lunes, 6 de marzo de 2017

PRELUDIO DE LA CAÍDA DE ROMA ▼ Trump vuelve a la carga con un veto migratorio contra seis países musulmanes | Estados Unidos | EL PAÍS

Trump vuelve a la carga con un veto migratorio contra seis países musulmanes | Estados Unidos | EL PAÍS

Trump vuelve a la carga con un veto migratorio contra seis países musulmanes

La nueva orden elimina aristas de la anterior para superar el bloqueo judicial



El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, en su discurso al Congreso.

El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, en su discurso al Congreso. EFE



Nada detiene a Donald Trump. Ni los tribunales ni las protestas ni el clamor internacional. El presidente de Estados Unidos va a presentar este lunes una orden para impedir durante 90 días la entrada de ciudadanos procedentes de seis países de mayoría musulmana (Irán, Libia, Somalia, Siria, Sudán y Yemen). La medida, siempre según las primeras versiones oficiales, elimina de la lista a Irak y trata de evitar un nuevo bloqueo judicial aligerando la carga restrictiva de la primera. Así permite el ingreso de aquellos ciudadanos de las naciones citadas que ya tengan visado, residencia legal o doble nacionalidad, y retira el veto indefinido a los refugiados sirios. Pero su núcleo duro se mantiene activo: suspende 120 días el programa de refugiados y lo reduce a más de la mitad (de 110.000 a 50.000) y frena el paso a viajeros de países musulmanes bajo el argumento de que representan un peligro para la seguridad nacional.



Es una rectificación y desafío. Un zigzag muy al estilo de Trump. Buen conocedor del tablero judicial, al republicano nunca le ha importado pelearse en los tribunales. Ahí se siente a gusto y ha librado sonoras batallas como promotor inmobiliario.
Ahora, acuciado por el escándalo del espionaje ruso, vuelve a la carga con el veto migratorio. Para el partido demócrata se trata de una maniobra de distracción. Una huida adelante que busca hacer olvidar la erosión sufrida por Trump a causa de las sospechosas conexiones de sus altos cargos con el Kremlin. Es una posibilidad, pero como resulta habitual en el multimillonario no agota su alcance. El veto juega a dos bandas y también se dirige a su base electoral, esa gran masa obrera y depauperada, que vive alejada del vociferio de Washington y para quien el islam es sinónimo de peligro. Para ellos, la orden emite una advertencia clara y filosa hacia la inmigración y los musulmanes.
La Administración Trump niega que esa sea su meta. Asegura que solo pretende reducir el peligro terrorista y que ni siquiera la primera orden fue islamófoba. Los jueces federales lo dudan y han apreciado indicios suficientes para bloquearla cautelarmente.
El nuevo veto, que entrará en vigor el 16 de marzo, seguramente tendrá que pasar por el filtro judicial. Aunque esta vez será más fácil. El presidente posee enormes prerrogativas en materia de inmigración, y su equipo, para evitar otro batacazo, ha limado las principales aristas.
La antigua orden impedía la entrada durante 90 días de los visitantes de Irán, Irak, Libia Somalia, Sudán, Siria y Yemen. También congelaba por cuatro meses la admisión de refugiados e indefinidamente en el caso de los sirios.
La magnitud de esta prohibición desató una multitudinaria protesta. Decenas de aeropuertos fueron ocupados y una ola de repulsa internacional se elevó contra la Casa Blanca. Pero fueron los tribunales quienes torcieron el brazo a Trump. Una corte federal suspendió la aplicación de la orden ante el riesgo de que, mientras se decidiese la cuestión de fondo, el daño que pudiese causar fuese mayor que sus beneficios.
Aunque en un primer momento la Casa Blanca manejó la idea de retirar la prohibición, la estrategia final ha sido defender la antigua en los tribunales y poner sobre la mesa una nueva, diseñada especialmente para sortear el escrutinio judicial. Para ello, siempre según las primeras versiones, levanta la restricción indefinida a los refugiados sirios, aunque mantiene la de 120 días para el resto, saca de la lista a Irak y permite la entrada a quienes ya dispongan de visado desde antes del 27 de enero, permiso de residencia (green card) o doble nacionalidad.
El cambio acaba con las inverosímiles situaciones generadas por la primera medida. Como la de ciudadanos con residencia legal y familia en Estados Unidos que después de unas vacaciones veían prohibida su vuelta a casa. O trabajadores iraquíes que habían arriesgado sus vidas ayudando al ejército estadounidense en sus guerras y que, de pronto, eran rechazados en la frontera.
El nuevo veto sortea estos casos y amplía la discrecionalidad de la Administración para admitir excepciones. Pero no abandona las tesis originales. En el solemne discurso del pasado martes ante el Congreso, Trump recordó que iba a “tomar fuertes medidas para proteger la nación del terrorismo islamista radical”. La identificación del fenómeno religioso con la violencia contenida en la expresión ha sido objeto de críticas, como también la elección de los seis países.
El secretario de Seguridad Nacional, el general John F. Kelly, ha argumentado que la lista corresponde a naciones que carecen de filtros suficientes para evitar amenazas a Estados Unidos. Pero los propios informes de inteligencia de su departamento indican que ese supuesto peligro no está justificado y que, aplicando el criterio 

MÁS INFORMACIÓN

empleado con dichas naciones, la lista negra debería ampliarse a 26 países.




Trump cancela el sistema de visados preferidos en Silicon Valley

Trump cancela el sistema de visados preferidos en Silicon Valley

La Eurocámara exige a Bruselas que imponga visado a los estadounidenses

La Eurocámara exige a Bruselas que imponga visado a los estadounidenses

No hay comentarios: