El padre de la socialista Francisca ‘Paquita’ Sauquillo, famosa abogada laboralista y veterana de la Transición, era del bando franquista… para variar. Como otros muchos progres de izquierda, criados en el franquismo, que luego se reciclaron ideológicamente.
En concreto, el teniente coronel José Luis Sauquillo se pasó casi toda la Guerra Civil refugiado en la embajada de Chile en Madrid, porque si los republicanos lo hubiesen detenido es fácil imaginar lo que habrían hecho con él.
Entrevistada por Actuall su hija dice que él no era franquista, sino monárquico. Pero me temo que los milicianos de 1936, con el mauser en bandolera, no estaban para sutilezas. Si un militar lucía las dos estrellas de ocho puntas de teniente coronel y era monárquico… tenía todos los boletos para lo peor. De hecho tuvo que refugiarse en una embajada… las legaciones extranjeras estaban repletas de perseguidos y eran auténticas “islas en el mar rojo” (parafraseando el título de la novela de Wenceslao Fernández Flórez).
Pero ella insiste: “no era franquista”. Y añade, preguntada por Javier Torres: “Si lo hubiera sido, también a él le habría quitado la calle”. Porque, por si no lo recuerdas, la señora Sauquillo lleva un año presidiendo la Comisión de la Memoria Histórica de Madrid, dedicándose a reescribir retrospectivamente la Guerra Civil, por el procedimiento de quitar placas franquistas.
De hecho, yo no las tenía todas conmigo y temía que Sauquillo no atendiera a Actuall, que tan crítico ha sido con la Ley de Memoria Histórica, por su carácter sectario, revanchista y chapucero (quitaron calles de personas que no eran franquistas o de personas que no empuñaron un fusil precisamente, sino que se dedicaban a rezar, como ocho seminaristas, entre 18 y 23 años, fusilados a sangre fría en el 36).
Pero Francisca Sauquillo tuvo la gentileza de responder a todas nuestras preguntas, por molestas e incisivas que fueran, lo cual le honra.
En la conversación, que te adelanto como suscriptor de Actuall, http://www.actuall.com/
Por ejemplo, que los comisionados se empeñen en retirar la placa de Millán Astray, que nada tuvo que ver con el Alzamiento del 18 de julio -de hecho, ni siquiera estaba en España-; y que merece -creemos- reconocimiento histórico porque fue el fundador de la Legión, el mejor cuerpo de elite del Ejército español, a la altura de los ‘Navy Seals’ de EEUU, que no sólo se ha distinguido en misiones de guerra en sus casi 100 años de historia, sino también en misiones internacionales de mantenimiento de la paz en zonas como Bosnia, Kosovo, Irak, Congo o el Líbano.
¿Y que tiene que decir Sauquillo? Alega que Millán Astray fue director de Radio Nacional.
Sorprende, por otro lado, que la presidenta de la Comisión no haya leído el libro de Manuel Álvarez Tardío "1936: Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular”, que aporta documentos que prueban las irregularidades en las elecciones de febrero del 36 que ganó el Frente Popular.
No es un libro de Historia más, sino un hallazgo historiográfico que deja en evidencia la legitimidad del Gobierno de la República, ya que demuestra que el Frente Popular llegó al poder haciendo trampas y saltándose las reglas del juego.
Lo cual lleva automáticamente a hacer el siguiente razonamiento: Si aquel gobierno fue ilegítimo, ¿es legítimo entonces el alzamiento de Franco e ilegítima la ley de la Memoria Histórica?
Pero la encargada de aplicar esa ley prefiere no hacerse preguntas incómodas. Tiene gracia que hayan mirado con lupa la Guerra Civil y las andanzas de tal o cual general durante la contienda, pero cuando aparece un dato que cuestiona la legitimidad de la República se pongan a silbar y sigan a piñón fijo con el cambio de placas. Memoria Histórica... para lo que les interesa.
En Actuall ya hemos editorializado sobre el tema, explicando que un proyecto así divide a los españoles y sólo sirve para agitar el veneno del guerracivilismo. Que en los dos bandos se cometieron atrocidades, y que lo sensato es apostar por la concordia olvidando un pasado cainita. Pero la izquierda se empeña en resucitar viejos fantasmas, desviando la atención de los graves problemas que, de verdad, nos preocupan en la España de 2017.
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