lunes, 17 de abril de 2017

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Cientos de presos palestinos encarcelados por Israel inician una huelga de hambre | Internacional | EL PAÍS



Cientos de presos palestinos encarcelados por Israel inician una huelga de hambre

Maruan Barguti, líder de la Segunda Intifada, encabeza la protesta contra las condiciones de detención



Juan Carlos Sanz
Corresponsal en Oriente Próximo
En una protesta de magnitud sin precedentes en tiempos recientes, centenares de prisioneros palestinos han iniciado este lunes una huelga de hambre indefinida en protesta contra las condiciones de detención en cárceles bajo control de las autoridades de Israel. La reivindicación de los presos ha sido convocada por Maruan Barguti, dirigente del partido nacionalista Fatah que encabezó la Segunda Intifada (2000-2005) y que desde hace 15 años cumple condena a perpetuidad en el penal de Hadarim, en el centro de Israel. Portavoces oficiales y de ONG de Palestina elevaron hasta 1.500 el número de reclusos que habían secundado el ayuno voluntario, en tanto que el servicio de instituciones penitenciarias israelí limitó a 700 la cifra de internos que se habían adherido a la huelga.
Una mujer muestra el retrato de un palestino preso en una cárcel israelí, durante una protesta celebrada en Ramala este lunes.

Una mujer muestra el retrato de un palestino preso en una cárcel israelí, durante una protesta celebrada en Ramala este lunes.  AFP



En cárceles situadas en el Estado hebreo y en centros de detención localizados en Cisjordania, territorio ocupado militarmente desde 1967, están ingresados en la actualidad unos 6.500 presos palestinos, en los que se incluyen 300 menores de edad, 62 mujeres y 13 diputados del Consejo Legislativo. Entre los detenidos hay 23 enfermos en estado terminal, según organizaciones de apoyo a los internos.
Medio millar de prisioneros se hallan sometidos además al llamado régimen de detención administrativa –sin acusación formal– de forma indefinida. La población penitenciaria palestina bajo custodia de Israel ha aumentado notablemente desde octubre de 2015, cuando estalló una ola de violencia que ha provocado unas 10.000 detenciones en la que ha sido denominada Intifada de los cuchillos o de los lobos solitarios.
Maruan Barguti asegura en una tribuna publicada este lunes por The New York Times que la huelga de hambre tiene como objetivo “poner fin a los abusos en los centros penitenciarios”. “Israel ha establecido un apartheid judicial que garantiza la impunidad para los israelíes que han cometido delitos contra los palestinos y que criminaliza la presencia de la resistencia palestina”, asevera Barguti en el artículo antes de agregar: “Los prisioneros sufren torturas, tratos degradantes e inhumanos y falta de asistencia médica, algunos han muerto durante su detención”.
Este dirigente de Fatah, el partido del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, es probablemente el político más valorado por los ciudadanos, muchos de los cuales le consideran el Nelson Mandela de la causa palestina y le apoyan como futuro líder de un Estado independiente. Para Israel –que considera que Barguti fue jefe del Tanzim, el brazo armado del Fatah– se trata de un preso de seguridad, condenado a cinco cadenas perpetuas más 40 años de cárcel por terrorismo.
El servicio de instituciones penitenciarias israelí ha advertido de que sancionará con medidas disciplinarias a los presos que secunden la protesta. “Los huelguistas afrontarán graves consecuencias por participar en actividades ilegales”, rezaba un comunicado del organismo. El ministro de Seguridad Interior, Gilad Erdan, ha ordenado que las fuerzas antidisturbios se sitúen en estado de alerta ante los recintos de las prisiones, según un comunicado citado por The Times of Israel.
Su departamento ha solicitado al Ejército que instale un hospital de campaña cerca del penal de Ketziot, en el desierto del Negev, para atender a los internos que requieran cuidados médicos. El Gobierno quiere evitar que los reclusos ingresen en hospitales públicos, donde los médicos se niegan a aplicar la legislación que permite alimentar a la fuerza a los huelguistas de hambre cuya vida peligre.
El ministro de Seguridad Interior considera además que la protesta “está motivada por la política interna palestina”, y es interpretada como un movimiento táctico de Barguti para ganar protagonismo en la sociedad palestina. En función de la evolución y duración de la huelga de hambre, el analista de seguridad del diario Haartez Amos Harel alerta del eventual estallido de una escalada de violencia como la que precedió a la guerra de Gaza de 2014, precisamente en el marco de una protesta de presos del grupo islamista Hamás.
“La huelga que encabeza Barguti plantea demandas sobre las condiciones penitenciarias que no son razonables”, declaró Erdan a la radio estatal israelí. La lista de reivindicaciones de los presos incluye la suspensión de las detenciones administrativas y del internamiento en celdas de aislamiento; la instalación de una cabina de teléfono en cada galería de los penales, y un aumento de las visitas de familiares, en las que se permita que los reclusos puedan fotografiarse con sus seres queridos.
Amnistía Internacional recuerda a Israel que trasladar presos fuera de un territorio ocupado viola la Cuarta Convención de Ginebra sobre derecho de guerra. Las restricciones que sufren la mayoría de los palestinos para poder viajar a Israel desde Gaza y Cisjordania impiden en muchas ocasiones que los detenidos mantengan el contacto con sus familias.
Este lunes, la Autoridad Palestina conmemora el Día del Preso, en recuerdo de los 850.000 palestinos que han pasado por cárceles controladas por Israel durante el último medio siglo de ocupación. Se trata de un 40% de los hombres adultos, de una quinta parte de la población de Palestina.

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