jueves, 24 de diciembre de 2015

LOS REFUGIADOS SUPERAN CUALQUIER IMAGINACIÓN ▼ Pistas para hablar sobre los refugiados en las cenas de Navidad

3500 Millones

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Ideas irreverentes contra la pobreza

3500 millones es la mitad de la población mundial. 3500 millones de personas condenadas cada día a la pobreza. ¿O no? Este blog es el relato de la contra-crisis y de sus protagonistas. Vivencias e iniciativas desde cada rincón del planeta que demuestran que lo más correcto es también lo más inteligente.

SOBRE LOS AUTORES

3.500 Millones es un blog coral dirigido por Gonzalo Fanjul. Este espacio es el resultado de un esfuerzo colectivo en el que los protagonistas de la lucha contra la pobreza comparten su experiencia y sus propuestas.

Pistas para hablar sobre los refugiados en las cenas de Navidad

Por:  24 de diciembre de 2015
Escribe Francesc Mateu @frmat, coordinador del proyecto de refugiados de Oxfam Intermón 
Estación de tren de Presevo Serbia
Un grupo de refugiados delante el tren. Estación de trenes de Sid, frontera Serbia - Croacia. Imagen de Pablo Tosco / Oxfam Intermón.
Las cenas y comidas de estos días son lo más parecido al Debate sobre el Estado de la Nación. Entre viandas, regalos y turrones, se desata la opinión de los distintos miembros de la familia, o los amigos, y nos sentimos en la obligación de opinar todos sobre todo. Si, como es previsible, se pone sobre la mesa la cuestión de los refugiados, a continuación proponemos algunos elementos útiles para la conversación.
Siempre hay un familiar que es un trozo de pan, y su forma de ver el asunto es quetiene espacio libre en casa y que ha pensado en acogerlos. O que quiere enviar mantas y prendas de abrigo a los lugares por donde pasan las personas que huyen de la guerra. Es positiva y comprensible la ansiedad asistencial que nos sale a todos por hacer lo que podemos, pero la buena voluntad hay que canalizarla bien. No es tan fácil meter a una familia en casa: tanto ellos como nosotros tenemos derecho a la intimidad y a tener un hogar propio. Tampoco están resultando útiles los envíos de material indiscriminado a las personas que llegan a Europa buscando refugio. 

Si de verdad queremos ser solidarios es mucho mejor apoyar con nuestro dinero –lo poco o mucho que cada persona o familia pueda- a entidades que trabajan eficazmente para evitar que las personas se vean obligadas a emigrar, para mejorar las condiciones en los países de tránsito o para que tengan una acogida digna en los países de destino.
Aunque el problema nos estremece ahora porque han llegado a Europa, hace muchos años que en el mundo hay refugiadas y refugiados. Deberíamos responder con cabeza, este año, el pasado y el siguiente, haya o no refugiados en nuestras playas y fronteras. Lo mejor para los propios refugiados es que no tengan que venir. Y para eso, nada mejor que presionar a los gobiernos para que resuelvan conflictos en lugar de encenderlos más.
No faltará tampoco,- siempre hay alguien-, que con ánimo de provocar o porque es más amigo ‘del orden’, apelará a la idea de que esto es una invasión, que estas personas que vienen se cargarán nuestros valores, nuestra cultura y nuestras tradiciones, al estilo de François Hollande o del Arzobispo de Valencia.
Ante este argumento, las imágenes que a menudo vemos en los medios nos serán lamentablemente de gran ayuda. ¿De qué valores estamos hablando? ¿Los de maltratar a inocentes que huyen de la guerra? ¿Los de no facilitar asilo en embajadas de manera que la gente tiene que arriesgar su vida y ponerse en manos de las mafias para huir? ¿La de suprimir el dispositivo de rescate en el Mediterráneo y permitir la muerte de 4.000 personas solo en 2015? Nuestro país, como casi todos, ha firmado protocolos internacionales que nos obligan a dar refugio. Eso sin olvidar que de alguna forma los países europeos hemos contribuido a los conflictos que hoy desangran Oriente Medio (por ejemplo, mediante la venta de armas). Y deben cumplirlo.
Y la palabra invasión… invasión, invasión… No sería el caso. Las personas que están llegando representan el 0,1% de la población europea, y además vienen sin nada encima, hundidas psicológica y moralmente por el horror que han visto y vivido.
Con la conversación ya más apasionada, puede que surja otro tema al que conviene poder dar respuesta: “están permitiendo la entrada de terroristas como los de Paris”. Llegados a este punto la respuesta debe ser contundente. Los refugiados no son terroristas, sino que huyen justamente de los terroristas, de los atentados terroristas que se cometen casi a diario en sus países, de su violencia y su radicalismo. Además, es importante destacar que los refugiados que cruzan Europa han tenido que deshacerse de casi todo a lo largo del camino (o se lo han robado). Y no llevan armas: es importante saber que pasan controles en cada frontera que cruzan. Es cierto que después del atentado de París se dijo que habían encontrado un pasaporte sirio de uno de los terroristas que había hecho la misma ruta que los refugiados. Después se vio que era un pasaporte falso. Los terroristas, gente con recursos y organización, no llegan andando. Llegan en avión.
Con los tópicos ya resueltos pueden llegar algunos asuntos más peliagudos a la conversación. El efecto llamada sería uno. Lo mejor para responder a esto es remitirse a los hechos. Las personas que buscan asilo en  Europa huyendo de un conflicto no vienen por el efecto llamada sino por el efecto huida. No se trata de modificar las condiciones de llegada, sino de evitar las condiciones que provocan la huida. Estamos en una crisis donde el efecto llamada tiene poca o ninguna relevancia. Una razón más para poner la vista y los esfuerzos en solucionar las causas que originan la migración.
Hay unas cuantas preguntas que pueden surgir en este punto y para las que resulta útil tener algunos datos:
  • Hay 60 millones de personas desplazadas en el mundo. 8 de cada 10 viven en países en desarrollo. Líbano tiene en su territorio 1 refugiado por cada 4 habitantes, muy lejos de la proporción que ha llegado a Europa este 2015.
  • Mientras 8 de cada 10 personas que llegan a Europa provienen de un conflicto, la misma proporción de desplazados en el mundo lo son por causas económicas y no cuentan con recursos para llegar a Europa.
  • La mayor parte de los desplazados sirios están dentro de Siria: son unos 6 millones. Otros 4 millones han emigrado a otros países. La mayoría están en Líbano, Jordania o Turquía. Muy lejos de los 17.000 que ha aceptado España.
Y si en algún momento se produce ese inevitable silencio, es la ocasión para darnos un baño de realidad sobre la situación en España. Mientras nuestros gobernantes marean la perdiz hablando de los 17.000 que vamos a acoger, hasta hoy solo hemos acogido a 12 personas (la mayoría viene de Eritrea). Y mientras tanto mantenemos cerrada a toda costa la frontera sur donde también hay personas sirias, aun a costa de vulnerar los derechos humanos, la legislación internacional y los mínimos principios de humanidad.
“¿Y qué hay que hacer? ¿Dejarlos pasar a todos? ¡Es insostenible! Yo entiendo la política del Ministro del Interior y las devoluciones en caliente”, dirá alguien. Aquí ya tienes derecho a enfadarte un poco. Además de que es intolerable, ilegal y reprobable lo que obligan a hacer a la Guardia Civil en Ceuta y Melilla, este es un tema de humanidad. Todos somos personas. Todos tenemos unos derechos mínimos por el solo hecho de serlo. Si alguien no los tiene, tiene todo el derecho a buscarlos donde pueda. Y mientras haya alguien en el mundo que no los tenga, los que sí disfrutamos de derechos mínimos tenemos la obligación de hacer todo aquello que esté en nuestras manos para  que los recuperen, no por generosidad o solidaridad, sino por justicia.
En algún momento tendremos que retomar la comida y cambiar de tema. Pero no sólo habremos resuelto dudas y dilemas, sino que con un poco de suerte habremos hecho pensar a la familia, a los amigos, habremos abierto horizontes. Y con un poco más de suerte, esta Navidad habrá sido diferente. Nos habremos acercado todos un poco más a la esencia de esta fiesta: la humanidad.

