Planes de acción para un planeta 50/50
La ONU recuerda que las mujeres sufren violencia y discriminación y “están subrepresentadas en los procesos de toma de decisiones políticas y económicas”
Una representante de la Cofradía de Pescadores de Gandia. NATXO FRANCÉS EFE
ONU Mujeres, la organización de Nacionales Unidas fundada para promover la igualdad entre hombres y mujeres y acelerar el progreso de esa mitad de la población más desamparada, tiene marcada en su agenda el plan de alcance global Por un planeta 50/50, que reclama a los Gobiernos de todo el mundo compromisos para avanzar en la igualdad de género.
Se trata de una iniciativa quiere dar pasos decisivos con acciones concretas, que van desde la erradicación de la violencia contra mujeres (y niñas) hasta el fomento de su participación en la toma de decisiones. El objetivo es mejorar las condiciones de vida de las mujeres y establecer normativas internacionales que redunden en su beneficio, ya sea en el ámbito laboral y político como en el doméstico y social. ONU Mujeres no se cansa de recordar que “las mujeres sufren violencia y discriminación en todas partes del mundo” y “están subrepresentadas en los procesos de toma de decisiones políticas y económicas”.
Cada país enfoca las políticas de igualdad (o de pseudoigualdad) a su manera. Los puntos de partida no son homologables. En Arabia Saudí se considera un avance histórico la promesa de que las mujeres podrán conducir, acudir a una sala de cine o abrir un negocio sin contar con el aval de un varón. Ruanda es un caso bien distinto. En 2015 el Parlamento fue un símbolo del ascenso de la mujer en el campo de la política al convertirse en la única asamblea del mundo con una mayoría femenina (64%) en sus escaños. No fue un milagro divino sino fruto de una deliberada reforma constitucional, que reservaba el 30% de los asientos a las parlamentarias.
Para cumplir el plan 50/50 la ONU se da de plazo hasta 2030. Entre tanto, los Gobiernos se comprometen a poner en marcha medidas específicas. Australia promete más fondos para hacer frente a las elevadas tasas de homicidios de mujeres, Bangladesh aboga por eliminar el matrimonio infantil antes de 2041 y Malawi ha promulgado una innovadora ley que establece la edad mínima para casarse en 18 años. Chile se propone capacitar a 300.000 mujeres para ocupar puestos de trabajo altamente cualificado e Islandia anuncia que acabará con la brecha salarial en 2022.
En España, la lucha contra la violencia de género ha sido declarada “prioridad nacional” por el Gobierno de Mariano Rajoy. En el ámbito empresarial aboga por fortalecer la iniciativa Más mujeres, mejores empresas tomando como base el Código de Buen Gobierno de las Sociedades Cotizadas, que insta a las compañías a que en 2020 el número de consejeras represente al menos el 30% (un compromiso poco original, toda vez que viene marcado por la UE). La tasa femenina está ahora en el 19%, de modo que queda mucho camino por recorrer y poco tiempo para alcanzar la meta.
También queda mucho por hacer para mitigar la brecha salarial. Por igual trabajo, las estadísticas dicen que las mujeres pueden llegar a cobrar casi una cuarta parte menos que los hombres, una discriminación desdeñada por Rajoy en una reciente entrevista. Si el Ejecutivo no tiene un plan para superar este sesgo, bien podría copiar a Islandia. Y de paso, remedar también sus políticas de conciliación.
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