lunes, 21 de diciembre de 2015

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Rania y sus cinco hijas, detenidas y desaparecidas en Siria >> Mujeres >> Blogs EL PAÍS

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Rania y sus cinco hijas, detenidas y desaparecidas en Siria

Por:  19 de diciembre de 2015
Rania Alabbasi es una odontóloga siria de 45 años que junto a sus seis hijos, cinco niñas y un niño, forma parte de las cerca de 7.000 mujeres detenidas-desaparecidas en la Siria de Bachar Háfez el Asad. Su hermana pequeña Naila habló con el blog Mujeres para hablar de su dramática desaparición.

Rania junto a cinco de sus hijas. Foto: archivo familiar
Además de ser una famosa odontóloga en Damasco, Rania fue durante varios añoscampeona de ajedrez de su país, del mundo árabe y de Asia. Pero sus problemas comenzaron a raíz de la detención por la dictadura de su padre, opositor al régimen por defender los derechos humanos.
Al salir de prisión, toda la familia decidió instalarse en Arabia Saudí huyendo de la represión siria. Allí se fue Rania junto a sus hijas Dima, Entisar, Najah, Alaa, Ahmad y Layan, que tienen entre 3 y 15 años, aunque siempre con la intención de volver a Siria. “Esa fue la obsesión de mi hermana como lo es de todos los sirios que tenemos que abandonar el país” declara su hermana Naila, que lucha incansablemente por saber algo de su hermana.
Rania era una mujer privilegiada tanto a nivel económico como profesional, razón por la cual no tenía problemas para conseguir un visado para vivir fuera de Siria. “Pero ella quería vivir en Damasco y además de ejercer su profesión y estar pendiente de su familia, atender muy solidariamente a todo el mundo", añade Naila, "y creo que esa fue la razón de su detención”.
Pero el 9 de marzo de 2013 soldados del presidente El Asad aparecieron en su casa deteniendo a su marido. Al día siguiente, cuenta, aparecieron de nuevo robando las escrituras de la casa, joyas y dinero. Finalmente, el tercer día se llevaron a Rania y a sus seis hijos.
“Desde entonces no sabemos nada de ellos. Nos han intentado chantajear a la familia para darnos información. Nos llegaron a pedir hasta 400.000 dólares de EE UU y no nos daban ninguna prueba de vida. Unas veces nos dicen que está muy enferma, otras que una de las niñas murió, eso es todo”, explica entre lágrimas y apretando los puños su hermana, ginecóloga de profesión, que está dedicando su vida a tener noticias de Rania y sus hijas y a dar a conocer al mundo la historia de su hermana a través de Amnistía Internacional.
Todavía se emociona más al escuchar las palabras del defensor de los derechos humanos Anwar Al Bunni, director del Centro Sirio para la Investigación y el Estudio Legal, cuando explica a este diario las condiciones en las que viven los presos en las cárceles de El Asad. “Los presos sirios son los grandes olvidados de la comunidad internacional. Las cárceles están hacinadas. En las celdas en donde colocan a los presos son tan pequeñas de tienen que estar de pie. El mundo debe saber que no dan alimentos a los presos y que cada hora mueren dos de ellos. Se calcula que en estos momentos hay detenidas 200.000 personas de las cuales 65.000 están desaparecidas. Nadie sabe nada de ellos, muchos de ellos mujeres y niños”.
En estos momentos cuatro millones de sirios han huido del país para pedir refugio político en Europa mientras que ya se contabilizan los muertos en más de 300.000.
Nadia en su conversación con Mercè Rivas
Naila escucha estas palabras con angustia siempre con un pañuelo en la mano y pensando en sus sobrinas adolescentes y en su hermana. Recientemente ha escrito una carta dirigida al dictador pidiendo la liberación de su hermana e hijas.
“El problema sirio no se solucionará con una negociación y mucho menos si se tiene en cuenta a…el Assad para ella. Él es el principal culpable de lo que pasa en Siria. El núcleo del problema y el primer terrorista. Y los criminales como él deben ser juzgados. La solución pasa por la justicia. Un criminal no puede dar a luz a la paz”, sentencia Anwar al Bunni  mirando fijamente a Naila.
“Es necesario que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas remita la situación de Siria a la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional, para que todas las partes rindan finalmente cuentas de sus actos”, reclama Amnistía Internacional.

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