jueves, 22 de marzo de 2018

LA FRANCIA INVOLUTIVA: PROPONE MAYOR ESCLAVITUD Y PEOR SOMETIMIENTO ▼ Los sindicatos franceses desafían en la calle las reformas de Macron | Internacional | EL PAÍS

Los sindicatos franceses desafían en la calle las reformas de Macron | Internacional | EL PAÍS

Los sindicatos franceses desafían en la calle las reformas de Macron

El presidente mantiene su política pese a la jornada de huelgas y protestas de funcionarios y ferroviarios





Manifestantes protestan contra un aumento de impuestos en París el pasado 15 de marzo 2018. REUTERS-QUALITY



Algunos comentaristas en televisión hablan de “jueves negro” y especulan con una “primavera caliente”, el primer gran desafío de la temida calle francesa al presidente Emmanuel Macron desde que llegó al poder hace diez meses. Ferroviarios y funcionarios, convocados por los siete principales sindicatos del sector público, dejarán de trabajar o se manifestarán en protesta por el ritmo de reformas acelerado, que Macron se ha propuesto mantener. El anterior intento de frenar un proyecto clave del presidente —la reforma laboral, en otoño— movilizó a decenas de miles de manifestantes, pero acabó pinchando y no logró impedir que la reforma se aprobase.
Más de 150 manifestaciones de funcionarios —incluidos maestros, personal hospitalario y controladores aéreos— están previstas en toda Francia para protestar, entre otras cosas, contra la reforma de la función pública. Esta reforma prevé la supresión, de ahora a 2022, de 120.000 puestos para ahorrar 4.500 millones de euros.
Los transportes también pueden quedar semiparalizados: un 60% de los trenes de alta velocidad estarán parados, así como un 75% de los trenes de media distancia, un 50% de los trenes de cercanías y un 30% de los vuelos desde los aeropuertos de París. Los sindicatos de ferroviarios han anunciado una huelga parcial entre principios de abril y finales de junio, con paros tres días a la semana. Protestan contra la reforma de la SNCF, la compañía pública de ferrocarriles.
La jornada servirá para calibrar la fuerza real del descontento con un presidente que hasta ahora ha gobernado sin mayores resistencias ni oposición.
"Nos mantendremos firmes", dijo hace unos días su ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire. El presidente puede rectificar puntos menores de las reformas pero rechaza levantar el pie del acelerador. Cree que la victoria electoral con un programa de reformas —en las presidenciales primero y en las legislativas después— le legitima.
El cálculo del Elíseo es que, cuando a partir de abril los franceses empiecen a notar las molestias de las huelgas programadas en la SNCF, los franceses reafirmen su apoyo. Superar el escollo de la calle —las movilizaciones de este jueves y las de los próximos meses— reforzaría la legitimidad para, como dice Macron, "continuar reformando con profundidad".
El cálculo de los sindicatos y de parte de la izquierda es que existe un malestar de fondo en la sociedad francesa, una convergencia de agraviados cuya fuerza podrían empezar a hacerse visible este jueves. Pero solo sería la primera etapa.
Un sondeo del instituto Elabe, publicado el miércoles por la cadena BFMTV, indica que tres de cada cuatro franceses consideran "injusta" la política del Gobierno.
En las últimas semanas, han salido a manifestarse jubilados y empleados de residencias de la tercera edad, entre otros sectores, pero estas protestas han sido de baja intensidad, poco multitudinarias, como tampoco fueron efectivas las manifestaciones en otoño contra la reforma laboral.
El antecedente es el otoño de 1995, cuando el presidente Jacques Chirac y su primer ministro, Alain Juppé, recularon en sus planes para reformas las pensiones de los funcionarios y la SNCF. Juppé quedó políticamente tocado por aquella derrota. Existe otra fecha simbólica: hace 50 años, el 22 de marzo de 1968, empezó un movimiento de protesta a la Universidad de Nanterre que desembocó en la inesperada revuelta de mayo de 1968.


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