sábado, 21 de octubre de 2017

Poner fin a pobreza en próximos 13 años significa aumentar resiliencia ahora

Poner fin a pobreza en próximos 13 años significa aumentar resiliencia ahora





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Poner fin a pobreza en próximos 13 años significa aumentar resiliencia ahora

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Imagen de la devastación del paso del huracán María por Dominica, el 2 de octubre. Crédito: Ian King/PNUD
Imagen de la devastación del paso del huracán María por Dominica, el 2 de octubre. Crédito: Ian King/PNUD
NUEVA YORK, 17 oct 2017 (IPS) - El mundo marca dos días internacionales claves este mes: uno para la Erradicación de la Pobreza el 17 de octubre y otro para la Reducción de Desastres, cuatro días antes. No es coincidencia que estén profundamente conectados.
Reducir los riesgos relacionados con los desastres nunca ha sido tan urgente, y la región de América Latina y el Caribe es testigo de esto.
Siete huracanes han afectado al Caribe en los últimos cinco meses, dos de ellos como categoría 5, causando daños catastróficos, incluso en países insulares que apenas se estaban recuperando de otro huracán masivo que los azotó hace un año.
Además, dos terremotos sacudieron a México en septiembre, con alrededor de 5.000 réplicas, mientras que otro poderoso sismo golpeó a Ecuador en abril de 2016. También, tanto Colombia como Perú sufrieron grandes derrumbes en los últimos ocho meses.
Es profundamente triste conocer el número de niños, mujeres y hombres que han perdido la vida en estos eventos, especialmente en una época en la que tenemos el conocimiento para minimizar la pérdida de vidas por eventos naturales.
Sin embargo, seguimos experimentando tragedias. El hecho es que los desastres naturales no existen. Tales fenómenos se convierten en desastres cuando las personas, comunidades y sociedades son vulnerables a ellos. Esto, a su vez, se traduce en pérdidas de vidas y bienes. Y los más pobres son los más afectados.
Jessica Faieta, directora regional del PNUD para América Latina y el Caribe. Crédito: PNUD
Jessica Faieta, directora regional del PNUD para América Latina y el Caribe. Crédito: PNUD
Por un lado, la pobreza reduce la capacidad de las personas para enfrentarse y recuperarse de los desastres; y por otro, los desastres también obstaculizan la capacidad de las personas para dejar atrás la pobreza. Los que han escapado de la pobreza (aunque todavía son vulnerables) son incluso más propensos a retroceder.
Es por eso que si el mundo quiere terminar con la pobreza en todas sus formas para 2030, también debemos aumentar la resiliencia en todas sus formas.Esto significa la capacidad de hacer frente a las crisis sin mayores contratiempos económicos, sociales y ambientales.
Un desastre de causas naturales, una crisis financiera, una desaceleración económica o un problema de salud en la familia pueden hacer que la gente recaiga en la pobreza, especialmente aquellos que apenas lograron dejarla atrás, como uno de nuestros informe muestra. A menos que exista un “colchón”, como protección social o activos físicos.
En este momento particular, es crucial no perder de vista lo que está experimentando el Caribe. Dos huracanes consecutivos, Irma y María, fueron los más poderosos jamás registrados sobre el Atlántico. Forzaron, por primera vez, a la isla de Barbuda a evacuar a toda su población.
Estos grandes fenómenos azotaron a varios países del Caribe con olas mortales y vientos sostenidos máximos de casi 300 kilómetros por hora durante un máximo de tres días completos. Azotaron a Barbuda, Dominica y Saint Maarten y también impactaron a algunos de los campeones de preparación para desastres de la región, como Cuba y República Dominicana.
Lo que acabamos de presenciar es un cambio de juego. Y es probable que sea la nueva norma. Es por eso que necesitamos una acción urgente.
Es un hecho. El cambio climático -y todos los peligros naturales- golpean duramente a los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, en inglés), a pesar de que estos países históricamente no han contribuido al problema.
Habiendo vivido y trabajado en cuatro países del Caribe, he sido testigo directo de cómo estos países son extremadamente vulnerables a múltiples desafíos que van desde la deuda y el desempleo, hasta el cambio climático y el aumento del nivel del mar.
Claramente, si los países no reducen sus vulnerabilidades y fortalecen su capacidad de recuperación, no solo ante los desastres naturales, sino también ante cualquier crisis, no podremos garantizar ni mucho menos expandir el progreso en los ámbitos social, económico y ambiental.
Desde que los huracanes golpearon, hemos estado trabajando sobre el terreno en los países afectados del Caribe apoyando a los gobiernos a reconstruirse mejor -con comunidades más resilientes-, para que estén preparados para la próxima temporada de huracanes a solo ocho meses. Esto es esencial: la cooperación internacional, el sector privado juega un papel clave con inversiones en infraestructuras resilientes.
Si los países del Caribe deben alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 13 años, necesitan acceso urgente a la financiación, incluida la adaptación al cambio climático.
Sin embargo, la gran mayoría de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del Caribe han sido clasificados como países de renta media, con niveles de ingreso per cápita por encima de la referencia de elegibilidad financiera internacional—se les hace prácticamente imposible acceder a la financiación para el desarrollo.
En vista de estas necesidades urgentes, nuestro Informe sobre Desarrollo Humano en el Caribe “Progreso multidimensional: la resiliencia humana más allá de los ingresos”, lanzado hace un año, aboga por normas mejoradas que tengan en cuenta múltiples indicadores o medidas de bienestar más allá de los ingresos.
Ahora es el momento para actuar sobre el cambio climático, apoyar a los países a medida que mejoran y replantean los métodos tradicionales para clasificar el desarrollo en función de los aspectos monetarios.
Si el mundo se ha comprometido a erradicar la pobreza para 2030, debemos invertir para impulsar la resiliencia de las comunidades, los países y la región entera en los frentes social, económico y ambiental.
Reducir las vulnerabilidades, en sus múltiples aspectos, es un camino crucial para no dejar a nadie atrás.
Para mayor información sobre Jessica Faieta y la dirección regional del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), puede buscar:  latinamerica.undp.org, @JessicaFaieta, @UNDPLAC




Revisado por Estrella Gutiérrez

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