de este organismo para tomarse su bolsa de 92 gramos y 500 kilocalorías de este alimento terapéutico y que un médico le haga un reconocimiento.
En uno de los habitáculos del hospital de Unicef, junto al punto de reparto de comida para los refugiados centroafricanos de Timangolo, una madre observa a su hija mientras el doctor la somete a un test de apetito. "A veces los niños sufren malnutrición porque no tienen ganas de comer y eso significa, en la mayoría de los casos, que tienen parásitos en el estómago", explica Mvongo Mbaria, responsable de Cruz Roja en este centro médico. ¿En qué consiste esta prueba? "Si no son capaces de comerse una bolsa entera de PlumpySup en una hora es que algo va mal”, detalla el especialista. En ese caso, les tratan con medicamentos antiparasitarios.
Además de encargarse de los casos graves de malnutrición, en este centro desarrollan otros programas de salud del que se beneficia toda la población. El doctor Nainga Semplice es el responsable de uno de ellos, pues su labor es inmunizar a los críos con una vacuna pentavalente, para prevenir la difteria, el tétanos (rigidez de mandíbula), la tosferina, la hepatitis B y la poliomielitis.
Pero es otra enfermedad para la que todavía no hay vacuna la que más estragos causa en la población: la malaria. "Mata a muchas personas", advierte Amougou, del PMA. En el hospital de Gbiti, una de las aldeas de acogida y principal punto de entrada de refugiados centroafricanos, gestionado por las ONG Plan Internacional y Médicos sin Fronteras, atienden principalmente a niños, mujeres lactantes y embarazadas, los grupos más vulnerables al temido parásito. Ellos son los que llenan su sala de espera, una cuadrilátero de tierra delimitado por plásticos naranjas.
“Tienen malaria”. La abuela, Salamatou D., de 60 años, ya sabe el diagnóstico de dos de sus seis nietos a su cargo, aunque todavía no les ha examinado un doctor. Esta refugiada conoce bien los síntomas y decidió acudir a la clínica para que los chiquillos reciban tratamiento. Pese a los esfuerzos por inculcar la costumbre de visitar la consulta médica ante la aparición de problemas de salud, no todos toman esa decisión y optan por quedarse en casa a pesar de la fiebre, los vómitos o la diarrea. Por eso, periódicamente, personal de centro de Gbiti recorre las aldeas de la zona en busca de enfermos. Los que están graves, son derivados a hospitales en las ciudades, apuntan.

La prevención

Una de las primeras pautas de vida saludable que se tratan de inculcar desde los centros de salud y puntos de reparto de alimentos en las aldeas que acogen a sus vecinos centroafricanos es la higiene. Así, un bidón de agua da la bienvenida a los refugiados en las instalaciones del Programa Mundial de Alimentos para la distribución de comida. Antes de entrar, deben lavarse las manos. ¿Por qué? “Para que se acostumbren y aprendan gestos saludables”, aclara Maarit Hirvonen, trabajadora del PMA en el país.
También los que esperan su turno en el hospital de Unicef, reciben formación en este sentido. Un montón de carteles con dibujos son el apoyo visual para enseñar, por ejemplo, la importancia de lavarse las manos antes de comer o no beber agua sucia, para evitar diarreas o la transmisión de parásitos.

Dos centímetros de separación

A. AGUDO
El bebé de 10 meses de Hapsey Abdoulaye sufre malnutrición grave. / BERNARDO PÉREZ
La cinta métrica se para en el rojo. Es muy mala señal. Las dos niñas, de 10 meses y cuatro años, de Hapsey Abdoulaye, refugiada centroafricana en Timangolo (Camerún) de 40 años “más o menos”, sufren malnutrición grave. La circunferencia de sus pequeños brazos mide menos de 11,5 centímetros, más de dos por debajo de lo que se considera un volumen mínimo de salud (12,6).
“Estoy enferma y desesperada porque no hay solución”, se queja la madre sin estruendo. En febrero de 2014 llegó a Gbiti, un pueblo cercano a la frontera y punto de entrada de centroafricanos que huyen de la guerra. Allí se registró como refugiada en la oficina de Acnur y allí vivió hasta que alguien le avisó de que su marido, al que había perdido la pista en su atropellada huida de RCA, estaba en Timangolo. No lo dudó y en junio se trasladó a este poblado. Tardó dos meses en llegar de uno a otro, un largo periplo en el que comía lo que encontraba por el camino. “Hojas o lo que fuera”, apunta la mujer.
Desde que se instaló en el nuevo asentamiento, no ha podido acceder a la distribución de comida porque no consta en el listado de beneficiarios. Y sus carencias alimentarias se han convertido en malnutrición severa en sus hijas. La pequeña, en sus brazos, busca desesperada el pecho de la madre. Y cuando lo encuentra, es en vano. No hay nada.
Hapsey Abdoulaye sonríe mientras mira a su hija desconcertada cuando el doctor le mide el brazo. “Me fui por la guerra y la violencia”, comparte su historia. Ahora, el enemigo es otro. Primer paso: el papeleo. Después, le darán su lote de comida. Y un tratamiento de choque bajo supervisión médica con PlumpyNut para la bebé.

jueves, 28 de mayo de 2015

THE END ▼ What's happening with FIFA

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Dear el dispreciau,

Could this be our chance to get FIFA to take slavery in Qatar seriously? The organisation is under intense scrutiny: several officials have just been arrested on corruption charges and the football body is about to elect its President. It’s vital we really keep the pressure up while the world’s attention is once again on FIFA.

Please help us make the most of this opportunity: call on FIFA to help end slavery on Qatar 2022 World Cup construction sites.

Just a few weeks ago the Qatar World Cup once again made headlines for all the wrong reasons as news emerged that BBC journalists had been arrested for investigating the treatment of migrant workers on Qatari construction sites. Journalist Mark Lobel had just spoken to an 18-year-old man who was trapped under the kafala system, receiving virtually no salary, when he was arrested and interrogated.1

The Qatari authorities have much to hide. Under the kafala system, thousands of migrants are trapped in dangerous and sometimes deadly living and working conditions, for little or no pay -- all to build stadiums for the World Cup.2

Now is a crucial moment to pile the pressure on FIFA. The organisation is investigating why these journalists were arrested, battling with its own criminal allegations and its presidential election is imminent. Call on FIFA to take a stand against modern slavery in Qatar now.

Thank you for advocating on behalf of those trapped in Qatar, and for bringing us one step closer to ending slavery on 2022 World Cup construction sites. Once you have sent your message, please share this email and ask your friends to do the same.

In solidarity,

Sarah, Jayde, Kate, Zoe and the rest of the Walk Free team

P.S. While this issue is in the media, we have another important opportunity to push FIFA to take action. Click to send your message now.
http://www.huffingtonpost.co.uk/2015/05/18/qatar-bbc-journalists-arrested_n_7305384.html
http://www.theguardian.com/football/blog/2015/may/20/slave-deaths-qatar-world-cup-2022-fifa