el dispreciau dice: cada fuente arroja su cifra... para algunos representan un millón de migrados por obligación,,, para otros esa cifra asciende a siete millones... para inmediatamente transformarse en sesenta millones y luego subir y superar los cien millones de almas... indudablemente, imperan razones religiosas mezcladas con intereses corporativos y conveniencias del poder... y envuelven el Asia tanto como el África y también las Américas, siendo que el máximo responsable del desmadre global no es otro que el nazi-sionismo desplegado por la Europa medieval furiosa de sus impotencias y de sus evidentes incapacidades para dominar...

el humano sigue sin entender que el planeta es uno solo y no hay otro dónde ir... y además, sigue sin comprender que los avances tecnológicos han modificado todos los escenarios sociales determinando que ya nada queda lejos... y que las cercanías desvelan todas las barbaries del imperio y sus desquiciados comandantes...

sea de la religión que se sea... la Navidad en estas condiciones no guarda sentido alguno y pasa a ser un mero recitado de intenciones inconducentes que se chocan contra la realidad... léase, no hay espíritu navideño porque no hay paz en el espíritu humano, aún cuando la sociedad humana compuesta por los inocentes mortales, la contenga y la despliegue... el poder no tiene paz ni quiere tenerla... porque la codicia es mucha... el desparpajo es más... la avaricia envuelve y la angurria resuelve los conflictos que se siembran para obtener suculentos beneficios, sea de los muertos, sea de los pobres, sea de los excluídos, sea de los expulsados... a quienes no sólo no se les concede refugio con dignidad humana... sino que además se los desprecia según su procedencia...

Europa la viene chingando fiero... y cada vez peor... no sus gentes en las calles, sí los idiotas que dicen conducirla... porque de eso se trata el nazi-sionismo... atropellar hasta matar el heredero... para luego apropiarse del todo y también de las partes... 

la resultante de este paisaje es que los refugiados son demasiados en número pero crecen día tras día según se van sembrando los conflictos, porque el objetivo global de sirianizar el planeta es un hecho que ya no puede ser disimulado, tampoco puede ser disfrazado. Insisto, no hay espíritu navideño en las calles... y eso se nota en los árboles tanto como en el aire... comprar regalos no es significancia de navidad, porque lo que tiene precio no vale nada... y del mismo modo, pan amasado con odio sólo nutre el alma con odios... y eso mismo cursa por estas horas...

el mundo llega al final del 2015 en un estado de calamidad creciente... por ende el 2016 verá avanzar el tsunami de la calamidad, y eso ya es inevitable porque el poder padece alzheimer e indica que se agrava con el curso de los días... por lo tanto, el tema de la mesa navideña en el occidente inquisidor debería centrarse en qué hacer con los usureros... con los cancilleres... con los reyes... con los primeros ministros... con los curas de la iglesia retorcida... que están empecinados en pudrir lo que queda del mundo... colaborando con las intenciones nazi-sionistas que emanan desde las corporaciones sin banderas y sin fronteras que se han comido el mundo humano, para provecho propio, es decir para nada... DICIEMBRE 24, 2015.- 

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