martes, 19 de diciembre de 2017

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Emmanuel Macron: La juventud francesa se resiste al ‘macronismo’ | Internacional | EL PAÍS

La juventud francesa se resiste al ‘macronismo’

Un 71% de franceses entre 25 y 34 años no confía en el presidente más joven de la historia del país

Macron posa para un selfi con el primer ministro belga, Charles Michel, rodeados de jóvenes tras el One Planet Summit de París el 12 de diciembre.

Macron posa para un selfi con el primer ministro belga, Charles Michel, rodeados de jóvenes tras el One Planet Summit de París el 12 de diciembre. EFE



Nada parece resistirse a Emmanuel Macron en un paisaje político donde la oposición, totalmente dividida y polarizada, ya no aparece como una alternativa creíble para una gran mayoría de ciudadanos. Nada, salvo la juventud francesa. Mientras la popularidad de Macron vuelve a crecer en todos los segmentos de edad, tras seis meses de caída ininterrumpida, un 71% de jóvenes de 25 a 34 años desconfía de la acción del presidente más joven de la historia de Francia. Así lo revela el último barómetro de confianza de Kantar Sofrès para Le Figaro Magazine. Según Emmanuel Rivière, director de Kantar Sofrès y profesor de Teoría de la Opinión Pública en la Sorbona, el reformismo de Macron, tanto en la escena política nacional como internacional, le ha permitido recobrar popularidad en la opinión pública, pero no convence a la juventud del país.
Dos medidas en particular explican la creciente impopularidad del nuevo inquilino del Elíseo, y la preferencia del electorado joven por los partidos extremistas: la reducción de cinco euros en las prestaciones de vivienda (APL) que perciben los estudiantes y el endurecimiento de la selectividad para entrar en la universidad. Estas decisiones han tenido un “coste simbólico muy alto para una generación que mayoritariamente se encuentra en una situación de gran precariedad”, explica Rivière.
Más allá de estas reformas, el estilo jupiteriano del presidente —calificativo que utiliza el propio Macron para definir su “presidencia fuerte” frente a la “presidencia normal” de su predecesor François Hollande— no atrae a los jóvenes. “El jefe de Estado tiene la ventaja de tener 39 años, ser europeísta y sabe manejar los códigos de la juventud” explica el politólogo, pero su estilo se sustenta en una forma de ejercer la presidencia “de lo más clásica y tecnócrata”. “Había algo de inédito en la manera en que se construyó el movimiento En Marcha!, su dimensión participativa inspirada de la experiencia de ciudadanos provenientes de la sociedad civil” y que explica el apoyo masivo de los jóvenes en las últimas elecciones. “Pero eso se fue diluyendo muy rápidamente”, recalca el politólogo.
A pesar de su creciente impopularidad, la contestación estudiantil ha sido muy débil. “Ya no hay un plan b. Hay una especie de resignación en la sociedad. Aunque no goza de una gran popularidad (42%), Macron se ha mantenido firme y fiel a sus promesas y por eso la gente alberga cierta esperanza por ver hasta dónde llegan sus reformas”, resume Rivière. “En el fondo, nadie tiene ganas de volver a sacar a Marine Le Pen o a Jean-Luc Mélenchon del cajón”.

"LA AFIRMACIÓN DEL LIDERAZGO FRANCÉS EN LA ESCENA INTERNACIONAL ES ESENCIAL PARA LA OPINIÓN PÚBLICA"

Según Emmanuel Rivière, la creciente influencia de Macron en la escena internacional es fundamental para entender su repunte de popularidad en la opinión pública. "Los franceses siempre han sido muy sensibles a la imagen que da el presidente en el extranjero. La popularidad del expresidente Jacques Chirac pegó un salto importante (quizá el único) en 2003, tras el rechazo de Francia de participar a la guerra de Irak. También ocurrió con François Hollande, después de sus intervenciones europeas y con Nicolas Sarkozy tras su mediación en 2008 en la crisis entre Rusia y Georgia o durante la crisis económica ".
El politólogo, que estima que los primeros pasos de Macron en el ámbito internacional han sido muy positivos, recalca que si bien la posición de extrema debilidad de la canciller alemana Angela Merkel es una mala noticia para el tándem franco alemán, por otro lado, contribuye a reforzar el aprecio de los electores a Macron: "Francia siempre ha tenido un complejo de inferioridad con Alemania. Los tropiezos de Merkel, en un reflejo un poco malsano de complacerse de las desgracias ajenas, son celebrados por los franceses".
"Porque la afirmación del liderazgo francés en la escena internacional es esencial para la opinión pública, es muy probable que la popularidad de Macron siga creciendo", pronostica Rivière. 

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